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Admitámoslo: queremos a nuestros gatos y perros y sabemos que parte de su encanto reside en que son ¡peludos! Y nosotros, sus humanos, lo llevamos con estoica resignación, incluso con orgullo: ¿quién no ha sonreído al descubrirse un pelo de su amigo de cuatro patas enganchado en la camisa o en la pernera del pantalón?
Es más: el pelo de nuestros gatos y perros es mucho más que una cuestión estética o emocional: nuestros amigos necesitan su pelaje sano para mantener su piel cuidada y protegerse tanto del frío como del calor, ya que les protege de la exposición solar. Y en los gatos, cuando se acicalan, la evaporación de la saliva incluso ayuda a mantenerlos frescos en verano.
Esto se lo recuerdo a mis pacientes en las consultas de comportamiento felino cuando se quejan (algunos lo hacen) de la presencia de pelo gatuno en su ropa, la cama y hasta en la lavadora, electrodoméstico al que pelos viajan y llegan atrapados en camisetas, alfombras y hasta juguetes.
¿No quieres pelos de perro o gato en la lavadora? ¡Cepilla a tu amigo!
Lo primero: encontrarnos algún que otro pelo de nuestro amigo perruno o nuestro adorable gato atrapado, y hasta insertado, en nuestra ropa es inevitable. Una batalla peluda perdida que debemos aprender a perder con cariño, dignidad y humor. Pero podemos minimizarla: y el primer paso es cepillar a nuestros gatos y perros con frecuencia, así retiramos pelo muerto de su cuerpo que, de lo contrario, acabará en la ropa y, después, en la lavadora. Si has fruncido el ceño, en esta columna peluda te contamos hace unos días cómo cepillar a un perro que odia que lo cepilles.
Lavadora sin pelos perrunos: retíralos de la colada
Hay más: porque por mucho que cepillemos, algún pelo (cuando no una bola digna de películas de oeste, tipo western) se nos escapará. Pues bien: para evitar que entre en la lavadora, hay que repasar la ropa y retirar todos los pelos que podamos de la colada antes de meterla en el tambor.
No es difícil, pero nos toca echar mano (y hasta patas) de los trucos para eliminar los pelos de gatos y perros de la ropa: entre ellos, utilizar los rodillos de papel adherente (tipo pegatina) que atrapan los pelos. O hacernos con un guante de goma, como el que nos ponemos para protegernos las manos cuando limpiamos los platos, y pasarlo por prendas y sofás: la electricidad estática que generamos con este gesto tiene el efecto de atrapar los pelos en el guante.
Pero aquí tampoco acabará nuestra batalla peluda: por mucho cuidado y esmero que pongamos, muchos de estos pelos viajan con la ropa y alfombras hasta la lavadora. Además, tendremos que lavar los juguetes de nuestros amigos, y sus camas cada cierto tiempo; que también vendrán cargados. Y, si nos descuidamos, tanto pelo (incluido el nuestro y pelusas de otro origen) puede acabar en el tambor y enganchados a los filtros de la lavadora.
Cómo quitar los pelos de perros y gatos de la lavadora: abre el tambor
Para retirar los pelos adheridos al tambor de la lavadora necesitamos secar todo bien. Esto es: dejemos la puerta de la lavadora abierta durante un día entero, para que se evapore toda la humedad. Después, con ayuda del accesorio con cepillo, aspiramos todo el interior de la lavadora muy bien. ¡Es fácil!
Aquí también resulta útil echar mano del accesorio de aspirado más estrecho, para que penetre bien en los recovecos y retirar todo el pelo posible. Y como el pelo de nuestros amigos, y el nuestro, también puede quedar atrapado en el filtro de vaciado del agua, podemos quitar el filtro y lavarlo bien. Después, conviene pasar un trapo por todo el tambor, incluida la zona que queda bajo la goma, y poner un programa de limpieza de lavadora, si es que nuestro electrodoméstico lo incluye.
Por último, y para dejarlo todo más que limpio, podemos verter un par de vasos de vinagre blanco o de limpieza, otro de bicarbonato sódico, y otros tres de agua caliente para una limpieza profunda antes del próximo programa de lavado. Y esta limpieza en profundidad de la lavadora podemos repetirla una vez al mes.
Sobre todo, no nos enfademos: a pesar del cuidado que pongamos, es inevitable que nos encontremos algún pelo de nuestro camarada perruno Lucas o de nuestra elegante gatita Martes enganchado a la ropa y hasta dentro de la lavadora. Los amores peludos son así: y por eso, entre otras muchas monerías, risas diarias que nos arrancan y carantoñas, los queremos tanto.
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