Esquire se está ganando a pulso ser el adalid de la descortesía con la mujer. En el blog del Huffington Post dedicado a temas sexistas, la revista para hombres interesantes se ha convertido en protagonista en más de una ocasión por algunos de sus titulares más bochornosos. Como este reportaje titulado Ladies: You're Not as Good as You Think, que denuncia la sexóloga Logan Levkoff por “empezar como un artículo autocrítico para después arremeter contra las partes femeninas por ser 'poco entusiastas, incómodas y poco comunicativas' en el acto sexual”.
A veces no se limitan a lanzar análisis generalistas y deciden poner cara a sus víctimas, como en este perfil de Megan Fox con motivo del estreno de Transformers. El periodista Stephen Marche -como denuncia la editora del Huffington, Emma Gray- laurea las virtudes físicas de la actriz desacreditando a otras artistas como Adele, Lena Dunham o Lady Gaga. “Lo realmente genial es que el redactor se lamenta de que a Fox se le considere únicamente un icono sexual, cuando él la trata así en la práctica totalidad del artículo”, acusa Gray. “Basta con mirar la cantidad de espacio que Marche dedica a la discusión de diversas partes del cuerpo de Fox”.
Hace un par de meses, Esquire volvió a la carga con lo que el Huffington llama “su ancestral tradición”, en una entrevista a la promesa del cine Jennifer Lawrence. En ella, el escritor Ned Hepburn centró las preguntas en los supuestos hábitos con el alcohol de la actriz, añadiendo un tono inadecuadamente paternalista y condescendiente. Se refiere a Lawrence en varias ocasiones como “Jenny” o “nena”, suscribiendo lo que ya criticó la periodista de The Guardian, Jessica Valenti: “Cuando me llaman 'Jessie' [en el entorno laboral] es para recordarme que da igual cuantos libros haya escrito, artículos publicado o discursos pronunciado, sigo siendo sólo una chica”. Unas líneas que nos recordarán al episodio de los Desayunos de TVE en 2012 con la periodista Ana Pastor y el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Aunque lo realmente grave son las frases bastante poco paternalistas que también incluye el artículo sobre Jenniffer Lawrence: “Tienes suerte de ser una zorra fría como la piedra con una cara de un millón de dólares y un par de estanterías mejores que las de un maestro carpintero”.
Dietas y peleas de gatas como micromachismos
Comprobamos que la falta de respeto en las entrevistas puede ser bidireccional -entrevistado o entrevistador- y ahora ha colmado el vaso de la paciencia de Hollywood. Algunas de las actrices más famosas de la Meca del cine estadounidense se han plantado ante el sexismo de la alfombra roja. Denuncian los planos de cuerpo entero para mostrar los detalles de sus trajes de firma y los interrogatorios sobre sus dietas, frente a las preguntas de los retos interpretativos o la implicación política para sus homólogos masculinos.
Ahora, ellas demuestran que no tienen pelos en la lengua y que son perfectamente capaces de sacar los colores a su entrevistador. El precedente de todas estas femme fatale lo sentó en 1975 Helen Mirren cuando, sin ningún tipo de decoro, Michael Parkinson se refirió a ella como “una actriz seria, entre comillas”. Por si fuera poco, el periodista británico prosiguió diciendo: “¿Crees que tu equipamiento (por sus pechos) te ha ayudado en ese propósito?”. La treintañera -por aquel entonces- manejó la situación con elegancia y dejó plantado al que fuese uno de los estandartes de la comunicación en el Reino Unido.
Su testigo fue tomado décadas después. Mientras el cámara le hacía un repaso vertical de 1,70m de largo a Cate Blanchett en la alfombra roja, la australiana le interrumpió preguntándole si también era frecuente hacer esa radiografía a los hombres. Una respuesta del estilo fue la que sostuvo la actriz Eva Mendes ante la pregunta de si hubo “pelea de guapas en el rodaje de The Spirit” con Paz Vega y Scarlett Johansson. “Sé que a la gente le encanta leer esas cosas, pero es una forma muy sexista de pensar. Nunca nadie pregunta eso cuando son hombres los que forman el elenco”, instó la de Miami.
Los trucos de belleza y las dietas están a la orden del día en las entrevistas ¡cinematográficas! Incluso hay veces que los pormenores de la producción o las labores interpretativas quedan eclipsadas por preguntas tan frívolas y personales como los kilos de más o de menos o los planes de una futura maternidad. Estos dos últimos casos los representaron la ganadora de dos Oscar, Anne Hathaway, y una de las reinas modernas de la comedia, Zoey Deschannel. “¿Acaso quieres perder peso?” y “Es una pregunta demasiado personal, ¿se la harías también a George Clooney?”, fueron las respectivas contestaciones de las dos intérpretes.
“Soy actriz, no una it girl”
it girlPero esta discriminación resulta más evidente cuando las entrevistas son compartidas y mixtas. Durante el estreno de Amazing Spiderman, Emma Stone y su compañero de reparto, Andrew Garfield, ofrecieron una entrevista en la que se alternaban las preguntas. Las de ella estaban orientadas hacia su fondo de armario y el color de pelo y las de él se rendían en felicitaciones por consolidar su carrera y sobre su futuro profesional. En esa ocasión, la actriz no dudó un momento en acusarles de sexistas. Con más humor, pero mismo trasfondo, se lo tomó Scarlett Johansson en la presentación de Los Vengadores, cuando le ocurrió lo propio junto a Robert Downey Jr. “¿Por qué a ti te plantean las preguntas interesantes y a mí las tonterías sobre la comida?”, le preguntó a su colega en la rueda de prensa.
Las actrices se enfrentan a una cruzada difícil, pues a veces un click vale más que mil palabras. Mientras los medios vendan los detalles menos profesionales de las artistas, la gente los reclame y la prensa caiga ante la presión, las demandas de estas mujeres corren el riesgo de perderse en esa espiral sin fin.