Así es el plan de evacuación de un gran museo

El pasado fin de semana, el Sena superó los seis metros a su paso por París. Se quedó a dos de marcar su máximo registro histórico, que alcanzó en 1910. También es la segunda vez que las obras de arte del Louvre son evacuadas: Grecia Pre-Clásica, Imperio Romano de Oriente y Sala de Arte Islámico incluidos.

El precedente del desalojo artístico del museo tuvo lugar en los albores de la Segunda Guerra Mundial, cuando el entonces director del museo, Jacques Jaujard, consiguió evacuar cerca de 4.000 obras. Diez días después, los nazis entraban en la capital francesa, pero La Gioconda ya estaba a salvo. Jaujard tenía experiencia: en 1938 ayudó a los republicanos españoles a evacuar todas las obras del Museo del Prado, protegiéndolas de los bombardeos franquistas sobre la capital.

“Sí, el plan de evacuación de 1910 sigue siendo válido”, dice Sophie Grange, responsable de comunicación del Louvre a eldiario.es. 106 años después, las obras de arte del museo han sido trasladadas al nivel de tierra siguiendo un estricto programa pensado el día que el Sena creció hasta los ocho metros y desbordó casi la ciudad entera. Por aquel entonces, las galerías subterráneas del Louvre, que en esta ocasión han sido las primeras en ser evacuadas, aún no habían sido construidas.

“Lo primero a tener en cuenta es que ahora mismo no hay agua en el interior del Louvre”, explican desde el museo francés. La evacuación ha empezado con las obras de artes y piezas artísticas almacenadas en los depósitos, ya que estos, al ser subterráneos, se encuentran en lo que denominan “zona inundable”. Es una superficie que equivale a unos 8.600 metros cuadrados en la que se encuentran guardados cerca de 220.000 objetos del Antiguo Egipto, la Italia de los siglos XI al XV o la Grecia Pre-Clásica. “También llevamos la Sala de Arte Islámico del nivel inferior a la sala de exhibición, en el nivel uno”, cuentan desde el museo.

Salvar 220.000 obras de arte en 72 horas

Por el Louvre pasan cerca de nueve millones de visitantes al año. El viernes pasado, el gabinete de crisis presidido por Jean-Luc Martínez tomó la decisión de cerrar al público el museo hasta el próximo miércoles. Las obras fueron trasladadas entonces desde las galerías al nivel de tierra. En estos cuatro días -no abre los martes-, el Louvre habrá perdido unos 125.000 visitantes.

“Decidimos trasladar las obras tres días antes de comprobar que el agua podría entrar en el museo. Evacuamos lo que hay en los almacenes y en las salas de exhibición de los niveles inferiores hasta el piso uno”, dice Grange. El mayor temor que tenía la dirección es que el agua pudiera entrar a través de las alcantarillas. “El museo ha estado cerrado porque las obras evacuadas han sido llevadas a la sala de exhibición”, dice la portavoz del Louvre. No será hasta el miércoles que La Gioconda vuelva a iluminar la sala. Durante la Segunda Guerra Mundial, el cuadro más famoso del mundo fue escondido en cinco lugares diferentes, y se ha mudado nueve veces desde su llegada al Louvre.

Es una suerte que el río no haya llegado al sótano. El museo anunció en 2015 que estaba construyendo un nuevo almacén en el norte de Francia, porque un simulacro realizado ese mismo año concluyó que el Louvre “no dispone de 8.600 metros cuadrados en zonas no inundables para transferirlas [las obras de arte]”. Esta tercera sede de almacenaje no estará lista para 2018. En esta ocasión, el plan inicial en caso de que las lluvias hubieran continuado pasaba por transferir las piezas de arte al almacén que el museo tiene en Lens.

“En 2002, la policía de París nos dijo que había riesgo de inundaciones así que preparamos un plan. Esta vez también hemos seguido ese plan”, dice la portavoz del Louvre. La Prefectura de París advirtió al museo hace 11 años que eran necesarias 72 horas para evacuar el Louvre por completo, pero el simulacro de 2015 puso de manifiesto que no era posible salvar 220.000 obras en tan poco tiempo. Por eso la construcción de la sede en Lens hace tres años y por eso el nuevo levantamiento del almacén de Liévin, en el norte de Francia.

¿Y qué pasa en España?

Si el Louvre tiene un hermano, ese es el Museo del Prado. La Guerra Civil hizo que desde 1936, casi 2.000 obras fueran evacuadas en camiones hacia destinos tan dispares como Valencia, Barcelona o, en último término, la sede de la Sociedad de Naciones en Suiza. Desde eldiario.es nos hemos puesto en contacto con el Prado preguntándoles cuál sería el procedimiento a seguir en caso de incendio o de una hipotética inundación. Su respuesta ha sido la siguiente:

“El Museo Nacional del Prado informa que ha desarrollado dentro del Plan de Protección para Colecciones ante situaciones de emergencias, los protocolos necesarios para actuación en salas de colección permanente ante riesgos provocados por: agua, fuego, explosiones y vandalismo, en su doble vertiente con agentes químicos o físicos. Protocolos que deben ser igualmente aplicados en las salas de exposiciones temporales.

Para garantizar el cumplimiento de estos protocolos se han elaborado manuales de intervención dirigidos a distintos colectivos profesionales y se han impartido, además, cursos de formación y prácticas a los mismos, además de implantarse todas las medidas técnicas necesarias en puntos estratégicos de los distintos edificios que configuran el 'campus' del Museo del Prado previéndose tanto la posibilidad de tener que proceder a evacuar obras hacia almacenes dentro del mismo edificio o, en casos de gravedad extrema, a otro edificio de los integrantes del 'campus'“.

Desde la oficina de comunicación no han querido darnos más detalles, como a dónde llevarían los cuadros, qué obras tendrían prioridad o si participarían la Policía, el ejército o los bomberos, su contestación ha sido tajante: “Es la única respuesta institucional que se ha dado al respecto”.

En el Reina Sofía “tenemos un plan de emergencia que se llama Procoer, desarrollado para actuar en todo el museo, aunque dependiendo de a qué afecte también involucra a los bomberos o al ejército”, dice un responsable del departamento de conservación. A diferencia del Louvre, donde las primeras obras de arte en ser evacuadas han sido las del nivel inferior, en el Reina Sofía actuarían por prioridades: “Hay unos listados, según que zona esté afectada, para saber qué obras habría que evacuar, pero lo primero sería el Gernika”, dicen desde el Reina Sofía. Y terminan: “El plan de evacuación del Reina Sofía data del 2015”.