Los resultados de las investigaciones epidemiológicas en humanos y las de trazabilidad en alimentos han permitido identificar tres marcas distintas de fórmula infantil potencialmente contaminadas con Salmonella y procedentes de una sola empresa de transformación en ubicada en Craon (Mayenne), en Francia, Lactalis International.
Como medida adicional de precaución, la compañía ha decidido realizar una parada técnica de la fábrica para emprender medidas de limpieza y desinfección adicionales y en profundidad. Ya se ha visto obligada a retirar del mercado más de 7.000 toneladas de productos potencialmente contaminados de más de 80 países.
La empresa ha publicado una lista con los productos afectados. Lactalis está acusada de falta de transparencia y de reaccionar lentamente tras la detección de Salmonella en su planta de Craon durante los controles automáticos realizados entre agosto y noviembre de 2017. Esta contaminación, en principio, solo afecta al medio ambiente y no a los productos.
El 2 de diciembre de 2017, tras recibir la primera notificación de un número inusual de casos de Salmonella Agona en Francia, las autoridades francesas llevaron a cabo investigaciones en la fábrica implicada. Dos días después, el 4 de diciembre, lo notificaron al Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF, el sistema oficial de la UE para compartir información sobre riesgos en alimentos y piensos), después de confirmar que algunos de los productos afectados se exportaron a otros países.
Todos los productos fabricados en la misma empresa ya se han retirado como medida de precaución, pese a que la mayoría de los lotes implicados no habían pasado de su fecha de caducidad. Los productos se han distribuido a 13 países europeos: Bélgica, Bulgaria, Chipre, República Checa, Francia, Grecia, Irlanda, Países Bajos, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, España y Reino Unido; y a 54 países fuera de la UE. El brote ha llevado a la empresa a retirar doce millones de sus productos en todo el mundo.
La retirada en España afecta a un total de 37 productos que incluyen fórmulas infantiles en polvo para lactantes de las marcas Sanutri, Puleva Bebé y Damira, papillas de cereales de Puleva Bebé -en el caso de Damira y Sanutri, los cereales no están afectados porque se fabrican en España y por lo tanto no guardan ninguna relación con la fábrica de Craon- y un módulo de nutrición a base de maltodextrina en polvo, según ha informado la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), que recoge en su web una lista de los lotes retirados en España.
Lactalis Nutrición Iberia SLU ha activado la retirada del mercado español de varios lotes de sus fórmulas infantiles para lactantes, como medida de precaución al estar fabricados en la misma línea de producción que los lotes de las marcas francesas afectadas. Los responsables han comunicado que el consumo del resto de productos y lotes de las marcas Sanutri, Damira y Puleva es seguro, incluyendo los productos de leche líquida de la marca Puleva Peques, que se producen en fábricas de la compañía en España.
Hasta la fecha, se han confirmado dos casos de niños afectados por salmonella en España, uno del pasado 12 de diciembre y el último el pasado 2 de febrero, confirmado por el Departamento de Salud del Gobierno Vasco.
Un elemento sorprendente se ha añadido a la crisis. Según el Instituto Pasteur, la Salmonella responsable de los problemas a los que se enfrenta la gigantesca fábrica francesa podría ser de la misma familia que la bacteria que había contaminado la leche de la marca Célia en 2005, un año antes de que esta fuera comprada por Lactalis.
Expertos bacteriólogos del Instituto aseguran que las dos samonellas, tanto la de 2005 como la de 2017, son similares. Aunque aún trabajan con hipótesis, creen con firmeza que la crisis de 2017 se deriva de la de 2005. Entonces, la marca Célia ya tuvo que hacer varias retiradas de productos suyos y la epidemia afectó a 146 bebés.
Según las autoridades sanitarias francesas, todos los bebés afectados desde 2005, incluidos los que tuvieron que ser hospitalizados, se han recuperado bien. Los expertos trabajan ahora para comprobar si esta bacteria había desaparecido completamente de la fábrica desde su compra en 2006 o, en cambio, hubo casos esporádicos de contaminación entre 2005 y 2017 (calculan unos 25 casos en una década). Aunque los expertos no pueden decir con total certeza de que estos 25 bebés hayan consumido leche infantil procedente de esta fábrica, “el ADN habla claramente y apunta a esa planta”.
François Weill, jefe del Centro Nacional de Referencia de Salmonella en el Instituto Pasteur asegura en una entrevista al diario Ouest que la bacteria habría permanecido en un lugar de la fábrica no demasiado seco, donde se multiplicó y pudo sobrevivir. Aseguran, casi al 100%, que la bacteria no procede de ninguna granja, porque se habría encontrado en otros productos agrícolas como el queso.
El experto explica que los métodos de detección de Salmonella llevados a cabo de forma rutinaria podrían no ser adecuados para estas epidemias emergentes. Tampoco cree que la contaminación sea muy elevada; si así fuera, habría una gran cantidad de niños enfermos, pero no es el caso. Todos los casos detectados datan de antes de diciembre de 2017; desde entonces, no hay casos nuevos. Esto podría deberse a que la empresa ha cerrado permanentemente la torre de secado de la planta.
Es el décimo serotipo más frecuente de Salmonella en la Unión Europea. Tiene la capacidad de sobrevivir en la leche en polvo y multiplicarse de forma rápida tras la reconstitución. Puede adaptarse a la desecación, volverse resistente al estrés ambiental, como el calor y la falta de nutrientes, y sobrevivir durante largos periodos de tiempo en un ambiente seco.
El problema con la fabricación de las fórmulas infantiles en polvo es que, a pesar de que se aplica un tratamiento térmico, no se puede considerar que sean estériles porque no se realiza una esterilización final. Por tanto, es posible que puedan contener microorganismos en pequeñas cantidades. Otra complicación añadida es que el sistema inmunitario del lactante todavía está en desarrollo y es más susceptible a las infecciones.
La infección con esta bacteria se manifiesta con una gastroenteritis, en ocasiones aguda, que generalmente se resuelve en pocos días. Sin embargo, las consecuencias pueden ser graves en bebés y personas con sistemas inmunes debilitados. En Francia, el Centro Nacional de Referencia de Salmonella (CNR-Salm), el sistema francés de vigilancia y prevención de estas infecciones, del Instituto Pasteur de París, recibe 10.000 cepas por año, de las cuales el 6% pertenecen a bebés menores de un año. Desde 2012 hasta 2016, este centro ha identificado unas 65 cepas de Salmonella Agona cada año.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aconseja, a la hora de elaborar biberones: