El alcalde de Berlín acusa al Festival de Cine de celebrar una gala “antisemita” por los discursos en defensa de Palestina
La Berlinale siempre ha sido un festival pegado a la actualidad política. Este año lo ha sido más que nunca. La edición, que acaba de terminar con el Oso de Oro para Dahomey, comenzaba con la polémica por la invitación a los miembros del partido de extrema derecha alemán AdF. Una invitación que el festival retiró y que anunció en un comunicado contundente contra la extrema derecha. De hecho, durante los días del certamen se podía ver en las pantallas de fuera del Palast, el lugar donde se celebran las galas cada noche, vídeos en contra del auge de la ultraderecha y en favor de los derechos humanos. Sin embargo, la contundencia que tuvieron con este tema no se encontró en el otro tema candente del momento, la guerra de Gaza.
El festival ha mantenido la misma tónica que el país. En Alemania se ha hecho una defensa férrea de Israel y no se han permitido las voces disonantes. Los días antes al comienzo de la Berlinale, varios trabajadores mandaron una carta abierta pidiendo más compromiso respecto al tema a la dirección actual, pero no hubo respuesta. Tampoco a la carta que firmaron varios de los cineastas de esta edición, entre ellos la cineasta española Gala Hernández, ganadora del premio César 2024 a mejor cortometraje y que además participaba con otro corto en la sección Panorama. Hernández señaló en declaraciones a elDiario.es “la instrumentalización del antisemitismo para desactivar cualquier tipo de discurso propalestino”.
La misma rueda de prensa inaugural comenzó con una pregunta al respecto, dirigida especialmente a las dos personas que habían firmado la petición del alto al fuego de Gaza, el cineasta Christian Petzold y la actriz Lupita N’Yongo, presidenta del jurado. Ambos lanzaron balones fuera conscientes de la posición alemana. Así fueron pasando los días con varias muestras de apoyo a Gaza, como la de los actores Raúl Briones y Nahuel Pérez Biscayart en sus respectivas ruedas de prensa, pero sin cargar las tintas.
Sin embargo, nadie esperaba que la ceremonia de clausura fuera el lugar donde los cineastas aprovecharan para pedir el alto al fuego y criticar a Israel. La voz más contundente fue la de los cineastas Basel Adra y Yuval Abraham, palestino e israelí respectivamente y miembros del colectivo de cineastas que han dirigido No Other Land, ganadora del premio al Mejor documental. Ya durante la proyección del filme hubo gritos de “Palestina libre”, pero la verdadera visibilidad llegó cuando ambos subieron al escenario a recoger el galardón. La película trata la “brutal expulsión”, en palabras de sus directores, cometida por los soldados israelíes en el territorio ocupado de Masafer Yatta, en Cisjordania
“Estamos aquí, ante vosotros, ambos tenemos la misma edad, yo soy israelí y Basal en palestino, y en dos días volveremos a una tierra en la que no somos iguales”, dijo Yuval Abraham. “Yo vivo en un régimen civil y Basel en un régimen militar. Vivimos a 30 minutos el uno del otro pero yo tengo derecho a voto y Basel no lo tiene. Yo tengo libertad de movimiento por este territorio pero Basel, como miles de palestinos, está encerrado en Cisjordania. Esta situación que nos divide crea desigualdad y tiene que terminar”, continuó. En un tuit, Yuvual Abraham señaló que ese corte de 30 segundos en los que agradece el premio fue emitido por el canal 11 de Israel, calificando la intervención de “antisemita” y, desde entonces recibe “amenazas de muerte”. “Me reafirmo en todo lo que dije”, añadió.
Tras el corte que fue difundido en televisión, Abraham añadía: “Nuestra película trata sobre el poder, sobre el desequilibro de poder. Nosotros preguntamos cómo podemos cambiar eso para que finalice la ocupación, para avanzar en una solución política, pero nosotros no tenemos la respuesta aunque creo que una respuesta sería que la gente protestara. Hay mucha gente poderosa en esta sala, ministros y personas cuyas voces son escuchadas. Necesitamos pedir un alto el fuego, una solución política y el fin de la ocupación”, y aquí el cineasta fue interrumpido por sonoros aplausos. “Esperamos que este filme llegue a millones de personas”, añadió.
Estamos aquí para celebrar este premio, pero para mí es difícil celebrar algo cuando decenas de miles de seres humanos están siendo masacrados por Israel en Gaza
Por su parte, el palestino Basel Adra agradeció el premio y explicó que su comunidad “ha sido eliminada por esta brutal ocupación”. “Estamos aquí para celebrar este premio, pero para mí es difícil celebrar algo cuando decenas de miles de seres humanos están siendo masacrados por Israel en Gaza y mi comunidad está siendo arrasada por buldóceres”, dijo. “Quiero aprovechar que estoy en Berlín para pedir a Alemania que respete el llamamiento de las Naciones Unidas y deje de enviar armamento a Israel”, añadió, y a sus palabras se le sumó un clamoroso aplauso.
No fue la única referencia al tema, ya que la cineasta Eliza Hittman, miembro del jurado que elegía la mejor ópera prima, también aprovechó su tiempo en el escenario para hablar del tema. “Como cineasta judía que ganó el Oso de Plata en 2020, es importante para mí estar aquí”, dijo Hittman antes de resaltar su postura pacifista: “No hay una guerra justa, y cuanto más gente intenta convencerse de que hay una guerra justa, más se está cometiendo un acto grotesco de autoengaño”. También la ganadora del Oso de Oro, Mati Diop, francesa de origen senegalés, y el cineasta Ben Russell mostraron su apoyo a Gaza.
El giro en contra de la posición oficial ha hecho que las autoridades alemanas se quejen por lo ocurrido. El alcalde de Berlín, Kai Weger, que estuvo presente en la gala, publicó un mensaje en X criticando frontalmente la intervención de los cineastas. “Lo ocurrido ayer en la Berlinale fue una relativización intolerable. El antisemitismo no tiene cabida en Berlín, y eso también se aplica al panorama artístico. Espero que la nueva dirección de la Berlinale garantice que este tipo de incidentes no vuelvan a ocurrir”. Y añadió que “Berlín está firmemente del lado de Israel” y que solo Hamas “tiene el poder de poner fin a este sufrimiento liberando a todos los rehenes y deponiendo las armas. Aquí no hay lugar para la relativización”.
Las críticas a la Berlinale, que arriban en el último año de los actuales directores, también han llegado por parte del Partido Socialdemócrata. Helge Lindh, calificó de “chocante” el aplauso del público en la clausura. “Me avergüenza ver en mi país a gente que hoy aplaude unas acusaciones de genocidio contra Israel”, declaró al diario Die Welt.
Lo ocurrido ayer en la Berlinale fue una relativización intolerable. El antisemitismo no tiene cabida en Berlín, y eso también se aplica al panorama artístico
Varios medios alemanes también criticaron la gala berlinesa del cine. “Solidaridad con Gaza, silencio sobre Hamás”, tituló Der Spiegel. “Escándalo en la Berlinale: los ganadores del premio acusan a Israel de genocidio, el público aplaude”, escribió el Berliner Zeitung. “Espectáculo pro-Palestina en la Berlinale: la cultura fracasa como lugar serio para el diálogo”, tituló el Tagesspiegel, mientras que Bild esceribió “Aplausos por el odio a Israel en la Berlinale”. Ante las críticas a la ceremonia de clausura, la Berlinale ha emitido un comunicado en el que deja claro que “las declaraciones, a veces unilaterales y activistas, de los ganadores del premio eran una expresión de opiniones personales individuales” y “de ninguna manera reflejan la posición del festival”. “Debemos tolerar opiniones y declaraciones que contradigan las nuestras, siempre que estas declaraciones no discriminen a personas o grupos”, añade el comunicado.
La ceremonia de clausura no ha sido el único foco desde donde se ha apoyado a Palestina. La cuenta de Instagram de Panorama, una de las secciones paralelas del certamen, publicó una imagen donde podía leerse “Free Palestine. From the river to the sea” [Palestina libre. Del río al mar] y un texto donde podía leerse acusaciones de “Genocidio”. “Reconocemos que nuestro silencio nos hace cómplices del genocidio que está llevando a cabo Israel en Gaza y de la limpieza étnica en Palestina. Tras largas discusiones internas, hemos decidido desechar la idea de que la 'culpa alemana' nos absuelve de nuestra historia o de los crímenes actuales de nuestra nación. Desde nuestro pasado nazi a nuestro presente genocida, siempre hemos estado en el lado incorrecto de la historia. Pero no es demasiado tarde para cambiar nuestro futuro”, decía la publicación que fue borrada posteriormente.
El Festival de Berlín ha publicado un brevísimo comunicado en sus redes sociales en el que asegura que ha iniciado una investigación sobre estos mensajes que no representan su posición oficial y que no tienen como origen el propio festival. Además, emprenderán acciones legales contra los responsables. En declaraciones al medio alemán Tagesspiegel, el festival asegura que “alguien está haciendo un mal uso de una red social de la Berlinale para hacer agitación antisemita” y lo han atribuido a acción de piratas informáticos.
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