Ha pasado casi un mes desde que los museos franceses se unieron y donaron materiales para entregar a los profesionales ucranianos, que evacuan las colecciones de sus instituciones culturales para protegerlas de las bombas rusas. Después del primer camión de 15 toneladas repleto de cajas de madera, mantas ignífugas o extintores entre otros enseres, otro más ha cruzado las carreteras francesas y ha llegado a los hangares del Instituto del Patrimonio Nacional de Polonia, en Varsovia. Ahí reciben y redistribuyen a los museos de Ucrania. Gracias a la organización del Consejo Internacional de Museos (ICOM) de Francia, en dos semanas un tercer camión cargado con más materiales volverá a hacer la misma ruta, informan a este periódico desde la presidencia de ICOM internacional.
“Este conflicto requiere una reacción urgente. Ya sea para proteger las colecciones de los museos o bibliotecas, como para evitar su destrucción. Incluso para documentar estas colecciones, sitios y monumentos. En particular, en 3D para poder rehabilitar más tarde aquellos que hayan sido destruidos”. Esta explicación la concede a este periódico Valéry Freland, el director ejecutivo de la Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en Zonas de Conflicto (ALIPH). Es una fundación privada, con sede en Ginebra (Suiza), que se dedica desde 2017 a recaudar fondos internacionales para dedicarlos exclusivamente a la protección y rehabilitación del patrimonio cultural en países en guerra.
Dinero disponible y decisiones rápidas. Esto hace de ALIPH una organización eficaz sobre el terreno en conflicto (ha trabajado en Beirut, Etiopía o Afganistán). Las organizaciones españolas carecen de estas virtudes, que se han encontrado con la falta de ayuda de las administraciones públicas. “Nos hemos reunido con el director general de Bellas Artes [Isaac Sastre de Diego] en el Ministerio de Cultura, pero no hemos tenido la respuesta que esperábamos”, explica, lacónica, a elDiario.es Teresa Reyes, presidenta de ICOM España. La cita tuvo lugar hace dos semanas y expuso al responsable las necesidades para llevar a cabo una donación de materiales como la que están haciendo otros países. Precisan un camión para enviar a Ucrania lo recolectado, pero no pueden permitirse alquilarlo. Son organizaciones pequeñas con recursos limitados.
Ayuda familiar
Han pasado dos semanas de la reunión y Reyes no ha obtenido respuesta de la Dirección General de Patrimonio, tal y como asegura a este periódico. Han tomado la decisión de unir esfuerzos económicos junto con ICOMOS para fletar un camión que transporte el material. “Mi hermano trabaja en una empresa de transportes y nos hacen una oferta por 3.900 euros, sin IVA. Es un importe que podemos asumir desde ICOMOS e ICOM. Vamos a aprovechar el 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, para recoger fondos para comprar materiales y enviarlos”, explica Jordi Tresserras, presidente de ICOMOS.
Este periódico ha preguntado al Ministerio de Cultura si ha activado alguna iniciativa para ayudar a los museos de Ucrania y confirman que no: “La Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte ha mantenido reuniones con ICOM España para estar informada y apoyar las iniciativas que pudieran impulsarse. De ello, ha dado traslado a las comunidades autónomas en el último Consejo de Patrimonio Histórico, celebrado recientemente en Jaén, instándolas a sumarse a posibles donaciones de material de conservación y protección con destino a los museos ucranianos”. Teresa Reyes escribirá al director General de Patrimonio para indicarle que ante su falta de respuesta y la urgencia de la ayuda han decidido costear el alquiler.
Hasta dentro de un mes no podrá partir ese camión y las organizaciones están en contacto con ICOM Ucrania para saber qué materiales necesitan. En Polonia ya no queda para comprar y parece que el donativo económico podría servir para comprar materiales en España y trasladarlos a la zona del conflicto. La Asociación de Museólogos de Andalucía (AMA) son 30 socios y es el único modo en el que pueden contribuir. Su presidenta es María Dolores Cebrián y asegura que están muy sensibilizados y que quieren contribuir con la causa que ha puesto en marcha ICOM e ICOMOS.
Ayuda de urgencia
La Asociación de Museólogos de Cataluña (AMC) también se muestra muy activa en la causa. Su presidente es Joan Vicens y cuenta que les ha llegado el “SOS de los museos ucranianos”. “No tienen material de embalaje para desalojar los bienes. Podemos donar materiales pero aquí lo que nos falta es un camión para mandarlos y el Ministerio no responde. Somos 500 socios y queremos ayudar como sea. En una semana podríamos concentrar las donaciones en un almacén. Me sabe mal porque los días van pasando y quizá la ayuda llegue tarde. Es frustrante porque el tiempo pasa”, añade Vicens.
Valéry Freland piensa como el museólogo catalán y, desde hace semanas, insiste en que esta es una carrera contra el tiempo. Durante la invasión de Ucrania, la fundación ALIPH ha destinado dos millones de dólares en la salvaguarda del patrimonio, con envíos sucesivos de camiones con materiales y con la protección de 60 museos, bibliotecas y archivos. Freland asegura que la ayuda es esencial y debe ser lo más concreta y ágil, “para proteger este patrimonio único y a sus profesionales”.
“Necesitamos reaccionar de urgencia. Ese es uno de los principales desafíos de la guerra en Ucrania para la protección del patrimonio cultural. Todo sucedió rápidamente al inicio del conflicto y fue necesario desplegar un plan de urgencia para la protección en un país muy grande y sus museos, bibliotecas, archivos, estatuas en la calle, obras de arte en lugares de culto...”, indica Freland. El siguiente paso, indican desde ICOM Ucrania, será el envío de personal a Ucrania para ayudar en la reconstrucción de las instituciones destruidas.