La pintora Águeda de la Pisa (Palencia 1942), la única mujer que formó parte del grupo Ruedo Ibérico de la generación de la vanguardia de los años 50, y uno de los pocos pinceles femeninos en el arte abstracto español, expone a partir de hoy en el Museo Salvador Victoria.
La muestra, titulada “Cuando contemplo el cielo”, reúne una veintena de lienzos, muchos de ellos de gran formato, pintados por Águeda de la Pisa entre 2002 y 2015 en su estudio de Madrid, en donde reside desde hace décadas y en el que trabaja actualmente en un cuadro para una próxima exposición colectiva en el Museo de la Evolución Humana de Burgos en torno al hombre y la abstracción.
“Ser artista, en cualquier lugar del mundo, es ser un corredor de fondo -ha manifestado a Efe Águeda de la Pisa-, pero en España y siendo mujer tienes que tener mucha fe en ti. Ha habido muchas mujeres que han abandonado. Y si eres artista abstracta, como yo desde el año 73, más. Pero ahora hay muchas mujeres en el arte, no sólo artistas, también en la gestión”.
La exposición, a la que ha traído seis cuadros nuevos con connotaciones emotivas en los que aprecia una evolución surgida a partir de un pequeño cuadrito, tiene un significado especial para la artista.
Las obras seleccionadas para esta exposición son lienzos de brillante color, construidos muchos de ellos en líneas rectas, en collage de pintura y papel, paisajes abstractos con títulos a los que la artista da mucha importancia y toma de poemas, como “Traspasa el aire todo”, “Un silencio aplomado, azul y transparente” o “La tierra con el aire sobre el agua”.
“En mi segunda etapa abstracta, empecé a estar muy influida por el paisaje y sigo influida por el paisaje, tengo visiones de repente que necesito plasmar, a veces estoy pintando y veo que es un paisaje que me quedó grabado en un determinado momento, un paisaje que interiorizo y después lo saco”, explica.
La abstracción, el color y ser fiel a la necesidad de expresarse han guiado a la artista. “Pienso que esto es fundamental en el artista, esa libertad de ir a contracorriente, de ser fiel a su interior, mirar hacia dentro y sacar lo que tienes. He pintado al óleo, acrílico, collage, pero creo que si pones un cuadro mío de ahora y uno de hace 30 o 40 años, cuando empecé a descomponer la figura y llegué a la abstracción, hay un hilo que puede no haberse roto”.
Ahora explica que está en una abstracción cada vez más cerca de los geométricos, aunque no es geométrica pura, y quizá en esta “ultimísima etapa” con unos colores más definidos, más brillantes.
Águeda de la Pisa fue la única mujer y la más joven del grupo Ruedo Ibérico, creado en 1987 por impulso del pintor José Caballero, junto con los también pintores Salvador Victoria, José María Iglesias, José Luis Fajardo, Luis Caruncho y Álvaro Delgado, así como el teórico José Luis Morales y el poeta José Caballero Bonald.
El grupo, unido por la defensa del experimentalismo y la libertad en el arte y su rechazo a la actitud oficial ante las artes plásticas y la difusión de sus artífices en las muestras internacionales, participó en numerosas exposiciones colectivas, primero en distintos puntos de España y después en el exterior, en ciudades como Praga y México, hasta llegar a la gran exposición en el Centro Cultural de la Villa de Madrid de 1991.
“Pienso que no es aventurado decir -escribe el crítico y comisario de exposiciones Manuel Romero en la presentación de la muestra- que en las obras que vemos de Águeda de la Pisa late también implícitamente una filosofía que alcanza a todos los miembros de su generación. Una generación a la que, por cierto, el raquitismo de las instituciones españolas ha dejado en la sombra”.