Pescados a la sal, carnes asadas al punto, patatas crujientes por fuera y muy cremosas por dentro, verduras variadas, panes caseros, deliciosas pizzas o esponjosos bizcochos. Son algunas de las infinitas preparaciones que podemos bordar al horno sin ser unos experimentados cocinillas. Solo tenemos que preparar la materia prima, arrancar la máquina, seleccionar la temperatura indicada y el tipo de horneado, incluso el tiempo y darle a la alarma para que nos avise una vez transcurridos los minutos que hemos marcado.
Si le tenemos cogido el truco al horno, es solo cuestión de esperar a que todo esté listo. Sin mayor esfuerzo. Dependiendo de la receta, quizás acercarnos de vez en cuando para darle la vuelta al asado de pollo, o comprobar si el bizcocho ya se ha cocinado bien por dentro. Es de los métodos más cómodos para poder seguir concentrados en otras tareas, y de los que menos cacharros y utensilios de cocina ensucian. Es rápido y limpio. Y los sabores del horneado, inimitables.
Pero no todo iban a ser ventajas. Todo tiene sus pros y sus contras. Y aunque cocinar al horno nos evita que se manchen otros utensilios como ollas y sartenes, o los propios fogones, sí que tendremos que ser cautelosos y aplicar algunas medidas para evitar que las bandejas del horno terminen repletas de grasa y restos de comida incrustados. Te vamos a dar algunos trucos para que -llegado el momento- seas capaz de eliminar toda la suciedad y dejar tus bandejas como nuevas.
Moldes, otros recipientes y tapetes siliconados
Para empezar, siempre que podamos intentaremos cocinar con moldes de silicona -son muy fáciles de limpiar y podremos usarlos por ejemplo para preparar todo tipo de bizcochos y panes-, también podemos encontrarlos metálicos, de aluminio o de acero inoxidable. Para otro tipo de preparaciones, podemos usar recipientes de cerámica, porcelana, loza o vidrio.
Y si necesitamos preparar grandes cantidades y no nos queda más remedio que usar toda la bandeja, podemos utilizar para cubrirla tapetes siliconados reutilizables y libres de PFAS. Te durarán muchísimo tiempo y son una opción perfecta para el horneado de galletas o pasteles, pero también otro tipo de alimentos como pizzas o carnes asadas.
Si aun así, prefieres hornear directamente sobre la bandeja, asegúrate de que es antiadherente e intenta engrasarla un poco con mantequilla o aceite de oliva virgen antes de repartir tu preparación sobre el soporte para favorecer que no se pegue en la superficie.
Y aunque es verdad que el sabor de cocinar sobre la bandeja siempre aporta un extra, también es cierto que no podrás evitar algunos daños colaterales y después de hornear tu receta, tendrás que sacar un rato para desincrustar la suciedad.
Cómo limpiar las bandejas del horno
No limpiar de inmediato la bandeja, aunque parezca que no se ha ensuciado demasiado, hará que la próxima vez que cocines sobre ella vuelva a derretirse esa grasa y contamine los aromas y sabores de la nueva preparación. Te contamos algunos trucos para dejar las bandejas del horno como nuevas:
- Vamos a utilizar una de las combinaciones ganadoras a la hora de acometer una tarea de limpieza por muy ardua que se presente: vinagre y bicarbonato de sodio. Tienen un alto poder limpiador y también desinfectante; y nos va a ayudar a eliminar las manchas de grasa, quemaduras y otros restos incrustados en la bandeja. Vamos a trabajar con una pasta de ambos ingredientes que realizaremos mezclando una decena de cucharadas de bicarbonato con tres de vinagre de limpieza y cuatro de agua muy caliente. Iremos añadiendo el vinagre despacio para no generar demasiada espuma al reaccionar con el bicarbonato. Ahora, vamos a esparcir la pasta en la bandeja o bandejas, aunque también podemos aprovechar y distribuirla por las paredes y puerta del horno. Lo dejaremos actuar varias horas y después lo retiraremos con un trapo humedecido.
- Si no tenemos bicarbonato o la limpieza que necesitamos hacer no es tan profunda, podemos utilizar simplemente vinagre mezclado con agua (una parte de vinagre por tres de agua). Introduciremos el líquido en un pulverizador que podemos utilizar distribuir este limpiador sobre las bandejas y paredes del horno. Igualmente, se deja actuar, aunque esta vez entre 15 y 20 minutos, y después limpiamos con una esponja, aclaramos y secamos.
- Agua hirviendo. Es una de las fórmulas más sencillas, pero no por eso menos eficaces. No hay que desdeñar el poder del agua caliente. Lo que vamos a hacer es retirar en la medida de lo posible toda la grasa que acumula la bandeja con papel de cocina. Después la cubriremos con agua hirviendo, a la que podemos añadir unas gotitas del lavavajillas que utilicemos en casa. Lo dejaremos actuar al menos dos o tres horas. Luego retiramos el agua y frotamos suavemente con una esponja para superficies delicadas. Si ves que la suciedad de la bandeja es muy resistente, te aconsejamos que añadas un poco de bicarbonato al agua hirviendo con el lavavajillas.
- Otra forma de limpiar las bandejas que resulta muy agradable es utilizando limón. Además de dejarlas como nuevas, sirve para desinfectar el horno por dentro y eliminar los malos olores. Lo que vamos a hacer en esta ocasión es cubrir con agua de nuevo la bandeja o bandejas, pero en esta ocasión vamos a añadir el jugo de un limón entero exprimido y también su cáscara. Introduciremos las bandejas en el horno y vamos a calentarlo a potencia media durante unos 15 ó 20 minutos. Cuando haya pasado ese tiempo, sacamos las bandejas, las dejamos enfriar para no tener ningún accidente y las lavamos como solemos hacerlo habitualmente.
- Otro truco que te damos es utilizar bicarbonato -como en la primera solución que te dábamos- pero combinado esta vez con agua oxigenada. Para ello, cubriremos la bandeja con tres capas, la primera y tercera con bicarbonato y la segunda, con peróxido de hidrógeno. Lo dejaremos actuar al menos dos o tres horas. Transcurrido ese tiempo, vamos a usar un cepillito de cerdas suaves para limpiar la superficie a tratar con movimientos circulares. Después enjuagaremos y lo secaremos bien.