El cantante español Alejandro Sanz relatará su historia musical en México, en la gira “Sirope”, pero empezando desde el final, tal como puede leerse una revista, “desde la última página” hacia la parte de delante.
“Empiezo por la última canción que escribí y acabo el concierto con la primera que escribí”, afirmó el madrileño en una rueda de prensa en la que habló de sus próximos conciertos en México, con los que recorrerá la geografía de un país que considera “su casa”.
Como regalo para sus seguidores, el intérprete adelantó que incluirá en su repertorio el tema “Pisando fuerte”, incluido en su primer disco, “Viviendo deprisa”, que ya cumple 25 años.
Sin embargo, era una canción que “desde la segunda gira” no la cantaba en vivo: “No sabía cómo poder encajarla dentro del concierto y he conseguido hacerla de una manera en la que no me dé pena”, bromeó.
Recordó cómo en los primeros conciertos todavía era “un poco inconsciente”, y que tenía “muy poca vergüenza” para llenar directos de hora y media de duración con solo una decena de canciones.
Pero ahora, señaló, sabe que tiene una “responsabilidad” con sus seguidores y con alguien más, sus hijos, ya que quiere que estos “se sientan orgullosos de su padre” cuando escuchen sus CDs o vean sus DVDs, como el que recientemente sacó al mercado, con el concierto de “Sirope vivo”.
El tour le llevará al Auditorio Nacional de la Ciudad de México -en el que tendrá cuatro citas, la primera de ellas mañana- y a las localidades de Puebla, Guadalajara, Querétaro, San Luis Potosí y Monterrey, lugar donde escribió su popular “Corazón partío”.
Sanz también defendió que su canción “A que no me dejas”, incluida dentro de su última producción y que grabó con Alejandro Fernández, fue “una bonita forma de hacerle un homenaje a México”.
Y no solo por incorporar los sonidos del mariachi, “la letra también parece de aquí”, apuntó, antes de recibir, minutos después, el disco de platino por la venta de más de 60.000 unidades en este país, reconocimiento que ya quintuplica en España.
Comentó que si el “sirope” que da nombre a su más reciente disco fuera “la sangre” que recorriera la música por dentro, si esta tuviera venas, ese líquido, para él, es “la sensación de estar vivo cada día”.
“Componer es eso, es querer todos los días hacer algo, es transmitir”, indicó Sanz, y añadió: “cuando me muera, me gustaría que dijeran 'murió vivo'”.
De las polémicas de México, el país en el que sintió “amor a primera vista”, prefirió no pronunciarse y, mientras no comenta nada sobre la captura de Joaquín “el Chapo” Guzmán, de Kate del Castillo únicamente dice que es “muy buena actriz y muy guapa”.
“En todos los países siempre hay complicaciones, historias, pero ahí seguimos, y cada vez damos un pasito más adelante”, opinó, añadiendo que “las sociedades muchas veces maduran a más velocidad que sus dirigentes”.
Tras un cuarto de siglo de trayectoria, sigue manteniendo la ilusión por la música y dice que todavía le queda “mucho por escribir, ojalá”.
“Yo hago música, no he inventado la vacuna de nada, pero intento darles un huequito de alegría”, afirmó el cantante, quien comentó que siempre intenta “decir la verdad” en las canciones, aunque “las mentiras poéticas siempre son más llevaderas”.
Sobre las redes sociales, indicó que son “otra nueva forma de llegar a la gente”, pero dijo ser consciente de que, si bien los mensajes llegan de manera más inmediata, también hacen más difícil actos como desmentir una noticia, porque cuando lo intentas hacer, “ya no importa”.
“Por eso hablo cada vez menos”, reconoció con humor.