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El Museo de las Colecciones Reales se hace esperar un año más y se llamará La Galería de las Colecciones Reales

Peio H. Riaño

17 de junio de 2022 13:33 h

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Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, ha anunciado que el Museo de las Colecciones Reales se llamará La Galería de las Colecciones Reales. El cambio de nombre que ya anunció hace semanas este periódico, viene acompañado con otro anuncio: la inauguración del museo será dentro de un año, en verano de 2023. No han aclarado los motivos por el que el museo vuelve a sufrir un retraso. Vuelve a retrasarse un año la fecha de inauguración, cuya primera fecha en origen era 2015. Casi una década después hay otra fecha que coincidirá con el inicio de la presidencia de España en la Unión Europea.

Félix Bolaños ha asegurado que el cambio de nombre se debe a que el anterior, Museo de las Colecciones Reales, “era provisional”, según ha asegurado el ministro Bolaños de un proyecto que arrancó en 1998 con ese nombre. Además ha asegurado que, tras consultar con “expertos”, la ciudadanía acabará llamando al nuevo centro “La galería”. Hace referencia al exterior del edificio diseñado por Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla.

También ha comparecido la actual presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, que ha tratado de aclarar en qué va a consistir el relato del museo. “Será un repaso a las colecciones en orden cronológico”, ha dicho. Tampoco ha especificado si será un homenaje a la monarquía, tal y como ha sido difundido el proyecto hasta el momento. Esperan que el millón y medio de visitantes de Palacio Real acudan al nuevo museo cuando sea inaugurado. Aunque explica que el retraso no va a suponer un incremento del presupuesto sí ha reconocido que hay partidas que “se están ajustando”. Este periódico ha podido saber que la museografía está sufriendo serios recortes para poder cargar con el nuevo retraso de un año.

Fernando Beltrán es el responsable de la creación del nuevo nombre y asegura a este periódico que el nombre de Museo de las Colecciones Reales estaba muy asentado en Patrimonio Nacional y los Reales Sitios. “Era un nombre muy codificado y asentado. No era algo provisional y tenía mucha aceptación, pero lo hemos retirado”, dice. Explica que de las tres propuestas que hizo, la que ha elegido el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional es “la más conservadora”. Y hace referencia a la galería del exterior del edificio, con una secuencia encadenada de vanos muy verticales. Es una seña que a los arquitectos les ha valido varios premios de arquitectura. 

Durante cinco meses Beltrán estuvo recorriendo los hitos del patrimonio real para llegar a la conclusión de que la galería “es un término mucho más fluido que museo”. Cuenta que también es más urbano y, sobre todo, un espacio que da al horizonte. Un balcón natural, una galería a los jardines del Moro, la Casa de Campo y la sierra del Guadarrama. Fernando Beltrán tiene una hipótesis: es probable que el público acabe hablando de “la galería” y no del nombre entero. Es decir que el atributo monárquico acabará desapareciendo. Una metáfora llamativa. “En un futuro es posible que los visitantes vayan a 'Palacio' y, después, a 'la galería'. El origen del término es latín y se refiere al 'atrio', a la entrada a una casa. Es bonito pensar en el edificio como entrada al arte de las colecciones reales”, cuenta Beltrán.

Un cuarto de siglo esperando

La idea de crear otra institución museística para exhibir más bienes artísticos de las colecciones reales, además del Museo del Prado, el Palacio Real y los otros seis Reales Sitios repartidos por toda España (Aranjuez, San Lorenzo de El Escorial, Riofrío, La Granja de San Ildefonso, etc), surgió hace 24 años. La ocurrencia la firma en 1998 Álvaro Fernández-Villaverde, duque de San Carlos, nombrado presidente de Patrimonio Nacional por José María Aznar. La realeza no tenía suficientes alabanzas, pero pronto se daría cuenta de que tampoco tenía contenido para un nuevo museo. Fernández-Villaverde insistió en la propaganda de la identidad monárquica del país que ha decidido ser República hasta en dos ocasiones a lo largo de los 15 siglos que las dos dinastías han ocupado España.

El marqués quiso montar un gran centro de alabanza a la realeza frente al mismo Palacio Real, junto a la Catedral de la Almudena, y pensó en una oferta cultural sin rival: un museo de tapices y carruajes. Pronto la ocurrencia quedó descartada ante la evidencia del fracaso para el relleno del edificio de 40.000 metros cuadrados, tres plantas y salas de 140 metros de largo y ocho metros de altura. El proyecto ya había echado a andar. Ninguno de los tres presidentes de Patrimonio Nacional que le sucedieron antes de aprobar el presupuesto de construcción se atrevió a detener la obra faraónica de 140 millones de euros.

Las obras del edificio diseñado por Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla finalizaron en 2015. El continente está listo a la espera del contenido. Este no llega porque con los constantes cambios en la presidencia de Patrimonio Nacional, el proyecto naufraga en el relato que la Corona quiere contar a la ciudadanía. La falta de una obra icónica, entre las 154.000 catalogadas, que represente al nuevo museo. Tampoco ayuda a la apertura de un nuevo centro que mantenerlo abierto supondría siete millones de euros anuales.

De momento el nuevo museo solo son salas vacías desde 2015. Hoy es una ficción reconstruida en renders, en los que Patrimonio Nacional ha imaginado cómo será la visita del público que tiene previsto recibir. Las imágenes las ha repartido entre la prensa para hacer realidad un proyecto con serias dificultades para materializarse. De hecho, antes de que Patrimonio Nacional pueda hacer reales los renders tendrán que resolver un problema político mayúsculo: el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial ha votado unánimemente en contra de que las piezas de las colecciones reales que descansan en el Monasterio abandonen sus dependencias originales y descapitalicen su atractivo turístico a favor de Madrid. “La idea fundamental que queremos contar hoy”, ha insistido a la prensa el ministro Bolaños, “es que Madrid tenga un nuevo espacio cultural, histórico y artístico. Madrid es una gran capital de Europa”, ha añadido sin mencionar la España que se vaciará de arte para llenar otro museo madrileño, cuya esencia es el homenaje a la monarquía, un punto del que también ha evitado abordar el ministro de la Presidencia.

Por la presidencia han pasado cuatro personas en los últimos diez años y cada una ha escrito un proyecto distinto, desde la alabanza más cerrada a Juan Carlos I a un canto a la España plural… José Rodríguez-Spiteri, Alfredo Pérez de Armiñán, María de los Llanos Castellanos presentaron sus proyectos, que eran antagónicos entre ellos y todos coincidieron en el fracaso. La actual presidenta, Ana de la Cueva Fernández llegó hace un año al cargo y hasta hoy no había hecho público qué quería.