Si hay una parte de la cocina donde la grasa y la suciedad acumulada siempre se nos resisten es la campana extractora. ¿Cuántas veces has mirado hacia arriba de los fogones y has visto todas esas gotitas amarillentas solidificadas e incrustadas en la campana? ¿Te has preguntado cómo dejarla otra vez como nueva y sin mucho esfuerzo? No te preocupes, vamos a darte algunos consejos de limpieza con los que enfrentarte con éxito a la faena y que no se te vaya más de las manos.
Un buen mantenimiento nos permitirá tenerla siempre disponible para que pueda socorrernos y liberarnos del humo y los olores cuando cocinamos algunas carnes y pescados a la plancha o tenemos los guisos al fuego.
La campana extractora es uno de los electrodomésticos más utilizados de la cocina, y por tanto de los que más tienden a ensuciarse a lo largo del día con las grasas que liberamos al cocinar, restos de alimentos y las bacterias que se van acumulando. Para mantener la suciedad a raya tanto por dentro como por fuera es crucial seguir una serie de pautas que vamos a enumerarte.
En primer lugar, es importante realizar un mantenimiento periódico del interior de la campana extractora para evitar la acumulación de grasa, así como los residuos del paso del humo. Realizar esta tarea puede parecerte complicada a simple vista, pero hay formas de acometerla con éxito:
Usar desengrasantes comerciales
Son productos específicos que podemos encontrar en los supermercados y droguerías para limpiar el extractor y el acero inoxidable de la campana sin dañar los materiales. Para ello, hay que seguir unos pasos:
- Retirar los filtros de la campana y aplicar el desengrasante.
- Dejar que el producto actúe durante el tiempo que especifiquen las instrucciones para que se desincruste la suciedad.
- Con una bayeta o la parte no abrasiva de un estropajo o esponja limpiar el interior.
- Hay que repetir el proceso tantas veces como sea necesario para dejar completamente limpio el extractor.
Bicarbonato de sodio
Se trata de un producto sostenible y más natural que puede ayudarnos también a desinfectar y limpiar nuestra campana extractora. Necesitaremos más paciencia y tiempo, pero es la opción preferida por muchas personas. ¿Cómo podemos hacerlo?
- Colocaremos dos ollas llenas de agua con bicarbonato de sodio al fuego. Cuando el agua rompa a hervir, encenderemos el extractor de la campana. Esta absorberá el vapor, de forma que facilitará que se vaya disolviendo la grasa acumulada en el interior.
- Las ollas deberán estar al fuego al menos durante una hora. Tendrás que estar pendiente de añadir más agua y bicarbonato porque poco a poco irá evaporándose. Es importante no perderlas de vista durante el tiempo que dure el proceso porque si se quedan sin agua, se quemarán y podríamos provocar un accidente.
- Cuando veas que la grasa exterior empieza a disolverse, apaga las ollas y retíralas del fuego.
- Seguidamente, limpia con una bayeta el interior de la campana extractora.
- Si todavía hay algún área que se te resista, con los mismos ingredientes (bicarbonato y agua) prepara una pasta moldeable y colócala con una esponja, bayeta o cepillo en la mancha a tratar. Después frota esa zona problemática.
- Para terminar, puedes pasar una bayeta con agua o bien vinagre blanco de limpieza para dejar la campana reluciente.
Además del bicarbonato y el vinagre, otro producto natural que podemos utilizar para limpiar nuestra cocina es una solución de agua con un poco de zumo de limón, que tiene un alto poder desengrasante.
Limpiar la campana por fuera
Para limpiar la campana por fuera también te daremos una serie de trucos:
- Lo primero es desconectar el extractor para evitar un cortocircuito durante la limpieza y hacerlo con toda seguridad.
- Si tu campana es de acero inoxidable, no olvides utilizar un producto específico para no estropearla. Un truco infalible para dejarla como nueva es humedecer un trapo con unas gotitas de aceite de oliva. Se quedará reluciente.
- La forma de pasar la bayeta será siempre en la misma dirección para darle brillo sin provocar marcas o arañazos.
- Si tu campana tiene pantalla, ten cuidado de que no le caiga ningún líquido, podría estropearla. Las mismas precauciones hay que tomarlas a la hora de pasar el trapo sobre los botones del electrodoméstico, por lo que una bayeta ligeramente humedecida o incluso seca será suficiente para dejar la campana como nueva.
Los filtros
Con la campana limpia por dentro y por fuera, solo nos quedaría limpiar los filtros:
- En primer lugar, habrá que desmontarlos. Si es la primera vez que vas a hacerlo, se recomienda consultar el manual de instrucciones para no dañarlos durante la operación.
- Si tienes lavavajillas, esta la mejor opción. Los filtros no se dañan al lavarlos a máquina y es el método más efectivo para desincrustar toda la grasa por las altas temperaturas que pueden alcanzar. Pero si no tienes uno, no te preocupes. Con un poco más de tiempo te quedarán igualmente bien.
Te explicamos cómo:
- Necesitas un recipiente amplio donde quepan los filtros. Llénalo de agua muy caliente y añade desengrasante.
- Introduce los filtros y déjalos inmersos en esa mezcla durante unos minutos, así conseguirás que se ablande la grasa.
- Después pásales una bayeta o trapo para terminar de eliminar las manchas. Si se te resisten, usa un cepillo o un estropajo no abrasivo para ayudarte en la tarea sin dañar los filtros.
En el mercado existen modelos de campana extractora con filtros de recirculación. Estos no necesitan que los limpies, pero sí que hay que seguir las recomendaciones del fabricante y sustituirlos por otros nuevos cada cierto tiempo.
Otra recomendación importante para no sufrir demasiado cuando acometas una limpieza profunda de tu campana —que se recomienda cada dos meses aproximadamente— es ser constante y limpiarla cada vez que la usas. De esa manera, la mantendrás limpia y con poco esfuerzo irás deshaciéndote de la grasa antes de que se petrifique en el exterior de la campana. Así también alargarás la vida del electrodoméstico y harás que luzca siempre brillante. Además, es lo más higiénico y tener una cocina libre de bacterias, lo más recomendable.
Tampoco hay que perder de vista que si no mantenemos bien limpia y desinfectada nuestra campana, puede producir malos olores en nuestra cocina y estos, extenderse por el resto de la casa.