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Mi perro sufre ansiedad por separación: cómo solucionar el problema

Un perro viejo y hermoso.

Eva San Martín

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¿Tu perro se ha acostumbrado a tenerte cerca durante estos meses de confinamiento, teletrabajo y restricciones por la crisis del coronavirus? “Los perros son animales muy sociales, y esto explica por qué nos llevamos tan bien con ellos”, afirma la etóloga canina Patricia McConnell, autora de Al otro extremo de la correa

Y, si de pronto, tu perro pasa de tenerte cerca todo el tiempo a no verte en todo el día, es normal que aparezcan serios problemas de comportamiento. Tu amigo ha empezado a acostumbrarse a toda esa atención especial, a tus dosis de cariño extra y al ejercicio en forma de largos paseos. 

Pero cuando llega el momento de regresar a la oficina o de pasar más tiempo fuera de casa, tu perro sufre tu ausencia más que nunca. Y, dicen los expertos, tu amigo de cuatro patas no está bien equipado para soportar todo ese tiempo solo. Es decir: necesita tu ayuda. 

Ansiedad por separación en perros: tan real como en humanos

Este periodo de transición puede causar ansiedad por separación, un síndrome que, dicen los expertos, es tan real para los perros como lo es para los humanos. Los científicos lo definen como la angustia que experimentan los perros como consecuencia de la ausencia de sus humanos. 

Incluso los gatos sufren ansiedad por separación. De hecho, los expertos afirman que la ansiedad por separación en perros se parece mucho a lo que siente una persona durante un ataque de pánico, pudiendo causar destrucción y autolesión. 

Los síntomas incluyen los mordisqueos y destrozos, arañazos en la puerta, aullidos o ladridos excesivos, pis en casa o un acicalamiento excesivo. Tanto, que algunos perros se hacen calvas y heridas. Y otras veces, el perro muerde, consecuencia de ese ataque de pánico. 

De hecho, se estima que entre el 20% y el 40% de los perros que acuden a una consulta de etología sufren trastornos psicológicos relacionados con la ansiedad y los desórdenes de comportamiento, según un estudio publicado en The Journal of the American Veterinary Medical Association

Aunque hay expertos que creen que esta patología aún puede ser más frecuente. John Bradshaw, antroprozoólogo, autor de Entender a nuestro perro, y uno de los mayores expertos mundiales en la relación entre perros y humanos, estima que la mitad de ellos “sufre un problema real consecuencia de quedarse solo” en un momento u otro de su vida. 

La ansiedad por separación puede resultar muy complicada de tratar cuando no se trabaja y ataja pronto, y necesitar la ayuda de un etólogo o experto en comportamiento canino acreditado. Entonces, ¿cómo podemos empezar a aliviar la ansiedad que siente tu perro antes de que se convierta en un problema mayor?

Enseña a tu perro a disfrutar del tiempo solo desde hoy

Enseñar a tu perro a pasar tiempo solo es importante, un entrenamiento que podemos practicar a todas las edades, y que ayudará a tu amigo de cuatro patas a sentirse tranquilo y confiado en tu ausencia. 

Aunque ahora pases mucho tiempo en casa, puedes empezar a crear sesiones de juego separadas e independientes para tu perro: tres o cuatro veces al día puede ser suficiente para ayudarlo. Lo primero: asegúrate de que tu amigo tiene su propio espacio en casa donde se sienta seguro, y donde solo ocurran cosas buenas. 

“Preparar una habitación donde pueda disfrutar de sus juguetes de olfato, rompecabezas de comida y otras actividades independientes sin que nosotros intervengamos le ayudará”, explica Tomàs Campspresidente del Grupo de etología y conducta de la asociación de veterinarios Avepa, y director de Etovets.

Desensibiliza a tu amigo: ¡irte no es motivo de ponerse triste!

Tu perro o perrita te observa todo el tiempo: sabe exactamente lo que haces antes de salir de casa (coger las llaves, ponerte los zapatos o el abrigo, coger el móvil), por lo que su ansiedad por tu ausencia suele empezar incluso antes de que salgas por la puerta. 

También puedes trabajar esto. Y convertir tu rutina de salir por la puerta a la oficina en una experiencia positiva, o al menos no tan negativa. Bradshaw aconseja reproducir todo aquello que harías antes de irte (ponerte el abrigo, etc.), y andar hasta la puerta. 

Después, en lugar de salir, deshaz toda la escena: vuelve a colgar el abrigo, quítate los zapatos, etc. Y repite. Poco a poco, cuando tu perro aprenda a estar tranquilo, puedes ir aumentando la escena: abrir la puerta, y después cerrarla, y volver a colocar todo en su sitio.

Después, prueba a quedarte unos segundos fuera y, poco a poco, aumenta el tiempo. La mayoría de los perros aprenden pronto esta asociación positiva entre tu marcha y tu regreso; y puede ser suficiente para evitar la ansiedad. 

Todos estos consejos os deberían ayudar. Pero, en casos más agudos o crónicos, necesitarás la ayuda de un experto en comportamiento canino acreditado. Tu amigo perruno te lo agradecerá a lametazo limpio.

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