Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Lúa Ribeira ahonda en la precariedad laboral de los jóvenes y su relación con el trap en ‘Agony in the Garden’

Una de las fotografías de la serie 'Agony in the garden'

Jaime Molero

0

El trap y el drill. Dos géneros musicales que han impactado en las generaciones más jóvenes y que ahora sirven de vehículo para expresar las problemáticas sociales del momento actual. La oscuridad frente a la alegría; o la glorificación de la riqueza frente a la decadencia de la pobreza. Esto mismo es lo que aborda la nueva exposición Agony in the Garden, de la artista gallega Lúa Ribeira, en una nueva serie que llega a las paredes del Museo Lázaro Galdiano este 31 de mayo dentro de la Sección Oficial de PHotoESPAÑA 2024.

“Siempre me han gustado los géneros de música contemporánea como el trap o el drill, pero la exposición no trata de documentar el género musical, sino prestar atención a los movimientos culturales que genera y que tienen cierta riqueza”, cuenta Lúa Ribeira, la autora de la obra. “Pretendo mostrar la sensación precaria de las relaciones de los jóvenes con el mundo que estamos experimentando repleto de crisis financieras o medioambientales”.

Conocido como uno de los primeros éxitos culturales que no es predominantemente blanco, el drill como género musical se ha insertado en los estratos más jóvenes de ciudades españolas como Madrid, Granada o Almería. Esta serie se inspira en los protagonistas que han consolidado esta ola cultural, global y diversa en España a partir de la música y su estética.

En esta muestra, creada durante los años posteriores a la pandemia, la artista gallega recoge los movimientos juveniles contemporáneos para generar imágenes que simbolicen el hedonismo de la emergente escena española. Agony in the Garden toma la estética visual de los referentes del trap y la retrata en escenas que permiten elaborar una reflexión sobre la precariedad laboral, la violencia o la crisis medioambiental. “Realmente la precariedad la vivimos todos, pero me centro en los jóvenes porque son los que la articulan, los que tienen la libertad de expresarlo sin miedo”, explica Ribeira.

Unas fotografías performativas, con un enfoque inmersivo, y que se centran en expresiones y paisajes para evocar una atmósfera representativa del movimiento del trap. Jóvenes entre paisajes áridos del centro y sur de España que ilustran de manera enigmática el día a día de una cultura cada vez más representativa. 

El título de la serie (Agonía en el jardín) es un pasaje de la Biblia que describe un período de angustia en los momentos previos del arresto y crucifixión de Jesús. Con esto es con lo que experimenta Ribeira en su obra: “Respeté el título en inglés porque me gustaban las palabras de agonía y jardín. Me gusta lidiar con temas contemporáneos, pero desde una mirada más alejada, en ocasiones desde lo religioso”, expresa la fotógrafa.

En consonancia con esa agonía en el jardín, Ribeira coge escenarios áridos propios de paisajes como los de Almería para representar esa idea en mejor consonancia con el título de la exposición. En el arte clásico, el jardín puede ser concebido desde un prisma bucólico e idealizado, pero en esta exposición se toman escenas áridas y, en ocasiones, contaminadas, para mostrar la agonía y precariedad que se vive en los adentros del jardín, también llamado sociedad. “He escogido escenarios que pudiesen recordar a diversos lugares, podría estar hecho en multitud de sitios. La serie trata un género muy global, pero también me gustó acotarlo al efecto de esos movimientos en el contexto de aquí”, concluye la artista.

Tanto el drill como el trap parten de un mismo origen: el sur de EEUU. El uso de sintetizadores o cajas rítmicas caracterizan el aspecto sonoro de un género que con el paso de los años ha ido consolidándose más entre las generaciones más jóvenes. El drill, por su parte, tiene un origen más reciente, aunque parte de las mismas influencias. Raperos como Chief Keef o Lil Durk consolidaron el género en el continente americano durante los primeros años de la década de 2010. 

Sus letras nacen como protesta social desde las afueras de las ciudades y los barrios más humildes, algo que hoy en día se traduce en la precariedad laboral, la crisis migratoria, financiera o medioambiental. Ambos géneros, más allá de la música, han estado asociados a un estilo de vida ligado a la delincuencia, la vida callejera y la ilegalidad. 

En el Lázaro Galdiano también se reúne una muestra exhaustiva que incluye las constelaciones visuales de la investigación que habría llevado la autora para confeccionar esta muestra. Unos materiales que conforman la introducción a la exposición antes de mostrar el conjunto de fotografías que ilustran un paisaje suspendido, a la vez que contemporáneo. 

Etiquetas
stats