Los niños siguen nuestros pasos, y el ejemplo arrastra. Si tratas a tu gato con el amor y respeto que merece, tus hijos crecerán sintiendo lo mismo. Tan pronto como los pequeños son lo suficientemente mayores como para entender, hay que explicarles que los gatos necesitan que no los molestemos cuando comen o duermen; y que se asustan cuando la gente grita, hace un movimiento brusco o alguien intenta agarrarlos.
De hecho, los niños no tardan en aprender las señales que el felino lanza cuando está incómodo: la sacudida de cola, el pelo erizado o el bufido. Y dejará de hacer aquello que molesta a su amigo peludo y tanto lo estresa. Hace unas semanas te contábamos cómo ayudar a tu gato a no estresarse ahora que pasamos todos más tiempo en casa.
Los niños deben aprender que cada gato es un individuo con personalidad propia, criaturas con preferencias, sentimientos y límites o espacios personales que hay que respetar. Entendido esto, a los niños les encanta involucrarse en el cuidado de su querido amigo; y pueden echar una mano con la comida o con el cepillado del gato. También con lo más divertido: las rutinas de juego de su minino, que además son muy importantes para su bienestar. Aquí van seis proyectos que los niños pueden fabricar, y con los que aprender que su gato es un miembro más de su familia.
1. Una cama para gatos (sin coser)
A los gatos les gusta, y necesitan, disponer de varias camas o zonas de sesteo repartidas por diferentes habitaciones; y en distintas alturas. Esta cama gatuna resulta muy fácil de hacer con niños y solo tardaréis alrededor de una hora en terminarla. Necesitaréis una manta de tejido polar, cortada a la mitad en dos partes iguales, relleno de cojín, tijeras, una regla y un poco de cinta adhesiva o celo para marcar la tela sin mancharla.
Hay que recortar unos flecos de tres centímetros (cm) de ancho por diez cm de longitud a lo largo del perímetro de cada mitad de manta polar y hacer nudos para unir ambas mitades, una encima de otra. Antes de terminar, introduce el relleno de almohada y anuda las tiras que te falten. ¡Listo! Por supuesto, esta cama también pueden disfrutarla los perretes, como muestra este vídeo. Pero las instrucciones para crearla son las mismas.
2. Pelota felina con el rollo de papel
Un rollo de papel higiénico es fácil de conseguir, y resulta un objeto muy versátil para construir diferentes juguetes para gatos. Para fabricar esta pelota gatuna, solo necesitáis un rollo de papel higiénico, unas tijeras y unos premios comestibles (opcional). Haced cuatro marcas en el canuto, de un tamaño más o menos similar, y cortad las tiras, ¡aunque estos anillos de cartón ya son un juguete gatuno estupendo!
Inserta la primera tira en la segunda y haz lo mismo con la tercera y la cuarta, hasta que hayas formado una pelota. A vuestro minino le gustará darle zarpazos y perseguirla por la casa. Podéis rellenarla de premios comestibles para hacer el juego felino más interesante.
3. Juguete de catnip
Fácil y rápido. Con un trozo de tela polar de 20 x 20 cm o un retal similar que tengáis por casa podéis hacer un juguete de catnip, una hierba que encanta a los gatos y que además estimula el juego incluso de los mininos más reticentes: una actividad que resulta esencial para el bienestar físico y emocional de los gatos.
Para fabricarlo, solo necesitáis apoyar la tela en una superficie rígida, espolvorearla con la hierba gatera y anudar bien los extremos opuestos entre sí, hasta formar una pelota. ¡Aunque tu niño aún no pueda hacer nudos, se lo pasará en grande esparciendo la hierba gatera por el juguete!
4. Caña de pescar para gatos
Este tipo de juguetes son geniales para que el niño aprenda a interactuar con su amigo peludo sin utilizar las manos (¡tan importante!). Incorporan un palo o caña rígida unida a una cuerda y, en el extremo opuesto, un juguete anudado. Están pensados para que la niña (o la adulta) juegue con el minino: hay que moverlos como haría un ratoncillo o un insecto, alejándolo del minino con movimientos suaves combinados con otros más súbitos. En ningún caso hay que dejárselo al gato sin supervisión, porque pueden ser peligrosos.
5. Casa gatuna con cajas
Si tienes unas cajas de cartón vacías: ¡tienes un tesoro gatuno! Los gatos adoran las cajas. Más bien las necesitan, porque les ofrecen un refugio tranquilo, fresco en verano y cálido en invierno si incluimos unas mantas. ¡Y muchas oportunidades de juego! Por ejemplo: puedes transformarlas en una casa para gatos. El niño puede divertirse decorándola, escribiendo el nombre de su amigo peludo en la fachada o festoneándola con objetos gatunos: ¡cuantos más juguetes a los que golpear, mejor!
6. Muelle con limpiapipas
A los gatos les pirran los juguetes tipo muelle. Es normal: ¡responden al movimiento e incluso saltan cuando les dan un zarpazo! Y son tan fáciles de hacer en casa; un proyecto perfecto para niños de casi cualquier edad. Solo necesitáis un lapicero y un limpiapipas, unas tiras de colores con un alambre muy utilizadas en manualidades. Doblad ambos extremos puntiagudos del limpiapipas, y enrolladlo a lo largo de todo el lapicero, para que adquiera la forma de un muelle. Sacadlo del lápiz, ¡y listo!
Usa estos proyectos para enseñar al niño que ganarse la amistad del gato es ganar un amigo para toda la vida.
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