“Las personas con discapacidad han sido normalmente invisibles para la sociedad y ahora, de pronto, Campeones representa a España en los Oscar”. Allende López, coach de la película y miembro del grupo AMÁS, entidad que apoya y defiende los derechos de este sector, explica así la gran revolución que ha supuesto para ellos que el director Javier Fesser quisiera contar la historia de estos diez jugadores de baloncesto. Los más de tres millones de espectadores que la han visto en salas de cine, también.
Campeones tiene como protagonista a un equipo de basket compuesto por una decena de personas con discapacidad intelectual. Javier Gutiérrez da vida al entrenador profesional que es obligado a dirigirlos como multa por haber tenido un accidente de coche estando ebrio.
En el inicio del filme, se refiere a ellos como subnormales, retrasados o mongólicos. “Cuando leí aquello me eché a temblar”, explica López, “sin embargo, a medida que continúas te das cuenta de que ese es solo el punto de partida, y que retrata una evolución. Queda perfectamente claro desde donde está contado en todo momento”.
Y es que, a pesar de lo “peligroso que pudiera ser tratar este tema en el cine desde el humor, con la posibilidad de que no se entendiera y de que la gente pensara que se están riendo de ellos”, comenta la coach, “genera lo contrario, porque está hecha desde la realidad”. El cineasta decidió enmarcar su historia dentro de la comedia, una elección acertada según la especialista, ya que “esa es su realidad. Hay días mejores y peores, pero es que el trabajo con estas personas tiene también este componente”.
Apuesta por un casting de personas con discapacidad
Igual que Carla Simón demostró en Verano 1993 cómo rodar con niñas actrices sin convertirlas en juguetes rotos, hemos querido conocer cómo rodar con personas con discapacidad sin caer en clichés, respetándolos, siendo fieles en su representación y dándoles la oportunidad de interpretarse a sí mismos, y no a través de actores que hagan de ellos. Situación que recuerda la polémica despertada porque Scarlett Johansson y Paco León fueran a representar a personajes transexuales, sin serlo.
López considera que Campeones ha sido diferente en gran parte por este factor, “puede parecer muy obvio, pero es algo que hasta ahora no había pasado. Javier Fesser apostó por personas con discapacidad porque era lo que tenía verdad”. Como segunda clave, alaba que hayan tenido presente al sector en todo momento. La coach fue partícipe desde el inicio del casting, cuando desde la Federación Plena Inclusión Madrid se pusieron en contacto con la entidad en la que ella trabaja, donde cuentan con área de cultura, para agilizar las pruebas de selección.
A la fase acudieron más de 600 personas con discapacidad, dato que demuestra lo generalizado que está que acudan a clases de interpretación, danza y otras disciplinas artísticas. Además, desde hace cinco años, las organizaciones han apostado por las estructuras de la industria cultural, “sobre todo el sistema ocupacional, que son los centros donde pasan la mayor parte del día, y que se dedican a la formación y preparación para el empleo”.
Una vez elegidos los diez campeones, y un mes antes de empezar el rodaje, los actores entrenaron baloncesto todas las tardes durante sesiones de entre cuatro y cinco horas. Allí, la entrenadora Andrea González se encargó de que dominaran el deporte, y López de que formaran un equipo, lo que parece que fue bastante sencillo, a pesar de que no se conocían. “En todo momento mostraron una facilidad tremenda para hacer piña y, después, con los otros 80 miembros del equipo técnico y artístico, ocurrió lo mismo de manera natural”, reconoce.
El actor Javier Gutiérrez no faltó a las citas para trabajar texto con ellos, darles consejos de cuestión actoral como trucos para memorizar sus frases, y para cambiar palabras que no les funcionaran por no sentirse identificados con ellas. López destaca que “estuvo muy volcado, flexible y trabajó con ellos como uno más”. Del mismo modo se implicó el director, para el que haber trabajado con este grupo de intérpretes había sido diferente respecto a otros proyectos “porque aquí sus actores eran noveles. No supuso una complicación porque tuvieran una discapacidad, sino por ser su primera película”, destaca.
La inclusión como herramienta y no como objetivo
El tercer factor que subraya la coach es que “la inclusión de las personas no ha sido el objetivo del largometraje. El fin era hacer un peliculón y la inclusión ha sido una herramienta más para conseguirlo”. Y lo mismo ocurre con la diversidad, que “ha sido un valor añadido al proyecto. Cuando lo entiendes y trabajas desde ahí, haces que la discapacidad se ponga encima de la mesa como algo positivo que vamos a utilizar a nuestro favor, no como algo que dificulta”.
El lenguaje es otro aspecto sobre el que poner el foco, para no cometer errores a la hora de definir determinadas realidades. Por ejemplo, López insiste en que la palabra con la que hay que referirse a este sector es “personas con discapacidad intelectual, o con discapacidad”. Y lo explica argumentando que “es la misma diferencia que se establece entre decir que alguien lleva gafas o que es un gafotas. Decir discapacitado para nosotros es hablar de una persona como si su único valor fuera su discapacidad, cuando su valor es su persona”.
Otro término a considerar es el de integración, que debe sustituirse por inclusión, porque “hace referencia a cuando una persona forma parte de la sociedad de manera individual como persona, y no como colectivo de personas con discapacidad”. Su uso tiene como consecuencia que estas personas se empoderen y sean visibles de manera individual“. De ahí a su relevancia, al existir diferentes tipos de discapacidades y, como reclama la coach, ”cada persona es completamente diferente, no por su discapacidad, sino por su personalidad“.
A favor del reconocimiento en forma de premios
Después de la elección de Campeones, por encima de Handía y Todos los saben, como candidata para representar a España en la próxima edición de los Oscar, cabría esperar que antes optarán a alguna nominación en los premios Goya. Logro que la coach consideraría como “buenísima noticia para la persona, por el reconocimiento a su labor profesional”. Y, sobre todo, como “momento histórico de visibilidad y reconocimiento de la discapacidad. Entender que estas personas pueden hacer todo lo que se propongan si tienen los medios necesarios a su alcance, igual que cualquier otra”.
Visto el enorme éxito de la cinta, cable plantearse por qué ha tardado tanto en llevarse a la pantalla a este sector de la sociedad, generando conciencia y representándolos en diferentes facetas de su vida: practicando deporte, viajando, yendo a la playa, montando en autobús, trabajando o duchándose.
López explica que las organizaciones llevan mucho tiempo queriendo lanzar este mensaje al mundo, a sabiendas de que es muy difícil desde las mismas, porque “la gente no estaba decidida a escuchar lo que teníamos que contar, y tampoco lo hacíamos de forma atractiva”. Sin embargo, resalta la trabajadora de AMÁS, “cuando lo cuenta Javier Fesser con esta película, a todo el mundo le apetece verlo”.
Auge de oportunidades de trabajo en la industria cultural
Otro dato que habla bien de la película es que la inclusión no ha estado sólo en el escaparate, sino que, entre otros casos, Verónica Fernández, una joven con síndrome de down, formó parte del equipo de producción. Como consecuencia de la popularidad del filme, “está habiendo un boom dentro e la industria, nosotros mismos en nuestro centro de formación tendremos una compañía de teatro a partir de la semana que bien”, celebra la coach.
Parece que el cambio no sólo se nota en la confianza y voluntad de inclusión en la actividad laboral, sino que también está siendo palpable en el día a día, en “cómo la gente te mira, en cómo se dirigen a nosotros cuando vamos a comer a un restaurante. Se lo digo siempre a Javi [el director] y al equipo, que de verdad no son conscientes del cambio que han provocado en nuestro sector. Hemos dado pasos de gigante”.
Desde el momento en el que la frontera entre el “ellos” y el “nosotros” se reduce, la inclusión de las personas con discapacidad aumenta y, con ella, la reducción del trato injusto ante seres que son tan humanos como los que no tienen discapacidad reconocida.
La estigmatización u ocultación de la diferencia genera rechazo ante los que han sido definidos solo por una de sus partes. Campeones les ha convertido en protagonistas marcando un punto y seguido en su lucha, con la que debería quedar menos para que el resto de la sociedad se dé cuenta de que su realidad es tan valiosa, divertida, conmovedora y auténtica como la suya, por muy “normales” que se crean.