Diez películas en catalán, euskera y gallego para descubrir en plataformas

Alberto Corona

10 de diciembre de 2021 22:23 h

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La nueva ley del Audiovisual se encuentra en el centro de un pulso entre ERC y el Gobierno, pues este último necesita el apoyo de los catalanes para los Presupuestos Generales del Estado, lo cual ha convertido a las cuotas de filmografía en lenguas cooficiales en el actual campo de batalla. Tras estar de acuerdo en que habría una porcentaje mínimo de emisión del 6% para las películas rodadas en catalán, gallego y euskera, el Gobierno se descolgó con que no podría imponer cuotas a plataformas no radicadas en España, como Netflix. Tan solo servicios, de menor implantación, como Filmin, FlixOlé o Atresmedia Player se verían afectados. No obstante, estos sistemas ya disponen de un amplio catálogo en las lenguas minoritarias del Estado.

He aquí diez títulos rodados en España en lenguas diferentes al castellano que señalan la excelente calidad de unas filmografías, más jóvenes como la gallega o más asentadas como la catalana, que precisan del largo alcance de las plataformas para alcanzar un público más amplio que las descubra. Todas ellas, disponibles a un clic.

'Honor de cavalleria' (Filmin)

Su arrogancia extrema y un constante afán por provocar han logrado que el nombre de Albert Serra (Girona, 1975) sea más conocido entre el público de lo que permitiría por sí mismo su cine. La razón es que Serra ha desarrollado una filmografía tan fría y exigente como parcialmente desdeñada por los grandes focos en nuestro país, cuyo triunfal recorrido por todo tipo de festivales no basta para que sea más habitual saber quién es antes que poder identificar alguna de sus películas. En Filmin, afortunadamente, están casi todas.

Desde títulos tan laureados como Historia de la meva mort hasta La muerte Luis XV, pasando por su revisión del mito cervantino, Honor de cavalleria (2006) se adentra en el día a día de Don Quijote y Sancho Panza con una aridez reminiscente a Bresson o Pasolini, que en última instancia refuerza el contraste entre los delirios del hidalgo y el decepcionante mundo que le rodea. Honor de cavalleria es el segundo largometraje de Serra, y un buen modo de adentrarse en la obra de uno de los autores indispensables del cine europeo.

'Handia' (Netflix)

Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregi forman Moriarti Produkzioak, compañía que ha situado el cine vasco en primer plano. Tras el éxito de Loreak en 2014 —y siendo La trinchera infinita preseleccionada para los Oscar de 2021—, el reconocimiento de Moriarti ha llegado al extremo de ser designado por Disney+ para desarrollar la primera serie española de la plataforma, centrada en el diseñador Cristóbal Balenciaga.

Handia, por su parte, arrasó en los Goya de 2017 gracias a su vertiente técnica. Basada en la historia real de Miguel Joaquín Eleizegui Arteaga, el 'Gigante Español', aborda la relación de dos hermanos. Al finalizar la Primera Guerra Carlista, Martín (Joseba Usabiaga) vuelve a Guipúzcoa y descubre que Joaquín (Eneko Sagardoy, Goya a Mejor actor revelación) se ha convertido en un hombre gigantesco, y ambos elaboran un plan para enriquecerse. Esto les lleva a un viaje a lo largo de Europa, donde el egoísmo querrá imponerse al amor fraternal.

'Dhogs' (Filmin)

Al inicio de la pasada década se convino en enmarcar dentro del 'Novo Cinema Galego' las creaciones amparadas por un cambio definitorio en las políticas del Gobierno autonómico, que impulsaban un cine más arriesgado y alérgico a las inercias comerciales. Películas como Todos vosotros sois capitanes, de Oliver Laxe, inauguraban las coordenadas fundamentales: regodeo en el paisaje, atención a realidades silenciadas, calculada confusión entre ficción y documental… aunque, como en cualquier movimiento, siempre iba a haber un verso suelto.

Andrés Goteira presentó Dhogs (2017) en Sitges con grandes aplausos. Poco después, se toparía con una recepción similar en el madrileño Festival Nocturna, donde obtuvo el Paul Naschy a Mejor película y el Vincent Price a Mejor actor para Carlos Blanco. Este thriller de ánimo surrealista comienza con una mujer (Melania Cruz) tomando su última copa en un lujoso hotel cuando, de un momento a otro, se ve involucrada en una espiral de violencia tan incomprensible como fascinante, que ejemplifica a la perfección las posibilidades de un cine gallego llamado a demoler cualquier zona de confort.

'Pa negre' (Filmin)

Durante el último Festival de Málaga, el mallorquín Agustí Villaronga presentó El vientre del mar basándose en una historia de Alessandro Baricco. Fue una de las películas más aplaudidas del certamen, ganando la Biznaga de Oro entre otros cinco premios, y suponiendo un nuevo hito en una trayectoria de gran riqueza y amplias inquietudes, que se remonta a un debut tan inclasificable como Tras el cristal. En 1987 Villaronga rodó una perturbadora fábula ambientada en la Segunda Guerra Mundial, suscribiendo un ánimo de empujar al espectador contra sus límites que no flaqueó ni en la que puede ser su película más célebre.

Hablamos de Pa negre. Llegado 2010 Villaronga adaptó libremente el libro de Emili Teixidor —incluyendo elementos de otras obras suyas— para asomarse a la Cataluña rural de la posguerra, y tejer un coming of age a partir de las experiencias del joven Andreu (Francesc Colomer). Andreu halla dos cadáveres en el bosque y, ante las acusaciones de homicidio que penden sobre su padre perteneciente al bando republicano, se propone resolver el misterio.

'Errementari' (Netflix)

Como Handia, Errementari —que se estrenó el mismo año, 2017— se ambienta lindando el término de la Primera Guerra Carlista. Después de que los vascos hayan sido derrotados por el ejército isabelino, un comisario del Gobierno llamado Alfredo Ortiz (Ramón Agirre) llega a un pueblo de Álava con el propósito de investigar a Patxi (Kandido Uranga), un herrero solitario al que se le atribuyen múltiples crímenes. Nada de lo que hubiera podido deducir le prepara, sin embargo, para la verdad: el herrero tiene encerrado en su casa al mismo diablo.

El cortometrajista Paul Urkijo Alijo debutó en el largo con una apasionante (y apasionada) adaptación de Patxi Errementaria, cuento popular vasco que ya se nutría del folclore autóctono en 1903. Queriendo hacer honor a todo este compendio cultural, Errementari está hablada íntegramente en el euskera alavés del siglo XIX, generando una extrañeza en el espectador amplificada por el horror satánico, la densa atmósfera y unos espectaculares efectos especiales que fueron nominados al Goya.

'Longa Noite' (Filmin)

Aunque matizado con el paso del tiempo, nunca ha dejado de ser un tópico extendido en torno al cine español la costumbre de este por remontarse a la Guerra Civil y examinar las heridas que nos separan. Y sin embargo, las mutaciones que ha ido atravesando han logrado enriquecer este acervo, proponiendo discursos disidentes. Ya se ha hablado de Pa negre al hilo de la geografía catalana, y Longa Noite supone un vistazo igualmente sorprendente al caso de Galicia, marcado por las especificaciones del Novo Cinema Galego.

Esto es, que no cabe esperar del filme de Eloy Enciso (estrenado en 2019) un afán pedagógico, sino una visceral inmersión en el rencor y la desmemoria, concretados en el regreso del republicano Anxo (Misha Bies Golas) a su pueblo natal. Distribuida por Numax —buque insignia de este Novo Cinema—, Longa noite describe la soledad del protagonista entre fragmentos literarios de Max Aub o Rodolfo Fogwill, insertándola en un ambiente espectral marcado por la represión franquista y la angustia hacia el futuro.

'Las amigas de Ágata' (Filmin)

En 2015 cuatro jóvenes realizadoras de la Universidad Pompeu Fabra se unieron para desarrollar su trabajo de fin de grado. El proyecto de Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen contó con la tutoría de los cineastas Isaki Lacuesta y Elías León Siminiani, y tuvo por título Las amigas de Ágata. Su planteamiento era sencillo: recoger las vivencias de cuatro veinteañeras interpretadas por Carla Linares, Marta Cañas, Victòria Serra y Elena Martín, personaje este último que daba título al filme y acaparaba su punto de vista.

Martín ya había desempeñado varios trabajos como actriz, pero Las amigas de Ágata la colocó en el mapa nacional, llevándola a protagonizar un corto tan aclamado como Suc de síndria de Irene Moray y a sacar adelante un debut como directora no menos aclamado, Júlia Ist. Todo gracias a la entusiasta recepción de este filme colectivo, que habla de la juventud y la madurez desde una cercanía tan lúcida como bella, y recoge con milagroso detallismo ese momento donde afianzar una personalidad puede implicar el tambaleo de los lazos afectivos.

'Akelarre' (Netflix)

La película más premiada de la pasada edición de los Goya —cinco premios técnicos de las ocho nominaciones a las que aspiraba— se presenta como un triunfo absoluto a la hora de exprimir un presupuesto lindando lo exiguo. Pablo Agüero quería recrear las cazas de brujas que asolaban España en el siglo XVII, y para ello resolvió centrar la trama en el País Vasco paralelamente a desarrollar un planteamiento claustrofóbico y asfixiante, donde el montaje resultaba ser la mejor herramienta para describir el sufrimiento de las supuestas brujas.

El inquisidor Rostegui (Álex Brendemühl) arresta a Ana (Amaia Aberasturi) y sus amigas bajo la acusación de ser concubinas del diablo. Da comienzo entonces un angustioso interrogatorio, pleno en manipulaciones y torturas, a través del cual toma cuerpo una feroz metáfora que identifica a la bruja como sujeto revolucionario. La secuencia final, dedicada al susodicho aquelarre, contiene algunos de los minutos más sugestivos de nuestro cine reciente.

'Lúa Vermella' (Filmin)

No dejamos a las brujas de lado, aunque en este caso sería más apropiado denominarlas meigas. La atención del Novo Cinema Galego por lo rural y los conflictos que en él pueden alojarse —ante los cuales O que arde, de Laxe, se erigiría como probable culminación— tampoco tienen por qué descuidar el folclore, ni las irrupciones en él desde una suerte de realismo mágico donde el color y la atmósfera se perfilen como los aliados más intuitivos.

Lúa Vermella indaga en la memoria fantástica de Galicia a partir de los fantasmas, las lunas rojas y los monstruos, teniendo como protagonistas a las mujeres que interpretan Ana Marra, Carmen Martínez y Pilar Rodlos. El trío busca incansablemente a Rubio, un marinero desaparecido en plena travesía, caminando por un mundo suspendido en el tiempo y cimentado por el arrojo de Lois Patiño, que tras triunfar con el documental Costa da Morte se consagraba en 2020 con una obra mucho más misteriosa y esotérica.

'Los días que vendrán' (Filmin)

Menos de una década le ha bastado a Carlos Marqués-Marcet para convertirse en uno de los cineastas más completos del panorama nacional, gracias a una trayectoria que alterna el corto con la televisión y la ficción con el documental. Los días que vendrán (2019) puede entenderse como el final de la trilogía que inician 10.000 KM y Tierra firme, en función al protagonismo extendido de David Verdaguer —presente en un filme tan imprescindible del cine catalán como Estiu 1993— y su sumisión crecientemente íntima a los vínculos humanos.

A diferencia de los títulos previos, sin embargo, Los días que vendrán desdibuja por completo las barreras entre realidad y artificio, algo que se intuye desde el hecho de que Verdaguer y María Rodríguez Soto sean pareja más allá del cine, y la película se haya rodado durante los nueve meses que duró su embarazo. La que puede ser la mejor película de Marqués-Marcet ofrece, por tanto, un retrato minucioso de la relación enfrentada a su prueba de fuego, sin que esto tenga por qué excluir momentos de belleza sublime y trascendental.