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Más que zumo: seis formas geniales de aprovechar la cáscara de la naranja

Cáscaras de naranja

Eva San Martín

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Si el desperdicio de alimentos te pone los pelos de punta, puedes iniciar una pequeña revolución culinaria en tu cocina. Y tal vez el modo más sencillo de empezar esta revuelta ecológica sean tus naranjas. O, mejor dicho, lo que sueles desechar de ellas: las cáscaras. No es casual: por volumen, las naranjas, son el alimento que más tiramos a la basura en España: 1,3 millones de kilos a la semana, según el Gobierno. 

Y la principal parte son cáscaras. El problema no es solo es el desperdicio: cuando acaba en el vertedero, toda esta fruta enterrada bajo el resto de la basura libera gas metano, un gas cuyo potencial de efecto invernadero más potente que el CO2. 

No solo se beneficia el planeta. Los científicos afirman que la cáscara de la naranja contiene flavonoides, un tipo de fitonutrientes (nutriente vegetal) responsable de su intenso color naranja, y también un poderoso antioxidante con propiedades antiinflamatorias que ayudan tu sistema inmunológico.

Por fortuna, la peladura de la naranja (y del limón) tiene más usos prácticos de los que puedes contar con los dedos de una mano. Aquí van unos cuantos que merece la pena intentar: desde hacer una mermelada económica, secarlas para aromatizar tu té o machacarlas para preparar la base de una copa. Y hay más.

1. Mermelada de cáscara de naranja

Si mondas tu naranja con un pelador de verduras, obtendrás fácil medio vaso de cáscara. Si no te gustan tan amargas, retira la piel interior. Las puedes usar tal cual o guardarlas en la nevera una semana hasta que tengas la cantidad suficiente. También puedes congelarlas. Lo importante: en menos de una hora de elaboración, puedes transformar unas sencillas peladuras en una deliciosa mermelada que te acompañará todo el año. 

Usa 300 gramos de cáscaras cortadas en tiras de unos tres milímetros y colócalas en una cazuela. Cúbrelas con 800 mililitros de agua llévalas a ebullición; después baja el fuego y deja que se cuezan treinta minutos. Añade azúcar a tu gusto, cuanto menos refinada, mejor: la regla general es añadir la misma cantidad de azúcar que de fruta. Pero puedes echar menos. Cocina al menos otra media hora, o hasta que espese, y remueve de vez en cuando. 

2. Para aromatizar tu té

Dentro de una taza, vierte agua hirviendo sobre las cáscaras de naranja. Puedes mezclar esta infusión con otras hierbas aromáticas y dulces, como el romero, para hacer un té muy reconfortante. O prueba a añadir pétalos de rosa o flores de saúco (asegúrate de que no contienen pesticidas). Se puede tomar tal cual, o dejar enfriar y añadir hielo. Si deseas aromatizar todos tus tes, basta con que dejes secar las cáscaras al sol o con aire caliente y luego las trocees para mezclarlas con el té. También puedes usar un deshidratador de alimentos o meterla en el horno a muy baja temperatura.

3. Condimento de pastelería

En la misma línea, secar la peladura de la naranja resulta un modo estupendo de tenerla disponibles siempre para aromatizar tus platos. Puedes rallarla sobre bizcochos, o usarla en los guisos. O añadirla a tu despensa como una dulce hierba aromática más. 

Para secarla, es más fácil cortarla antes en trozos pequeños y dejarlos secar en un tamiz plano, sin que se amontonen, y secarlos al sol o en el interior, donde haya aire y sin humedad. Hay que esperar hasta que la cáscara se ponga dura y se rompa con facilidad.  

4. Sirope para cócteles

Las cáscaras de los cítricos sirven para hacer un sirope conocido como oleo saccharum para añadir al cóctel que más te guste, con o sin alcohol. Necesitas tres vasos de cáscaras de naranja (guárdalas en la nevera o en el congelador hasta que tengas suficientes). Un truco: los cocteleros profesionales quitan la piel de dentro para reducir el amargor. 

Además, te hará falta azúcar, zumo de limón, vodka (opcional) y agua. Colócalas en un cuenco, espolvorea azúcar y espera: hay que dejarlo reposar toda la noche o unas ocho horas para hacer el sirope. Entonces machácalas con un mortero, y añade al líquido un poco de agua, el zumo de limón, el vodka (si gustas). Retira las cáscaras y quédate con el resto. Ya puedes añadirlo a la bebida que quieras. ¡Nasdarovia!

5. Encurtido para guisos

Si ya has probado a fermentar o encurtir los limones en casa, y hacerlos casi eternos, a estas alturas puede que tengas, como yo, adicción a ellos: los puedes usar en ensaladas, en los sofritos o añadir el jugo a los guisos. Pues bien: puedes hacer lo mismo con las naranjas. Igual de deliciosas, pero más dulces, añadirán ese no-sé-qué a tus platos que los convierte en únicos. 

6. Para ablandar tu azúcar moreno

Cualquier cocinillas lo ha experimentado: cuando dejas el azúcar moreno en la encimera más de lo previsto, acaba hecho un bloque. Cuanto menos, el azúcar se apelmaza, y aparecen grumos duros. Pues bien: si la añades al paquete, la cáscara de naranja ayuda a mantenerlo hidratado y evita que esto ocurra. Solo echa unas tiras, y el azúcar volverá a su estado granular en cuestión de horas. 

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