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Todos estos meses de pandemia parecen habernos servido para dedicar más tiempo a ordenar nuestros hogares. Y ahora que estás organizando, todas esas cestas viejas que has acumulado pueden resultarte especialmente útiles para recoger pequeños y grandes objetos que llevan meses dando vueltas por tu casa.
Cierto: las cestas nos ayudan a organizar los calcetines y son un buen sitio para guardar todas esas mantas con las que te acurrucas en el sofá. Pero resulta que las cestas dan para mucho más, y sirven para otros usos sorprendentes, más allá de esas tareas obvias. [Aquí tienes 20 cosas que puedes hacer con todos esos calcetines viejos o desemparejados].
1. Usa tu cesta como macetero
Las cestas de mimbre resultan un macetero muy estiloso y funcional para todas esas plantas que acumulas en el salón. Lo único que hay que recordar es recubrir el interior con una bolsa de plástico. O, más sencillo: deja tu planta en el recipiente de plástico en el que viene, con un plato. [¿Necesitas más inspiración? Aquí tienes ideas y las reglas esenciales para organizar todas esas plantas en casa.]
2. Cestas como estanterías de pared
Bastan unos cuantos tornillos para anclar una cesta de metal a la pared y utilizarla para organizar casi cualquier cosa que necesites. De este modo, sirve como estantería para libros o para ordenar tus plantas de interior [Si acabas de llegar al mundo de la jardinería, aquí tienes siete plantas casi inmortales y aptas para manazas.]
Y colocada en una pared del baño, permite guardar, y tener a mano, los rollos de papel higiénico. Además de las cestas metálicas, también sirven las de mimbre o de madera: con ellas puedes hacer estanterías abiertas verticales, o dejarlas en el suelo para organizar tus toallas del baño.
3. Transforma la cesta en una cama para tu gato
Es muy sencillo convertir una cesta en una nueva cama para tu gato. Primero: elige una cesta de mimbre más baja que tu felino y casi tan ancha como el tamaño de su cuerpo cuando duerme hecho una rosquilla. Después, mete dentro su manta preferida y colócala en un lugar agradable donde a tu amigo peludo ya le guste pasar tiempo.
4. O decora tus paredes con cestas, ¡es tendencia!
Las cestas de mimbre, con colores y patrones bonitos, pueden resultar las mejores candidatas para decorar esa pared tristona del salón. Y por poco dinero; o totalmente gratis, si ya las tienes en casa. Es más: decorar tus paredes con cestas parece haberse transformado en una de las últimas tendencias que recorren Instagram.
Este proyecto aporta textura natural, además de un patrón interesante, a tu espacio. Y es sencillo: para acertar, agrupa cestas similares, y empieza con la más grande, ya que servirá de atrapa-miradas.
5. ¿Tienes una cesta grande? Hazte una mesa auxiliar
Tan sencillo como suena: dale la vuelta a una cesta metálica para utilizarla como mesa auxiliar junto al sofá. De este modo, ya te sirve para apoyar tus libros o papeles. Pero si, además, necesitas una mesa para dejar una taza de café o de té, puedes añadir consistencia a tu mesa-cesta colocando un tablero encima (un tablero redondo encajará mejor). Y dentro de tu mesa puedes seguir guardando esas mantas que disfrutas las noches de sofá y serie.
No solo metálica: una cesta grande de mimbre también te sirve exactamente del mismo modo. Y, si necesitas, quítale antes las asas. Puedes darle la vuelta o dejarla en su posición natural, y colocar (ahora sí que es imprescindible) un tablero encima para que sostenga lo que quieras.
6. O usa tu cesta como mesita de noche
Cuando el espacio es escaso, toca exprimirse la sesera. ¡O recurrir a una cesta! Si atornillas una cesta rectangular a la pared más cercana a tu cama, esta te servirá como una bonita mesita de noche, donde apoyar el libro cuando se te caigan los ojos; o donde dejar tu infusión nocturna. Una solución estilosa, barata y muy socorrida cuando no tienes espacio en la habitación donde colocar una mesita de noche tradicional.
7. Y úsala como bandeja
Si la cesta es baja, tienes una bandeja. Puedes usarla para llevar objetos de un sitio a otro; pero también para colocar unas macetas de aromáticas en la cocina, y tener todas tus hierbas frescas juntas y a mano.
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