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El Centro Dramático Nacional estrena una comedia de enredos para hablar de la enfermedad

Madri —

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Madrid, 16 oct (EFE).- El Centro Dramático Nacional vuelve a dar espacio a las discapacidades y las enfermedades mentales con 'Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?', tragicomedia de enredos, dirigida por Mireia Gabilondo, que aborda estos problemas con humor. “Entiendo que haya gente a la que no le haga ni pizca de gracia”.

“La obra es una comedia trágica de mentiras”, ha explicado Mireia Gabilondo, autora y directora de esta pieza teatral que se estrenará el próximo viernes en la sala de la Princesa del Teatro María Guerrero.

“Son tres personas que viven en tres soledades y cada uno de ellos con sus discapacidades”, ha contado la directora que espera que el público cabalgue con cada uno de ellos porque “todos tenemos discapacidades, bien sean emocionales, intelectuales o físicas”.

Cuando se acaba de celebrar el Día Mundial de la Salud Mental, la obra habla de las enfermedades mentales, de las diferentes soledades e incapacidades, de las máscaras que se utilizan para poder seguir viviendo, del desamor, de la vejez, del suicidio, de la depresión, y también “de la valentía de vivir en un cuerpo que no se mueve, pero con una mente que no para”, ha contado Gabilondo.

Aborda estos problemas desde la comedia. Desde una comedia muy trágica por momentos, tan trágica que no queda más remedio que reírse. “Me gusta hablar de cosas serias con un poco de humor, un humor pequeño, casi absurdo con el que yo me río, pero entiendo que haya gente a la que no le haga ni pizca de gracia”, ha contado la directora.

En esta pieza, Mireia Gabilondo dirige a los actores Karmele Aranburu, Aitziber Garmendia y Telmo Irureta -con parálisis cerebral y una discapacidad del 95 por ciento-, quienes dan vida a cuatro personajes que se enfrentan a sus propias luchas y desafíos personales.

La actriz Candela Solé sustituirá a Aitziber Garmendia, que interpretará a Lucí y Yoldi, del 21 al 31 de octubre y del 4 al 7 y 15 de noviembre.

La obra cuenta que Lucía sufre una profunda depresión y vive indirectamente a través de Yoldi, una joven con discapacidad intelectual que parece traerle algo de alivio o sentido a su vida.

Yoldi se encarga de cuidar las plantas de José Manuel, un psicoterapeuta que, debido a una parálisis cerebral, depende completamente de otros.

Por su parte, Martina, la madre de Lucía y psiquiatra de José Manuel, es una mujer misántropa que se siente abrumada por la vida, especialmente por su incapacidad para ayudar a su hija. Está al borde de rendirse.

“Cada uno se enfrenta a sus problemas individuales, pero la conexión entre ellos es fundamental para el crecimiento personal”, explica la directora quien hace 'spolier': “La obra tiene final feliz y eso alivia”.