Cómo funciona (o no) el agua magnetizada
El 60% del cuerpo humano es agua, el agua es la base de la vida y ocupa el 70% de la superficie de la Tierra. Basta perder un 2% del agua de nuestro cuerpo (por ejemplo, por el calor) para que se vean afectadas las funciones del cerebro.
No es de extrañar que al agua se le atribuyan propiedades mágicas y se intenten potenciar sus virtudes. Los defensores actuales de la homeopatía, aunque reconocen que el principio activo desaparece en la disolución, sostienen que el agua tiene “memoria” (una memoria selectiva, ya que recuerda el extracto de cebolla y olvida todos los orines que tuvo disueltos antes).
Sin embargo, en los últimos años han surgido otros tipos de aguas mágicas que también se comercializan a precios muy elevados y prometen curar todo tipo de dolencias. El agua estructurada, a veces llamada agua magnetizada o hexagonal es una de ellas.
El agua hexagonal
Todos recordamos de la química escolar que la fórmula del agua es H2O, dos átomos de hidrógeno unidos a uno de oxígeno por enlaces covalentes. Pero estas moléculas están cargadas eléctricamente porque son asimétricas, así que esta atracción puede hacer que se formen agrupaciones de moléculas de H2O.
Según los defensores del agua estructurada, cuando el agua pasa por un campo magnético o entra en contacto con ciertas superficies, como el agua no contaminada que discurre entre rocas y árboles, el agua del deshielo y otras fuentes, las moléculas de agua se ordenan y adoptan una estructura hexagonal. Creen que el agua magnetizada es como el agua intracelular que forma un gel en las plantas o la fascia en los animales, que es una “cuarta fase” del agua con un hidrógeno y un oxígeno extra. Pero esta molécula ni es agua, ni es estable, ni se ha detectado en ningún lugar.
Algunas empresas venden sistemas para convertir el agua normal en agua estructurada. Entre los distintos métodos están magnetizarla mediante un proceso llamado de vórtice, exponiéndola a luz ultravioleta o infrarroja, exponiéndola al calor y la energía naturales, como la luz solar, o almacenándola en botellas de agua con piedras preciosas sumergidas en ella. Todo esto es extremadamente caro de comprar y mantener.
Entre los supuestos efectos del agua estructurada está aumentar la “energía”, mejora la concentración y la memoria, perder peso, favorecer el sueño y al sistema inmunitario, mejorar la piel y la circulación, estabilizar el azúcar en sangre y, cómo no, eliminar toxinas y prolongar la vida.
¿Cómo es posible? Según sus defensores el agua estructurada almacena energía en sus redes hexagonales, y esa energía penetra en nuestras células cuando la consumimos, activando nuestras mitocondrias. Todos estos principios se explican en un (muy criticado) libro llamado “El puzzle del agua y la clave hexagonal”, del Dr. Mu-Shik Jhon.
La imposibilidad del hexágono
No hay estudios de alta calidad en humanos que respalden las afirmaciones relacionadas con la salud que se hacen sobre el agua estructurada. El más notable es un estudio de 2013 con ratas con las que se usó agua magnetizada para disminuir los niveles de glucosa en sangre y reducir los daños producidos por la diabetes, pero se trata de un estudio muy pequeño que no se ha podido replicar. Esto no impide que en otros campos, como la agricultura, ciertos estudios sobre el agua estructurada supuestamente mejore el rendimiento de las cosechas.
Sin embargo, hay un motivo más profundo para dudar del agua estructurada: es físicamente imposible. La teoría indica que las moléculas de agua se ordenan en redes hexagonales, y en efecto, eso es lo que ocurre con las moléculas de agua en el hielo. Es el motivo de las bellas estructuras en forma de estrella de seis puntos de los copos de nieve bajo el microscopio.
Las moléculas de agua en el hielo no se mueven, y por eso el hielo es sólido. En el agua líquida las moléculas están en constante movimiento. Si formaran estructuras complejas, dejaría de ser líquida. Es cierto que se pueden formar aglomeraciones de moléculas de agua temporalmente, pero se deshacen en cuestión de femtosegundos, que es la trillonésima parte de un segundo.
Además, si las propiedades del agua se debieran a su estructura, debería ser posible visualizar esta estructura. En un estudio de 2008 realizado en el CEU Cardenal Herrera se analizó el agua antes y después de ser magnetizada, y se midió su dureza, el pH y la conductividad. Nada cambiaba, y la conclusión es tanto esta agua como los instrumentos para fabricarla son un fraude.
Entonces, ¿por qué hay gente que afirma que el agua magnetizada les ha mejorado la salud? La explicación más evidente es el efecto placebo, que siempre está presente, ya que creer firmemente que el agua o cualquier otra cosa mejorará su condición puede mejorarla efectivamente. También es muy probable que esta personas simplemente haya empezado a beber más agua que antes desde que cayeron en el timo de la magnetización. Beber más agua es suficiente para mejorar muchos síntomas derivados de una hidratación deficiente. El que sea o no magnética no viene al caso.
¿En qué se basa todo esto?
Dehydration and Cognitive Performance. Deshidratación y rendimiento cognitivo.
Effect of the magnetized water supplementation on blood glucose, lymphocyte DNA damage, antioxidant status, and lipid profiles in STZ-induced rats. Efecto de la suplementación con agua magnetizada sobre la glucosa en sangre, el daño al ADN de los linfocitos, el estado antioxidante y los perfiles lipídicos en ratas inducidas por STZ.
STRUCTURED WATER: AN EXCITING NEW FIELD IN WATER SCIENCE. AGUA ESTRUCTURADA: UN NUEVO Y EMOCIONANTE CAMPO EN LA CIENCIA DEL AGUA.
Magnetized Water: Science or Fraud? Agua magnetizada: ¿Ciencia o fraude?
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