Cada año llegan a los cines innumerables adaptaciones de cómics. Superproducciones que arrasan en la taquilla con grandes presupuestos y con millones de seguidores que pagan por ver las aventuras de sus héroes favoritos. Batman, Iron-Man, Hulk… todos han ido apareciendo por la pantalla y consiguiendo una legión de fans que une a las generaciones que crecieron con los cómics originales y a las nuevas que descubren estos personajes por primera vez y quedan cautivados por ellos.
En España no se ha sabido sacar partido al material de nuestras historietas. Solo Mortadelo y Filemón ha tenido unas adaptaciones dignas que han funcionado en los cines. Para adaptar una historia tan querida hay que contratar directores con talento que amen el material original, pero sobre todo ser conscientes de que necesitan un presupuesto amplio para que no sea una decepción para todos. Eso es lo que ocurrió con la versión cinematográfica de El Capitán Trueno, que llegó a los cines en 2011. Con un presupuesto de en torno a 10 millones de euros, la película apenas superó los 100.000 espectadores y no llegó al millón de recaudación. Una adaptación que no contentó a la crítica ni a los fans.
Una oportunidad perdida para llevar a la gran pantalla una de las historias más queridas por los amantes del cómic. Capitán Trueno triunfó en plena dictadura con sus aventuras nacidas en 1956 y de las que llegaron a venderse 350.000 ejemplares cada semana. No consiguió trasladarse al cine la espectacularidad y el espíritu aventurero que Víctor Mora impregnaba en las viñetas de estos guerreros españoles.
El proyecto de la película de Capitán Trueno tenía ya la etiqueta de maldito cuando llegó a las salas en 2011. Llevaba más de diez años dando vueltas, y ya se había perdido la gran oportunidad de realizar una adaptación más grande y arriesgada. En el Festival de San Sebastián del año 2000 se anunció a bombo y platillo la que prometía ser la película más ambiciosa de la historia del cine español. La adaptación que el personaje pedía a gritos. Con un gran presupuesto y un director personal que aportara una mirada acorde a las nuevas generaciones. El elegido fue Juanma Bajo Ulloa, ganador de la Concha de Oro por Alas de Mariposa y responsable del taquillazo de Airbag, que se mostraba ilusionado por un proyecto que pretendía rodarse a principios de 2001 y estrenarse a finales del mismo año.
“A los chavales de hoy ya no les puedes vender esa inocencia, este estilo ingenuo y pop de los años 50 y 60. Los niños de ahora son psicópatas que matan zombies con la playstation y hay que darles un Capitán Trueno a su medida”, dijo entonces el director, que había escrito el guion junto a su hermano Eduardo. Los derechos del cómic los tenía Filmax, productora de aquel proyecto que se tasó en más de 1000 millones de las antiguas pesetas. Es decir, seis millones de euros, que por aquel entonces era el presupuesto de una gran producción. Se creó una página web, se hizo un póster preliminar, todo avanzaba… hasta que en mayo de 2001 se anunció que el proyecto se paralizaba por “diferencias de criterio y enfoque” entre el director y el productor.
En una nota de prensa, el productor Julio Fernández anunciaba que se había llegado a “un acuerdo para rescindir el contrato, en un clima de total cordialidad, y sin descartar próximas posibles colaboraciones de este prestigioso realizador”. En el comunicado no se descartaba el poder utilizar el argumento y el guion cinematográfico escrito por el cineasta. Algo que nunca ocurriría, quedando el proyecto de Bajo Ulloa enterrado en un cajón sin que nadie supiera cómo iba a ser su visión del Capitán Trueno… hasta ahora. ElDiario.es ha tenido acceso a una versión del guion escrito por los hermanos Bajo Ulloa y fechado en Gasteiz en junio de 2000. Una adaptación que se parece poco a la que llegó a los cines y que supone una mirada más adulta, violenta, arriesga y actual del héroe. Con ambiciosas escenas de acción y decisiones inteligentes que hubieran lucido espectaculares en pantalla.
Una historia de orígenes
Lo primero que destaca del guion de Capitán Trueno de los hermanos Bajo Ulloa es que es una historia de orígenes. No es una simple aventura del héroe, sino que nos cuenta su nacimiento. Así comienza la película, en el Nordeste de la península Ibérica en 1162. En una capilla en un castillo de l' Empordà donde un bebé, que será el protagonista, nace en medio de una tormenta. En esta escena ya se intuye el tono oscuro y violento que quería imprimir el director, ya que un caballero templario corta el cordón umbilical con una espada. Cuando van a decir el nombre del bebé se oye un trueno y comienzan los títulos de crédito.
Tras ellos la acción salta 12 años. Vemos a un Trueno adolescente, preparándose como caballero. Para explicar la fascinación del personaje por los libros, los guionistas introducen esta anotación en el libreto: “Imaginad un niño del año 2000 al que le regalan una videoconsola con el juego de Star Wars. Episodio I”. La acción vuelve a saltar, hasta 1.185. Año en el que por primera vez en el guion, que hasta entonces había llamado al personaje 'JOVEN CABALLERO', aparecen los diálogos del protagonista como 'JOVEN TRUENO'. Muestra su adolescencia rota. Los traumas familiares y sus orígenes son una de las claves de la historia de los Bajo Ulloa. En este momento conoce a Goliath por primera vez, que habla en Euskera, ya que sus orígenes son señalados como navarros posteriormente. Hasta la página 17, lo que sería el minuto 17 de la película, no aparece su fiel compañero.
En la 19 es cuando aparece Crispín. Aquí otra de las señas características de este guion que puede que fuera uno de los elementos de discrepancia con los productores. Los idiomas se respetan. Hay frases en catalán (Trueno es de l'Empordà), euskera, y los personajes históricos hablan en sus respectivas lenguas. Inglés, francés, árabe… se respeta todo. Esto ya se intuyó cuando en la preproducción de la película se habló de un casting internacional.
En la siguiente elipsis se llega al momento donde se desarrollará la historia principal, en 1191. La acción salta a Palestina, a Puerto de Acre. Entronca con una de las historias más populares del personaje, su lucha en las cruzadas al lado de Ricardo I de Inglaterra (o Ricardo Corazón de León) frente a Saladino. Respeta ese marco histórico y aparece Ricardo como personaje. Pero mientras que en los cómics era un héroe impoluto, aquí no lo es tanto, y es Saladino quien se muestra como un líder que busca la paz. De hecho, una de las escenas más potentes es en la que Trueno llega al campamento cristiano con el acuerdo de paz de Saladino y se encuentra como han matado a todos los prisioneros. El papel se cae y se deshace entre la sangre de todas las víctimas. Un momento visual muy potente que muestra la ambición de Bajo Ulloa.
En este momento se desarrollan las escenas más espectaculares del guion. Los embistes de los cristianos contra los musulmanes. El guion hace mucho hincapié en la crudeza de la guerra frente al carácter más inocente del cómic. Se muestra a soldados imberbes. “Uno se mea encima, otro vomita bilis”, dice el guion subrayando el miedo y la brutalidad. Hay campos llenos de cuerpos, de sangre. Se recogen los cadáveres y se dice que es mejor “convertir con la palabra que aplastar con las armas”.
Él quería incluir una gran batalla y hablaba de ella como algo apoteósico. La producción iba a costar unos 1.200.000.000 de pesetas, pero llegaron y a él solo le ofrecieron 800 millones
Hay mucha épica en la parte que se desarrolla en las cruzadas. Grandes batallas que hubieran necesitado presupuesto, extras, decorados… La segunda parte del filme regresa a España, al castillo donde nació, donde descubrirá una conspiración que tiene mucho que ver con su legado familiar. ¿Y Sigrid, el eterno amor de Trueno? Pues en esta historia de orígenes no aparece hasta la página 65 del guion, se despiden en la 70, y hasta el final no reaparece. Eso sí, ella comparte la escena final con el protagonista y decapita al villano (en otra muestra de la violencia que se pretendía imprimir a la adaptación). Otra muestra del tono que tendría la película es la última frase del guion: “Sigrid y Trueno se besan y, bajo una imagen de Thor y Odín, follan como animales”.
“El proceso de Capitán Trueno fue largo pero pude desarrollar durante más de un año un trabajo muy satisfactorio. Desde el principio se había llegado al acuerdo de hacer una obra comercial y de alto nivel técnico-artístico, y así se publicitó. Sin embargo en el proceso me di de bruces con la realidad de la industria española y la incapacidad para encarar un gran proyecto con rigor y calidad. La obra vendida no se parecía a la que se iba a producir y decidí abandonar. Después se ha tratado de levantar de nuevo en varias ocasiones sin resultados positivos. El problema es de base y soy escéptico, por no decir otra cosa, respecto a los resultados. No tengo relación alguna con los intentos posteriores”, dijo el director en una de las pocas ocasiones en las que ha abordado este proyecto fallido en una entrevista en Plantea 5000.
Las fuentes de Bajo Ulloa
Una de las personas que más sabe de Capitán Trueno en España es José Antonio Ortega, licenciado en Humanidades y autor de El Capitán Trueno: el gran héroe del tebeo (2012), El catálogo general del cómic español, 1865-1993 (1994) entre otras obras sobre el personaje y sobre el cómic en nuestro país. Ortega cuenta que Juanma Bajo Ulloa le llamó para informarse y documentarse de cara al proyecto y confirma que el problema de la producción llegó por el presupuesto: “Él quería incluir una gran batalla y hablaba de ella como algo apoteósico. La producción iba a costar unos 1.200.000.000 de pesetas, pero llegaron y a él solo le ofrecieron 800 millones y le dijeron que no hiciera la batalla, así que Juanma se negó a hacerlo y no se hizo la película”.
En los cómics no aparece la infancia del Capitán Trueno, pero Ortega sí que recuerda que se cuenta “sobre el cuaderno número 220 el paso de la adolescencia al mundo adulto”. Una historia que le encanta y que cree que forma parte de la mejor época de Víctor Mora, antes de que “la censura metiera la mano” y que incluso parecen inspiradas en una “tragedia griega”. De los padres no se menciona nada, pero sí que hay una alusión “a su padre en una enciclopedia que se hizo y que se editó en torno al año 87”. “En esta enciclopedia de los cómics se incluyó una historieta de siete páginas completamente inédita y ahí Mora habla de que el padre de Trueno era un noble. Y él huye porque no quiere ver cómo cae la sangre de los campesinos y abandona. Lo dice después de leer un libro de Aristóteles o algo así”. Esto coincide exactamente con la presentación de Trueno que hace Bajo Ulloa, un lector compulsivo de obra clásica que le hace abrir los ojos. Una historieta que sitúa sus orígenes en Catalunya, un lugar que también se mencionaba de pasada “en el número 40 o cuarenta y algo” y que el guionista usó para localizar parte de su película.
La película que sí vimos
Este es el Capitán Trueno que nunca se vio, el de Juanma Bajo Ulloa. Pero la idea de realizar una adaptación siguió durante mucho tiempo. Primero con Daniel Calparsoro como director y Álex González y Elsa Pataky como Trueno y Sigrid. Otro proyecto que nunca se realizó. La película finalmente llegó a las salas el 7 de octubre de 2011 de la mano de Antonio Hernández, director de En la ciudad sin límites. Sergio Peris Mencheta la protagonizaba, Natasha Yarovenko fue la famosa vikinga y el lanzador de martillo Manuel Martínez fue Goliath.
Las críticas fueron desastrosas y masacraron una película que no tiene nada que ver con el guion que firmaron los hermanos Bajo Ulloa. Ni rastro de la épica que estaba en el primer libreto ni de los hallazgos narrativos o visuales que se intuían. Este Capitán Trueno y el Santo Grial notaba su falta de presupuesto por todos los lados. No había grandes peleas ni batallas, era naif e inocentona. La apuesta por la violencia y la crudeza del anterior trabajo ni se intuye.
Hasta en las cosas que coinciden acaban diferenciándose. El filme que se vio también desarrolló parte de su trama en Palestina con Saladino como líder. Pero la cartela con la que comienza marca el año de la historia en 1291, cuando Saladino murió en 1193. La película de Bajo Ulloa se desarrollaba en 1191, cuadrando el contexto y los personajes históricos, de hecho, antes de comenzar el guion incluyen una página que dice que su trabajo “contiene nombres, fechas, lugares y hechos históricos del S.XII extraídos de la realidad” y que “se basa fielmente en los protagonistas y hechos acaecidos en dicho asedio y posterior capitulación en la Palestina de 1.191”.
Hay otras muchas diferencias. Aquí no se muestra ni el nacimiento ni la adolescencia del héroe. Su primera escena ya es adulto, convertido en Capitán y junto a Crispín y Goliath, a los que en el guion de Bajo Ulloa encontraba en su primera misión. Sigrid aparece pronto, en el minuto 14 y es una de las grandes protagonistas. Por supuesto no aparece ni rastro de introducir otras lenguas oficiales de nuestro país ni otros idiomas extranjeros. Una película que no hace justicia con el personaje original ni tampoco con el guion de Bajo Ulloa que nunca pudo rodarse.