“Tengo una Zamioculca de muchos años ya, pero últimamente ha perdido fuerza. Me dijeron cuando la compré que la regara muy poco. ¿Me podéis aconsejar para mejorar su vitalidad?” Ángeles, lectora de elDiario.es
Como todo lo bonito en la vida, las plantas tienen sus ciclos: su inicio y su final. Las disfrutamos con todo desde que es una semilla (fase de germinación), pasando por su etapa más atractiva donde muestra sus flores (fase adulta) hasta que comienza a mostrar signos de cansancio (fase senescente). No todas duran lo mismo, claro. Las hay que muestran su poderío en tan solo unos meses (plantas anuales) y otras te acompañarán gran parte de tu vida, mostrando sus distintas caras a lo largo del año (un árbol, por ejemplo).
Todos tenemos en casa esa planta a la que le guardamos especial cariño, ya sea porque nos la ha regalado alguien especial o tal vez porque se nos ha dado muy bien desde el principio. Y nos aturdimos cuando, tan preciada, de repente y sin previo aviso empieza a mostrar síntomas de que algo no va bien: una hoja amarilla, ramas decaídas o un crecimiento que se detiene de golpe. Es ahí cuando nos volvemos locos buscando causas al tuntún por internet sin saber demasiado bien qué hacer. Si te has visto en estas, sigue leyendo y asegúrate de que eso que muestra tu planta son indicios de que está cansada y toma nota de algunas prácticas que le añadirán un vigor extra.
Señales que muestran que tu planta está viejita
Tu planta ha estado bien hasta ahora, las condiciones ambientales no han cambiado y tampoco ha sido visitada por una plaga malvada. ¿Qué está pasando? ¿Se estará haciendo mayor? Revisa algunos síntomas que te ayudarán a confirmar tus sospechas.
1. Falta de vigor: una planta envejecida muestra un crecimiento más lento en comparación con etapas anteriores de su ciclo de vida. Verás que no desarrolla nuevos brotes como lo hacía antes y sus ramas se muestran más frágiles.
2. Reducción en la producción de flores: en pleno apogeo, tu planta es capaz de producir un montón de flores (y frutos). Cuando los años pesan, la capacidad de la planta para transportar nutrientes hacia las flores va disminuyendo, con lo que si has notado que lleva unos años de bajón, es un claro indicio de que su fase decadente ha llegado.
3. Tiene más plagas y enfermedades que antes: las plantas maduras y debilitadas suelen ser más susceptibles a problemas externos. Por decirlo de alguna forma, su 'sistema inmunológico' no es tan fuerte. La visita recurrente de patógenos puede ser un indicador de que la planta necesita ser revitalizada.
Una planta envejecida muestra un crecimiento más lento en comparación con etapas anteriores de su ciclo de vida
Existen otros síntomas que mandan mensajes del tipo “me hago mayor, necesito cuidados extra”, como son:
- Amarillamiento progresivo de hojas: pueden indicar que necesita algunos cuidados extra asociados con la alimentación de la planta. Al fin y al cabo no es la pequeña planta que era antes y necesita de sus nutrientes para crecer. Revisa si hace mucho que no la fertilizas y hazlo de forma programada. Te lo agradecerá.
- Sustrato compacto: además de los nutrientes, la planta necesita cierto espacio para que sus raíces se desarrollen con normalidad. Una planta con el mismo sustrato que hace unos años seguramente haya perdido su estructura y, con ello, la tierra se seca más de lo normal. Es muy probable que tu planta se haya vuelto más tragona con el tiempo. ¿Lo has notado? No es lo mismo regar a una pequeña planta en su mini maceta que a un gran arbusto que tiene ciertos años, así que es hora de aumentar la cantidad de agua en los riegos.
¿Qué hacer para revitalizar una planta?
Si lo que realmente necesitas es darle 'vidilla' a tu planta te recomiendo que hagas lo siguiente:
- Trasplante: si tienes una planta en maceta y hace mucho que no trasplantas, es bastante probable que tu planta necesite unos zapatos nuevos. Al fin y al cabo en el sustrato es donde ocurre parte de la magia: absorción de agua y nutrientes. Al darle más espacio y alimento extra, le ayudarás a generar nuevos tejidos y un aspecto más saludable.
- Poda de rejuvenecimiento: eliminar las ramas muertas, enfermas o débiles es sinónimo de apostar por lo sano y nuevo. La planta debe distribuir su energía y si eliges bien dónde irá, esto fomentará el crecimiento de nuevas ramas y brotes.
- Poda de raíces: has leído bien, las raíces muertas y viejas no sirven de mucho, con lo que a la hora de trasplantar, si realizas una poda selectiva promoverás que nuevas raíces crezcan, ayudando a la planta a que absorba mejor el agua y los nutrientes.
- Abona: tal y como comentábamos, la planta necesita nutrientes para desarrollarse bien. Un excelente consejo, además de fertilizar de vez en cuando, es añadir materia orgánica al suelo (humus de lombriz, por ejemplo). Además de aportar nutrientes, ayudarás a establecer un suelo más vivo y con mejor estructura, con lo que las raíces lo tendrán más fácil a la hora de hacer su trabajo.
- Aplicación de bioestimulante: se trata de sustancias naturales que, aplicadas en cantidades adecuadas, estimulan los procesos fisiológicos de las plantas, mejorando su crecimiento, desarrollo y capacidad de adaptación tras un estrés o condiciones adversas (una poda, un trasplante, un golpe de calor, etc).
- Propaga por si acaso: una buena idea es multiplicar tu planta favorita por su método preferido (semilla, esquejes, hijuelos…). Es como hacer una copia de seguridad de algo que aprecias mucho. Si el método elegido es por esqueje, elige mejor las ramas más jóvenes.
Consejo extra
Ya sabes, si tu planta está estancada o necesita que le des cierto cariño extra tras estos años, sigue estos consejos de forma progresiva. No te recomiendo aplicarlos todos a la vez, ya que si algo sale regular no podrás identificar cuál ha sido realmente el motivo del cambio. Observa, déjate llevar por tu intuición, prueba y sobre todo agradece todo el tiempo que esa planta ha estado contigo hasta hoy.