- Escucha el Podcast de Kinótico desde la ciudad de las góndolas: La Mostra de Venecia pone a prueba su olfato para detectar el próximo Oscar
El Festival Internacional de Cine de Venecia, que este año cumple 75 años, marca cada lustro el pistoletazo de salida a la temporada de certámenes cinematográficos internacionales. La presente edición, inaugurada este miércoles, se prolongará hasta el próximo sábado ocho de septiembre con tres grandes protagonistas: la participación de Netflix, el estreno de la última y perdida película de Orson Welles y un gran suspenso en paridad.
Solamente una directora, la australiana Jennifer Kent, participa en la sección competitiva compuesta por 21 películas. 20 películas dirigidas por hombres y una sola por una mujer. Quienes sí competirán serán otros nombres -y hombres- como Damien Chazelle que, un año después de inaugurar el certamen con La La Land, repite gesta con su último filme, First Man. Ryan Gosling es su protagonista e interpreta al astronauta Neil Amstrong en sus años de preparación para convertirse en el primer ser humano en pisar la Luna.
Con polémica sobre la mesa, y con Guillermo del Toro como presidente del jurado tras alzarse el año pasado con el León de Oro por La forma del aguaLa forma del agua, repasamos los puntos a tener en cuenta sobre la presente edición de la Mostra.
Jennifer Kent, la única superviviente
La actriz australiana decidió, tras ver Bailar en la Oscuridad (2000) de Lars Von Trier, que quería emprender su carrera como directora. Así se lo hizo ver al cineasta y fue contratada como su ayudante en el rodaje de Dogville (2003). Dos años más tarde se lanzó dirigir su primer cortometraje, Monster, que una década después llevó a la gran pantalla en su aclamado debut The Babadook.
Su ópera prima se proyectó en el Festival de Sundance en 2014 y fue recibida con éxito por parte de la crítica. “Quería hablar sobre la necesidad de afrontar la oscuridad que hay en nosotros”, explicó entonces sobre su debut inscrito en el género de terror. Al certamen italiano se presenta con su segundo largometraje, The Nightingale, que cuenta la historia de una venganza ambientada en una isla de Tasmania.
Ante el anuncio de los títulos seleccionados para formar parte de la sección oficial del certamen, con la cinta de Kent como única representación femenina, en seguida recibió críticas y fue tachado de machista. La EWA, presidida por Isabel Coixet, hizo pública una carta abierta expresando su malestar criticando que la decisión por “sugerir que las películas realizadas por mujeres son de alguna forma inferiores a las hechas por hombres” y enviar implícito el mensaje de que “incluir más largometrajes de mujeres reduciría la calidad de la cita”.
En el escrito, aprovecharon para aplaudir los compromisos de paridad cerrados este mismo año por los festivales de Cannes o Locarno. El certamen francés, que contó en 2018 con sólo tres mujeres compitiendo en una sección oficial compuesta por 21 largometrajes, firmó en mayo la Carta por la Paridad y Diversidad en el Cine. El texto señalaba que las muestras deberán generar estadísticas sobre el número de películas seleccionadas y ser transparentes en la lista de los miembros de los comités de selección y programadores.
Por su parte, el presidente del certamen de Locarno Marco Solari, aprobó un manifiesto que promete garantizar la paridad y la inclusión en su programación y organigrama. El certamen, en el que premiaron el cortometraje Los que desean de la española Elena López Riera, también contó con sólo tres directoras en un total de 15 largometrajes a competición. Datos muy poco alentadores en plena era Me Too.
Netflix rumbo a los Oscar 2018
Netflix se alzó este año con su primer Oscar con el cortometraje Ícaro y parece estar buscando repetir gesta en la próxima entrega. A pesar de sus desavenencias con el Festival de Cannes, que decidió dar el carpetazo definitivo a sus estrenos, el certamen italiano optó por no cerrar sus puertas a la plataforma. Hace meses planteamos el debate en este diario sobre quién salía perdiendo realmente en esta guerra, ya que con esta decisión, el concurso francés dejaba de premiar a la mejor película del mundo, sino a aquella que acepte terminar en una sala de cine francesa.
La acogida de la Mostra al desembarco de los pesos pesados del gigante en streaming ha hecho posible que las últimas producciones de Alfonso Cuarón, los hermanos Coen y Paul Greengrass vayan a participar en su sección oficial. El cineasta mexicano regresa al festival que hace cinco años inauguró con su oscarizada Gravity. Su nueva propuesta es Roma, una cinta que ha rodado en su país natal en forma de carta de amor a las mujeres que lo criaron. Inspirándose en su propia infancia, retrata de forma realista y emotiva los conflictos domésticos y jerarquías sociales que tuvieron lugar durante la agitación política de la década de 1970.
Los hermanos Joel y Ethan Coen acuden con el western The Ballad of Buster Scruggs. En principio fue anunciado como serie de seis capítulos sobre la frontera americana que, sin embargo, ha terminado transformándose en un largometraje. El británico Greengrass, responsable de varias de las cintas de la saga de Jason Bourne, cuenta en 22 July la matanza de 77 personas en la isla noruega de Utoya en 2012.
Aun así, una de las proyecciones más esperadas es la de la última película de Orson Welles, Al otro lado del viento, que el cineasta rodó entre 1970 y 1976, y que jamás pudo terminar por problemas financieros. La cinta, protagonizada por John Huston, cuenta la historia de Jack Hannaford, un director que prepara su regreso a los grandes estudios tras un largo exilio europeo, que Welles experimentó en su propia persona. La trama gira alrededor de la fiesta de su 70 cumpleaños y la película que prepara, que será su última.
Netflix adquirió los derechos para acabar y estrenar el largometraje en marzo de 2017. Con el objetivo de rendir el mejor homenaje al responsable de títulos como Ciudadano Kane (1941) o Sed de mal (1958), la plataforma llevará la historia del director estadounidense a la gran pantalla, como recogió Indiewire.
Otros títulos prometedores de la Mostra
la Mostra de Venecia acoge otros grandes estrenos que forman parte de su prometedora programación. En sección oficial, Luca Guadagnino competirá con su película posterior a la maravillosa Call me by your name, Suspiria, un remake personal del clásico de terror de Darío Argento que ha conseguido hacer llorar a Tarantino, amigo del italiano. “Es una película de terror, pero también un melodrama. El objetivo es hacer que el público asista al terror porque sea incapaz de quitar los ojos de la pantalla al estar cautivado por los personajes”, explicó en una entrevista.
El húngaro László Nemes se consagró con su ópera prima El hijo de Saúl en 2015, alzándose con el Globo de Oro y el Oscar a la Mejor película de habla ni inglesa, además del Gran Premio del Jurado en Cannes. Filmó un frío y asfixiante retrato del horror del campo de concentración de Auschwitz, encerrando a su protagonista y al espectador en su formato cuadrado. Ahora regresa a la gran pantalla con Sunset (Atardecer). El thriller ambientado en el Budapest de 1913, recoge las angustias y preocupaciones de los jóvenes que quedaron encerrados en su pueblo sin poder escapar ante el inminente inicio de la I Guerra Mundial.
Y junto a ellos, Peterloo, de Mike Leigh, Vox Lux de Brady Corbert, lo nuevo de Olivier Assayas en forma de comedia Double vives o The favourite, del griego Yorgos Lanthimos. Un festival lastrado por su desconsideración ante las mujeres cineastas que habrá de remontar con amplias dosis de buen cine e historias que den muestra de la pluralidad de propuestas, aunque no todas estén representadas e imperen las producciones realizadas en Hollywood.
“Este es tu sueño. Complicado y comprometido, pero emocionante”, le decía Ryan Gosling a Emma Stone en La La Land animándole a luchar por cumplir el suyo. A pesar de que se van logrando cambios, queda un largo camino que recorrer hasta que la paridad en las selección de las películas que participan en los grandes festivales internacionales aterrice en el presente.