El actor Tom Hardy tuvo que ganar un montón de músculo en poco tiempo para convertirse en Bane, el malo de “El caballero oscuro”. Cuando le preguntaron en una rueda de prensa si había tomado “zumo” (esteroides) para cambiar su físico, su respuesta sarcástica no dejó lugar a dudas: “No, tomé caramelos. ¿Qué coño pensabas?” Cuando te pagan varios millones de dólares por representar un papel, hay pocas dudas sobre lo que eres capaz de hacer.
Sin embargo, los esteroides anabolizantes han dejado de ser monopolio de los culturistas y las estrellas de cine. Según datos de la Generalitat Valenciana, en España consumen anabolizantes un 3,3% de los escolares entre 14 y 18 años. Después de los 18 el porcentaje asciende al 7,9%. Un informe de la Comisión Europea afirma que un 6% de las personas que van al gimnasio los utilizan. Haciendo cuentas en España eso son más de 20.000 personas.
Un reciente metaanálisis estima que en todo el mundo un 6,4% de los hombres y el 1,6% de las mujeres toman anabolizantes sin receta. Porque los esteroides anabolizantes no son drogas ilegales, son medicamentos que se desarrollaron para tratar el hipogonadismo (deficiencia de hormonas sexuales) y sus consecuencias. El Winstrol se utiliza para tratar la anorexia, las convalecencias y los retrasos del crecimiento. El Danatrol, para la endometriosis. El Proviron para la infertilidad masculina. No se trata de comprar una sustancia en el mercado negro probablemente adulterada. Son medicamentos reales que funcionan, pero que también tienen efectos secundarios muy reales.
Cómo funcionan los anabolizantes
Ya desde su descubrimiento se observó que estas sustancias, que molecularmente son muy parecidas a la testosterona, hacían crecer los músculos. Este es el efecto anabólico: aumentar la síntesis de proteínas en las fibras musculares, o simultáneamente, impedir la acción del cortisol, con lo que se evita la degradación del músculo. El resultado final es más masa muscular, más fuerza y menos fatiga durante el entrenamiento. No todos los músculos responden igual a los anabolizantes. Los músculos de los hombros, deltoides y trapecios, tienen mayor cantidad de receptores, y crecen de forma antinatural. Es una forma rápida de distinguir a los usuarios de estas sustancias.
Los otros efectos son los androgénicos, es decir, el desarrollo de características sexuales masculinas como el vello facial, voz profunda, calvicie, mandíbula ancha, acné y otros. Son especialmente notables cuando los toman las mujeres.
Los andrógenos, y por tanto sus sucedáneos también, tienen un papel determinante en cuánta grasa se almacena y dónde. En un experimento que midió la cantidad de grasa corporal, la medida de la cintura y la relación entre la cintura y la cadera todas estas medidas bajaban al aumentar los niveles de testosterona en sangre y aumentaban al subir los niveles de estrógenos (hormonas femeninas).
En los hombres, sin embargo, puede salir el tiro por la culata. Todos tenemos hormonas masculinas (andrógenos) y femeninas (estrógenos), y el organismo las mantiene en equilibro. Si en los hombres hay un exceso de testosterona, una parte de ella se convertirá en estrógenos por un proceso llamado aromatización. Estos altos niveles de estrógenos producen ginecomastia (aumento de las mamas) que solo se elimina con cirugía.
Para evitar en lo posible estos efectos hay que tomar otros medicamentos como el tamoxifeno que neutralizan la acción de la aromatasa, la enzima que hace la conversión. Con estas precauciones, los anabolizantes producen efectos rápidos y muy notables: crecimiento muscular, disminución de grasa y ese aspecto rocoso que tienen los modelos y actores en Instagram que todo el mundo quiere imitar. Esto viene acompañado de mayor libido y “ganas de vivir”, algo que por desgracia puede fácimente convertirse en agresividad e irritabilidad, especialmente al combinarlos con alcohol.
Ahora bien, al cabo de un tiempo de usar estos sustitutos de la testosterona, el cuerpo no tiene motivos para fabricarla por sí mismo. Se inhiben las gonadotropinas (hormonas responsables del sistema reproductor) y con ello la producción de espermatozoides, causando infertilidad y disminución del tamaño de los testículos. Por eso los anabolizantes se toman en ciclos, con periodos de descanso. Durante estos descansos hay que tomar otros medicamentos como el clomifeno y la HCG, una gonadotropina, para que los testículos y la testosterona vuelvan a la normalidad. Son caros, y muchos usuarios se saltan este paso. Dependiendo de las dosis de esteroides y de la falta de precauciones, alguno de los efectos negativos del ciclo puede convertirse en irreversible.
El 90% de los usuarios de esteroides experimenta al menos uno de los siguientes efectos secundarios: acné (50%), estrías (34%), ginecomastia (hasta el 34%), daños en el hígado, hipertensión, impotencia y alopecia. A largo plazo hacen disminuir drásticamente los niveles de colesterol “bueno”, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y también puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata.
La disminución de la testosterona durante los descansos produce depresión, los resultados en el gimnasio ya no son los mismos, y muchos usuarios se ven abocados a comenzar un nuevo ciclo poco después, especialmente si viven de su físico. Este es el verdadero riesgo de los anabolizantes. No son sustancias adictivas, pero después de disfrutar de sus efectos, vivir sin ellos es mucho peor en comparación. Para mantener el aspecto adquirido hay que tomarlos de por vida.
El uso continuado sin un control estricto tiene un precio. Basta comparar esta lista de culturistas clásicos, que no tenían acceso a los anabolizantes, y que alcanzaron una media de edad de 81 años, con la escalofriante lista de culturistas profesionales de los 90 y 2000 que se muestra al final de este otro artículo, muertos entre los 30 y los 50 años de edad.
Los actores millonarios de las películas de superhéroes, los culturistas de competición y los deportistas de élite dopados, toman estas sustancias bajo estricta supervisión médica, con análisis de sangre continuos, ciclos y dosis medidos al milímetro, y con todos los medicamentos necesarios para compensar los efectos secundarios. Es un biohack extremadamente caro en el mejor de los casos posibles, y aún así siempre hay riesgos. El adolescente que se inyecta anabolizantes de uso veterinario en las duchas de su gimnasio de barrio seguramente no disfruta de tantas garantías.
¿En qué se basa todo esto?
Preocupación de la Comisión Europea ante la importancia del dopaje en el deporte «amateur»El estudio sobre el dopaje en los gimnasios indica que, en esos cuatro Estados miembros, un promedio del 5,7 % de los ciudadanos reconocen tomar regularmente fármacos para mejorar sus prestaciones deportivas. Las personas que reconocen doparse representan a todas las categorías sociales (trabajadores activos, alumnos y estudiantes).
The global epidemiology of anabolic-androgenic steroid use: a meta-analysis and meta-regression analysis.La tasa global de prevalencia de vida obtenida fue del 3,3%. La tasa de prevalencia para los hombres, 6.4%, fue significativamente más alta que la tasa para las mujeres, 1.6 %.
RIESGOS PARA LA SALUD DEL USO NO TERAPÉUTICO DE LOS ESTEROIDES ANDROGÉNICOS ANABOLIZANTESUn alto porcentaje de los pacientes (88-96%) experimentan al menos una de las siguientes RAM: acné (40-54%), atrofia testicular (40-51%), estrías cutáneas (34%9, ginecomastia (10-34%) y dolor en el sitio de inyección (36%).
Sex Steroid Hormone Levels and Body Composition in MenLos análisis transversales de 821 hombres, testosterona, testosterona libre calculada y globulina fijadora de hormonas sexuales se correlacionaron inversamente con la masa grasa, el peso, el índice de masa corporal, la circunferencia cintura / cadera y la relación cintura-cadera. El estrógeno libre calculado se correlacionó positivamente con el porcentaje total y la masa grasa del tronco, y el ratio estrógeno / testosterona se correlacionó positivamente con todas las medidas examinadas.
Effects of androgenic-anabolic steroids on apolipoproteins and lipoprotein (a)La autoadministración de varios esteroides androgénicos anabólicos simultáneamente durante ocho o 14 semanas produce efectos desfavorables profundos comparables sobre los lípidos y las lipoproteínas, lo que lleva a un aumento del perfil lipídico aterogénico, a pesar de un efecto beneficioso sobre la concentración de lipoproteína a.
Serum Testosterone Levels and Symptom-Based Depression Subtypes in MenEl subtipo depresivo atípico mostró niveles de testosterona significativamente más bajos en comparación con los depresivos melancólicos.
Adverse health effects of anabolic-androgenic steroids.El estereotipo abrumador sobre los esteroides androgénicos anabólicos es que estos compuestos causan un comportamiento agresivo en los hombres. Sin embargo, los rasgos de personalidad subyacentes de un subgrupo específico de abusadores de esteroides androgénicos anabólicos, que muestran agresión y hostilidad, también pueden ser relevantes. El uso de esteroides anabólicos androgénicos en combinación con alcohol aumenta en gran medida el riesgo de violencia y agresión. La responsabilidad de dependencia de los esteroides androgénicos anabólicos es muy baja y los efectos de abstinencia son relativamente leves.