Nuestra cesta de la compra ha pasado de importar solo a nuestro bolsillo a ser parte del bien común. Sabemos cómo gastar menos cuando vamos al supermercado: comprar solo lo que se necesita, hacer una lista detallada, comparar alternativas o establecer un presupuesto previo son algunas de las claves de una compra inteligente pero, además de aprender a ahorrar, ¿sabemos actuar en conciencia para ser consumidores responsables?
Cuando en las decisiones de compra ya no solo miramos la relación calidad-precio, sino que leemos las etiquetas, preferimos envases reciclados y nunca olvidamos llevarnos la bolsa de casa, estamos aportando un valor añadido a nuestros actos cotidianos a través del consumo socialmente responsable.
Fue la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, aprobada en la segunda Cumbre de la Tierra de 1992, la que señaló la necesidad de modificar las actuales pautas de consumo en el mundo industrializado para lograr un equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y ambientales. En definitiva, satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras.
En 2018, iniciativas como la campaña Consumidores Responsables, nos recuerdan que un cambio en nuestros hábitos de consumo puede contribuir a crear un nuevo modelo de producción; es la manera de que nuestras acciones tengan un menor impacto ecológico y un mayor efecto positivo en la sociedad.
El poder de tu compra
La Asociación General de Consumidores, ASGECO Confederación, quiere poner de relieve el papel central y proactivo de la ciudadanía, porque a través de nuestro poder de compra podemos dejar de consumir productos y servicios de manera excesiva e innecesaria. ¿Y qué podemos hacer para que al consumir seamos respetuosos con el medio ambiente? Las siguientes seis claves son un buen punto de partida:
- Recicla antes que comprar: muchas de las cosas que vas a tirar se pueden volver a utilizar.
- Lee las etiquetas: así te informarás de la composición y el origen de los productos.
- Evita los productos de un solo uso: opta por materiales compostables, biodegradables y reciclables.
- Compra el contenido y no el envase: considera comprar a granel y busca envases reutilizables.
- Lleva tu propia bolsa de casa.
- Elige productos locales, frescos y de temporada.
La compra verde: reciclaje y eficiencia energética
Los envases domésticos representan el 15% en peso de los residuos sólidos urbanos generados en España, según datos de Ecoembes, la organización dedicada a la recuperación de envases en toda España. Minimizar sus impactos ambientales requiere de nuestro compromiso y colaboración activa para facilitar el aprovechamiento de estas materias primas y darles una segunda vida. La campaña “Consumidores Responsables” cuenta con la colaboración de Ecoembes,
Si somos conscientes de que los envases domésticos pueden ser reutilizados de nuevo, podemos reducir vertederos, ahorrar agua, emitir menos CO2 y crear empleo “verde”. Los pasos son sencillos: separar en casa y depositar en los contenedores adecuados.
Apostar por medidas de eficiencia energética y usar las energías renovables que nos proporciona la naturaleza también nos hace más responsables: los consumidores domésticos somos responsables de casi un tercio del consumo total de energía del país. Sin renunciar al confort de nuestra vida cotidiana, podemos revisar algunos comportamientos para reducir sustancialmente nuestro consumo de energía y no derrochar electricidad. Conocer la calidad energética de la vivienda, optar por vehículos con combustibles alternativos o comprar electrodomésticos eficientes no solo suponen un ahorro económico, ayudan a reducir las emisiones de efecto invernadero, disminuyen la dependencia energética exterior y cuidan del medioambiente y de la salud pública.
Sostenibilidad, solidaridad y racionalización
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, subvenciona la iniciativa de ASGECO por un consumo responsable. Además de la compra verde que protege el medio ambiente, hay otras dos maneras de comprar con responsabilidad:
La compra ética: la que exige a los fabricantes garantías de que sus productos o servicios se han elaborado en condiciones laborales dignas. Hay que tener en cuenta si se han respetado los salarios mínimos, los derechos de los trabajadores, la igualdad de oportunidades y el fomento del empleo de calidad.
- La compra social: la que potencia las empresas de economía social, como por ejemplo las cooperativas, y el consumo local. Disminuir el número de intermediarios aumenta los beneficios de la zona. Elegir productos procedentes del comercio justo también contribuye a la mejora de las condiciones económicas y sociales de las comunidades.
Respetar el entorno y ajustar hábitos a necesidades reales depende de nosotros.