El cuarto de baño, junto con la cocina, es la zona de la casa donde la limpieza suele requerir más tiempo, esfuerzo y atención. Tanto la periódica y más frecuente, como la que hacemos de forma normalmente de forma semanal con algo más de profundidad. Dentro de los aseos y cuartos de baño, el inodoro es por razones obvias una de las piezas que más limpieza requiere y que más limpio y desinfectado debemos mantener. Por cuestiones no solo estéticas, sino de higiene y salud.
Su uso diario genera una acumulación de miles de bacterias que pueden ser perjudiciales para las personas que lo utilizan si no se limpia y desinfecta adecuadamente y con la frecuencia necesaria. Además, descuidar la higiene del inodoro conlleva la aparición de sarro en la taza del váter que se van acumulando en forma de unas desagradables líneas amarillas.
Lo primero que te recomendamos si vas a limpiar tu cuarto de baño es que utilices unos guantes para protegerte de los hongos y bacterias que ya se hayan instalado en el inodoro u otras piezas del baño. Aunque hay muchos productos específicos en el mercado para limpiar a fondo el retrete y los hay además muy eficaces, vamos a contarte cinco métodos caseros que puedes poner en práctica y que también te darán muy buenos resultados.
Métodos caseros
Por si no lo sabías, las líneas amarillas de sarro que aparecen en tu inodoro y que parecen a priori tan complicadas de eliminar, se forman por el paso constante del agua. Cuanto más dura sea el agua de tu zona y mayores concentraciones de calcio y magnesio contenga, más posibilidades tendrás de que se vea salpicado por estas manchas.
- Para una de las fórmulas que vamos a darte solo necesitas tener en casa bicarbonato y vinagre blanco. Son dos productos que solemos tener en la despensa porque son multiusos y nos sirven en multitud de ocasiones. Si no son habituales en tu armario de limpieza, piensa en incorporarlos. Los encontrarás en cualquier supermercado o tienda de barrio. El poder del bicarbonato reside en que es abrasivo y, por tanto, ideal para descomponer la suciedad. El vinagre, por su parte, hace lo propio con el sarro y tiene un alto poder desinfectante. ¿Qué haremos? Lo primero será espolvorear el bicarbonato sobre las manchas, lo dejaremos actuar unos 15 minutos y después rociaremos con vinagre (lo que producirá una reacción de efervescencia) y por último, frotaremos con el cepillo del inodoro para terminar tirando de la cadena y dejando que se enjuague con el agua de la cisterna.
- Para el segundo de los trucos que te vamos a contar necesitaremos de nuevo vinagre pero, esta vez, con limón. Llenaremos media taza con vinagre y seguidamente añadiremos el zumo de un limón. Ambos son muy efectivos como antisépticos y desinfectantes. Con una esponja iremos esparciendo esta mezcla sobre las manchas de nuestro inodoro, que con su ácido será suficiente para remover la suciedad sin demasiado esfuerzo.
- El tercer método emplea bicarbonato de sodio con agua oxigenada, que también solemos tener en el botiquín para desinfectar heridas pero que se usa mucho como remedio de limpieza casero. En esta ocasión, utilizaremos 125 ml de agua oxigenada, a la que añadiremos cuatro cucharadas de bicarbonato en una taza. La pasta resultante la vamos a aplicar sobre las manchas del inodoro. De nuevo, lo dejaremos actuar entre 15 y 20 minutos para terminar aclarando.
Fórmulas para la suciedad más persistente
Entre los productos multiusos que encontramos en el supermercado o tiendas especializadas en productos de limpieza, uno de los más efectivos para aquella suciedad que se nos resiste es el amoniaco. Así que si ya has probado con los otros tres métodos sin haber tenido éxito, te recomendamos que te hagas con una botella de este producto y te pongas manos a la obra, ya que significará que las manchas de sarro de tu inodoro ya se han incrustado de tal manera que no valen las soluciones menos abrasivas.
El amoniaco es un producto bastante fuerte. No olvides ponerte unos guantes antes de usarlo y abre las ventanas de tu cuarto de baño, en caso de tener ventilación. Vierte el producto sobre las manchas de la taza del váter, deja actuar durante un tiempo, frota bien con un cepillo y enjuaga.
Otra fórmula es usar piedra pomez, asociada a la exfoliación de la piel. Para usarla, vamos a calentar agua en una olla, remojamos la piedra en ella y luego ya podemos frotar las manchas.
Las líneas amarillas que produce el sarro no son la única suciedad con la que tenemos que lidiar para mantener nuestro inodoro bien limpio. Al fondo del todo suele generarse una mancha marrón que parece muy difícil de eliminar pero que con las indicaciones precisas también podremos limpiar fácilmente.
Cualquiera de los métodos que hemos indicado más arriba sería efectivo, pero antes hay que deshacerse del agua del váter que cubre esa suciedad. Es fácil introduciendo una fregona dentro del retrete para ir retirando el agua poco a poco. Una vez seco, podemos poner en práctica los métodos antes descritos.
Mantener la suciedad a raya nos garantiza una buena higiene de nuestros aseos, alejándonos de las infecciones que puede causar una acumulación de bacterias y hongos, así como a los malor olores que a veces desprenden los cuartos de baño. Para evitarlos, lo más recomendable es realizar al menos un par de limpiezas a la semana de esta zona de la casa.