Carla Simón se ha convertido en la ganadora de la 72 edición del Festival de Berlín con su película Alcarràs. La directora catalana traerá el primer Oso de Oro a España desde 1983, cuando Mario Camus ganó con La colmena. Una noticia que apuntala aún más el éxito de la producción patria después de los Goya, las nominaciones a los Oscar y la nueva Ley del Cine que acaba de aprobarse. Pero no ha sido exactamente una sorpresa.
El jurado presidido por M. Night Shyamalan (El protegido, Sexto sentido) ha destacado sus interpretaciones, desde los más pequeños hasta los ancianos, y la habilidad de Simón para mostrar la importancia de valores como la sensibilidad y la familia. “Yo soy hija de este lugar, es mi casa cinematográfica. Cada vez que venimos, algo estupendo ocurre”, ha agradecido ella desde el escenario.
Los ecos de victoria empezaron a sonar en Alemania en cuanto la crítica española e internacional pudo ver la segunda película de la directora catalana. Hace cinco años debutó con Verano 1993, que le procuró tres premios Goya y uno de ellos como Mejor dirección novel. También en la Berlinale de 2018 fue destacada como Mejor Ópera Prima y recibió el Gran Premio del Jurado en la sección Generation KPlus. Catalunya, la familia y las ricas tradiciones locales vuelven a estar en el centro de la pantalla, así como la propia Carla Simón.
Si Estiu 1993 relataba su infancia tras la muerte de su madre, Alcarràs rinde homenaje al cultivo de melocotones que da trabajo a buena parte de su familia. “Reivindicarla es para mí una necesidad emocional”, ha dicho en los medios desde Berlín, horas antes de alzarse con el premio. En ese mismo instante parte de la crítica se estaba rindiendo a los pies de esta mujer de 36 años.
Alcarràs se basa en la localidad del mismo nombre de la provincia de Lleida, tierra de melocotoneros. Allí se reúne la familia Solè, dedicada durante 80 años al cultivo de esa fruta, para la última cosecha juntos antes de que los árboles desaparezcan para ser intercambiados por una plantación distinta: la de placas solares.
La película está interpretada por un elenco coral de agricultores, no de actores, que por primera vez posan delante de una cámara. Y no solo hablan en catalán, sino que lo hacen en un dialecto específico de esa zona que la directora quiso respetar “porque es muy bonito y no hay tanta gente que lo hable”. “De todas maneras, yo pienso que todos tenemos una familia, en todos los países existe la agricultura y que al final tiene su punto universal”, dijo Simón a RTVE, y así ha sido, reconocido por la prensa y el jurado internacional.
El medio británico The Telegraph le dio a Alcarràs la máxima puntuación y apostó desde el titular por que debía ganar el máximo premio de la Berlinale. La crítica de Variety destacó que Alcarràs, incluso con un impulso narrativo “más a la deriva” que Verano 1993, “confirma la fuerza y ââââla consistencia de la voz de Simón”.
Es “una revolución, un monumento, uno de los bostezantes esclavos de Miguel Ángel recién extraído del mármol duro de la realidad. Es cine que se hace y deshace delante de la mirada del espectador como un milagro de claridad, de tesón, de compromiso, de simple y elemental belleza”, escribió Luis Martínez en El Mundo. También Fotogramas le dio cinco estrellas señalando, como lo peor, “el imaginar, con escalofríos, en qué se convertiría si a alguien se le ocurriera doblarla”.
Alcarràs, que llegará a los cines el próximo 28 de abril, competía por el Oso de Oro junto a Isaki Lacuesta, otro realizador catalán que conmovió en Berlín con Un año, una noche. La película de Lacuesta aborda las consecuencias del atentado de la sala Bataclán de París, en 2015, y adapta la novela Paz, amor y death metal escrita por un superviviente. Los protagonistas son franceses, aunque buena parte del casting es español –incluyendo a C. Tangana–. “Nos obsesionaba la idea de no crear más dolor”, dijo en la presentación.
La tercera película española compitiendo y estrenándose en la Berlinale era Cinco lobitos, de la directora Alauda Ruiz de Azúa sobre una madre primeriza que vuelve a su País Vasco natal para recibir la ayuda de sus padres y recordar que ella nunca dejará de ser hija.
“A veces parece que se nos aprecia más desde fuera de lo que nos apreciamos a nosotros mismos y quiero que la sociedad española lo desmienta. Ya se han ganado el ser nominados y aceptados como obras importantes por los jurados más exigentes del mundo y eso es motivo de alegría, pese a algunos que intentan minimizar el papel de la cultura como sector de subvencionados y de cuatro privilegiados”, expresó un día antes del palmarés alemán el ministro de Cultura español, Miquel Iceta.
Por su parte, la consellera de Cultura de la Generalitat catalana celebró que el cine que se escoge fuera de nuestras fronteras esté rodado en catalán o en otras lenguas cooficiales. “La diversidad lingüística en España siempre ha costado”, admitió.
La película Un año, una noche, del cineasta español Isaki Lacuesta, uno de los 18 títulos a competición en la Berlinale, ha sido distinguido con el Premio del Jurado Ecuménico.
Palmarés
- Oso de Oro a la mejor película: Alcarràs, de Carla Simón.
- Gran Premio del Jurado: The Novelist's Film, de Hong Sangsoo.
- Premio del jurado: Manto de gemas, de Natalia López Gallardo.
- Oso de Plata a la mejor dirección: Claire Denis, por Both sides of the blade.
- Oso de Plata a la mejor actuación protagonista: Meltem Kaptan, por Rabiye Kurnaz vs. George W. Bush.
- Oso de Plata a la mejor actuación de reparto: Laura Basuki, por Nana.
- Oso de Plata al mejor guión: Rabiye Kurnaz vs. George W. Bush.
- Oso de Plata a la contribución artística: Everything will be ok, de Rithy Pahn.
- Mención especial del jurado internacional: A piece of sky, de Michael Koch.