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El aloe vera es una farmacia viviente: de ella se dice que es cicatrizante, depurativa, analgésica y hasta afrodisiaca, según una mención del Kama Sutra. Y es que hace milagros con las quemaduras solares, gracias a sus propiedades refrescantes, cuida los cortes en la piel y hasta alivia las picaduras de los mosquitos.
Corta una hoja, saca el gel que tiene dentro (técnicamente, su savia) y aplícatela. [Hace un tiempo te contamos cómo hacerte tu propio gel de aloe vera, sin gastarte un duro].
Más allá de sus propiedades, el aloe vera (como las demás suculentas) vuelve a estar en boga como planta decorativa de interior; debido, en buena parte, a las redes sociales. Aunque también es una planta estupenda para sacar a la terraza; siempre que esté protegida en invierno.
Y, al contrario que muchas plantas de interior, el aloe vera libera oxígeno y absorbe dióxido de carbono de noche; por lo que, además, es una buena compañera de cama (al menos, de dormitorio). Aún hay otra razón para amarla: tu aloe vera es una de las plantas más facilonas de cuidar, y crecerá feliz en una maceta, con unos trucos básicos. Y si la cuidas bien, tendrás retoños de aloe vera casi de por vida.
Lo que tu aloe quiere que sepas
Tu planta de aloe vera es originaria de África; de regiones climáticas secas y áridas; lo que la convierte en una superviviente capaz de superar airosa periodos prolongados de sequía. El secreto: sus hojas están repletas de agua; que forma parte, precisamente, de ese gel o savia que tanto valoramos.
Pero para que tu aloe viva feliz en una maceta, hay que darle un sustrato de calidad o tierra que drene muy bien. Puedes utilizar tierra especialmente pensada para cactus; que suele incluir arena o grava fina para mejorar el drenaje, una propiedad que valora mucho este tipo de plantas mayormente desérticas.
Si tienes un sustrato de calidad en casa, puedes añadir un poco de perlita (un tipo de vidrio volcánico) que se vende en viveros, tiendas de plantas o en la sección de jardinería; y que hace el mismo trabajo.
¿Cómo regar un aloe para que sea feliz?
No te pases con la regadera, porque será una sentencia de muerte para tu aloe vera. El truco más sencillo para que viva feliz es permitir que la tierra se seque entre riego y riego. De lo contrario, con humedad constante, sus raíces se pudren con bastante rapidez. [Aprende cómo rescatar una planta que casi has ahogado, por exceso de agua].
No es complicado. Puedes usar el truco del dedo: introdúcelo en la tierra hasta la segunda falange. Si está seca, coge la regadera. Pero si notas humedad, espera unos días y vuelve a hacer la prueba.
Si no te fías de tu dedo, apúntate esta otra regla general: en verano, a tu aloe vera le vendrá bien que lo riegues concienzudamente una vez al mes o cada tres semanas. Pero no dejes que la tierra permanezca totalmente seca mucho tiempo durante el periodo de crecimiento (primavera y verano) si quieres que tu aloe se ponga grande.
Ahora bien, durante el otoño y el invierno, basta con que lo riegues una vez cada dos meses. Y deja que el exceso de agua drene por completo. También conviene meterlo en casa durante los meses fríos (de noviembre hasta el inicio de marzo), ya que no soporta temperaturas por debajo de los 10 o 8ºC.
¿Otro truco para que tu aloe vera atrape likes en Instagram? Riégalo con agua de lluvia. Los minerales del agua del grifo pueden acumularse en el sustrato o en la tierra y dejar depósitos blancuzcos en sus hojas.
Aloe vera: ¿qué maceta uso y dónde la coloco?
Tu aloe será feliz en un sitio cuanto más luminoso, mejor; pero sin achicharrarse por el sol. Así, dentro de casa (el aloe puede ser una planta de interior eterna y perfectamente feliz), prefiere una ventana luminosa pero con luz indirecta.
¿Y en qué maceta ponerlo? En general, como el resto de tus suculentas, preferirá una maceta de terracota antes que de cristal, ya que resulta más eficaz en la tarea de absorber la humedad de la tierra. Y lo último que quiere tu aloe es tener sus raíces metidas en agua.
Y dale de comer una vez al año; aunque puedes hacerlo una vez al mes durante la estación de crecimiento. Un producto con alto contenido en potasio (K), como un fertilizante para tomates, ayudará a tu aloe vera a crecer; o puedes utilizar un fertilizante para cactus.
Cómo reproducir tu aloe vera y hacerlo eterno
La mejor forma de propagar un aloe vera, y también la más sencilla, es retirar con cuidado las pequeñas plantas que crecerán en la base de la planta madre. Para molestar lo menos posible las raíces, saca toda la planta de la maceta; y, con cuidado, divídela en ejemplares individuales.
Planta cada retoño en una maceta de tamaño apropiado, o coloca varios en un recipiente algo más grande, en grupos, si quieres causar un efecto más frondoso. ¡Ya lo tienes!
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