La luz blanca azulada tiene mala fama. Es el color de la luz que emiten las pantallas de teléfonos móviles, ordenadores y tabletas, la de los fluorescentes y ciertas bombillas LED. Esta luz fría está asociada a perturbaciones en el sueño porque inhibe la producción de melatonina , el neurotransmisor que necesitamos para dormir.
Sin embargo la luz blanca azulada es precisamente la responsable de despertarnos por la mañana, porque ese es el efecto de la luz solar: inhibir la melatonina en las primeras horas del día y aumentar el estado de alerta.
Hay pocas dudas sobre este mecanismo. En un estudio con estudiantes, los investigadores compararon la respuesta fisiológica y subjetiva a diferentes colores de luz por la mañana. La disminución de los niveles de melatonina fue significativamente mayor después de la exposición a la luz blanca enriquecida con azul en comparación con la luz blanca cálida.
Esto es una medida efectiva contra la confusión mental por las mañanas , la incapacidad para concentrarse, pensar con claridad o incluso mantener un atisbo de algo que mucha gente intenta solucionar tomando café.
En un estudio reciente se compararon los efectos de la cafeína y la luz azul en la función psicomotora. Ambos eran positivos, pero los sujetos expuestos a la luz azul obtuvieron mejores resultados en las pruebas de función ejecutiva consistentes en mantener la concentración en presencia de una distracción. La misma distracción resultó ser demasiado molesta para los consumidores de cafeína, que no fueron capaces de mantener el foco. Curiosamente, funcionó aún mejor en las personas de ojos azules.
La luz azulada por la mañana puede mejorar nuestras capacidades cognitivas, incluyendo la memoria, el estado de alerta, el tiempo de reacción y la función ejecutiva, al menos a corto plazo. Siempre que sea en las primeras horas del día, no interfiere con el sueño nocturno, sino todo lo contrario, puede mejorarlo.
Se ha comprobado que la exposición a lámparas con luz azulada durante 30 minutos por la mañana es capaz de compensar la disminución en la alerta provocada por la falta de sueño. En los países donde la latitud hace que los inviernos sean oscuros es común usar terapia lumínica durante estos meses para prevenir y tratar trastorno afectivo estacional , con lámparas de luz azulada de al menos 10.000 lux de potencia.
Aun así, la exposición a la luz solar es igual de efectiva o incluso más, por lo que los paseos matutinos deberían ser la primera opción para poder conciliar mejor el sueño por la noche. Trabajar durante la mañana con luz fría también tiene el efecto de mejorar el sueño nocturno .
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