El fotógrafo español Ignacio Evangelista presentó hoy en Berlín una exposición de fotografías en las que inmortaliza pasos fronterizos que quedaron en desuso después de desaparecer los controles entre las fronteras con la firma, hace 30 años, y la entrada en vigor, hace 20, del Tratado de Schengen.
Las imágenes muestran “lugares inquietantes, sitios medio fantasmagóricos”, donde ahora mismo no hay nada, explicó a Efe Evangelista, quien reconoce sentir una especial atracción por “sitios y situaciones en los que parece que hay algo fuera de lugar, que plantean preguntas”.
A pesar de haber captado lugares “un poco desolados y melancólicos”, en el fondo se trata de un trabajo “optimista”, agrega, porque lo que refleja es que “ahora estamos mejor de lo que era eso cuando estaba funcionando”.
“Creo que a nivel europeo estamos mejor ahora que antes del Tratado de Schengen, aunque hay gente que opina lo contrario, como (la presidenta del Frente Nacional), Marine Le Pen, y el holandés (Geert Wilders)”, afirma el fotógrafo, que se declara “totalmente proeuropeísta”.
Aunque “After Schengen - European Borders” no es un trabajo de fotoperiodismo, sí tiene un componente geopolítico y sociopolítico, añade Evangelista, quien rememora aquellos tiempos en los que para ir de España a Alemania había que cruzar dos o tres fronteras y utilizar tres tipos de moneda, “un horror” que dice espera que nunca vuelva.
“La gente muy joven piensa que esto de las fronteras libres siempre ha sido así, pero no hace tanto, hace 20 años, no era así, y hemos ganado mucho en eso”, dice convencido.
Según el fotógrafo, donde más pasos fronterizos abandonados quedan es en los países del antiguo bloque comunista, por un lado por ser los últimos en sumarse al Tratado de Schengen y por lo tanto hace menos tiempo que dejaron de funcionar, y por otro, por ser los de menos poderío económico.
“En los países ricos muchas veces los demolen o los reconvierten en escuelas, centros culturales o comisarías, mientas que en los países más pobres, incluyendo España, sencillamente los dejan ahí”, bien porque no hay dinero para reconvertirlos o porque no les interesa.
La exposición, que ya se vio en 2013 parcialmente en las ciudades estadounidenses de Santa Fe y Denver, incluye 16 imágenes de pasos fronterizos en España, Francia, Portugal, Austria, Hungría, República Checa y Polonia tomadas entre 2011 y 2014.
El proyecto nació después de que Evangelista se fijara en uno de sus viajes en un paso fronterizo en desuso, a raíz de su atracción por “las situaciones o lugares donde lo artificial y lo natural se mezclan y entran en conflicto, sitios donde parece como que hay algo fuera de lugar, fuera de tiempo”.
A ello se suma que desde niño siempre le ha interesado mucho el tema de los mapas y las líneas fronterizas.
Precisamente de fronteras va su próximo proyecto “La línea del mapa”, un trabajo sobre la frontera entre EEUU y México para el que Evangelista ha visitado cinco zonas en el que queda reflejado como la línea fronteriza entre ambos países queda marcada por más de mil kilómetros de muro.
La exposición inaugurada hoy podrá verse hasta el próximo 17 de diciembre en el “ProjektZentrum” de la Fundación Mercator en Berlín.