La portada de mañana
Acceder
El jefe de la Casa Real incentiva un nuevo perfil político de Felipe VI
Así queda el paquete fiscal: impuesto a la banca y prórroga a las energéticas
OPINIÓN | 'Siria ha dado a Netanyahu su imagen de victoria', por Aluf Benn

Entrevista

José Sacristán: “El resurgir de los ecos del tardofranquismo me pone los pelos de punta”

Javier Zurro

2 de noviembre de 2022 22:44 h

0

Ha dado vida a asesinos a sueldo, villanos cañís, soldados republicanos, locutores de radio y casi cualquier personaje que uno pueda imaginar, y sin embargo José Sacristán no había participado en una película de terror puro y duro. Ha sido ahora, con 85 años, cuando el actor ha debutado en el género. Lo ha hecho dando vida a un cura que practica exorcismos. Quién si no él podría convertirse en nuestro Padre Merrin. Si El exorcista tenía a Max Von Sidow, nosotros tenemos a Pepe Sacristán para dar vida al padre Olmedo en 13 exorcismos, la nueva apuesta por el terror de la productora Bambú, que ya probó suerte con Malasaña 32 y que quiere repetir una jugada que se saldó con un éxito en taquilla.

En esta ocasión acuden también a hechos reales, la evidencia de 15 curas exorcistas en España y las actas de los exorcismos que han practicado. Con ellas ficcionan el caso de una adolescente que vive una educación religiosa represiva por su familia, y que tras un botellón que termina en sesión de espiritismo empieza a sufrir síntomas raros. Una película que usa el susto y el horror para hablar de terrores más terrenales, como el fanatismo.

Su voz, cavernosa y grave, era la única posible para recitar versos contra Satanás, y eso lo aprovecha Jacobo Martínez, que tras haber trabajado con él como director de fotografía en casi todas las series de Bambú, ahora le dirige en su debut en el largometraje que llega a las salas este viernes. Sacristán continúa con 13 exorcismos con su apuesta por directores jóvenes y noveles, algo que ha marcado los últimos compases de una carrera en la que hay títulos como La vaquilla, Solos en la madrugada o Magical Girl.

¿Cómo le llega este papel del padre Olmedo?

Pues otra vez, como siempre, a través de Ramón (Campos) y Teresa (Fernández-Valdés), los productores responsables de Bambú, que son amigos y con los que he hecho ya un montón de películas. Con ellos tengo la garantía de que lo que voy a hacer va a tener siempre calidad. Así que a través de ellos y lógicamente, de Jacobo, el director, que era su primera película como realizador, pero con el que ya había trabajado como director de fotografía en todas las series de Bambú. Así que llega por la confianza total y absoluta que yo tengo en esta productora.

Hay algo bonito en Bambú, que es que ha creado una especie de familia de actores, técnicos y directores que siempre confían unos en otros.

Sí, lo siento así, desde luego. Lo siento así y lo celebro, por supuesto.

Revisando su filmografía he visto que no tiene ninguna película de terror.

No. Algunas tuvieron un resultado terrorífico… es broma. No, efectivamente no había transitado por el género todavía.

¿Es fan del género?

La verdad que sí, que soy fan del género. Sobre todo de James Whale, de Frankenstein y La novia de Frankenstein. De las películas de Roger Corman, de las de la Hammer, con Christopher Lee y Peter Cushing. Sí, me encanta el género. Además, 13 exorcismos tiene una crónica, sin pretender hacer cine social, de unos hechos inspirados en acontecimientos reales que hablan de unas gentes y de su manera de entender la religiosidad y la ciencia. Es una crónica también de un país determinado en un tiempo determinado.

Cualquier guion que ponga en una acotación ‘exterior noche’ no lo hago. Hay que respetar las horas de descanso. Yo a la hora de cenar estoy en mi casa, no en un descampado con una tartera

Al final, en la película es casi más terrorífico el fanatismo religioso que el demonio que parece poseer a la chica.

Sí, por ahí va la cosa, porque aunque en principio la cosa queda abierta y que cada espectador saque sus conclusiones, efectivamente el diagnóstico último de esta chica, toda su sintomatología, podía ser perfectamente resuelto con un diagnóstico médico. Pero alguien dijo que eso era otra cosa. Y allá cada uno. Yo no soy creyente, y por lo tanto no creo en estas cosas, pero respeto profundamente todos y cada uno de los puntos de vista.

La película se basa en los exorcismos y exorcistas reales que hay en España, ¿leyó sobre este asunto para preparar su padre Olmedo?

He leído un poco, alguna noticia… pero no es un oficio o una actividad que a mí me preocupe gran cosa. Vino un asesor al rodaje para explicarnos un poco el ritual, el manejo de elementos y tiempos de la ceremonia, pero por lo demás no me interesaba. No me hacía falta tampoco profundizar en eso. No tengo ninguna curiosidad por conocer los entresijos de estos procedimientos.

¿Qué le da miedo a José Sacristán?

Los demonios no me dan miedo, me dan miedo personas con nombres y apellidos y que incluso hasta tienen cargos públicos y que son elegidos por el pueblo. Eso son los que me dan miedo. Hay todavía el resurgir de unos ecos del tardofranquismo que me ponen los pelos de punta.

Usted ha vivido la dictadura, ¿le da miedo lo que pueda pasar en España, ve usted ecos del 36 como dicen algunos?

Sí, volvamos al 36… ¿No cantaban algunos muchachitos eso hace poco? No, no creo. No creo que el servilismo llegue, ni muchísimo menos, a provocar situaciones como la que lamentablemente se vivieron en el año 36 ni nada parecido. Pero sí es cierto que yo pensaba que se habían superado ya ciertas posiciones, ciertas tomas de posición respecto a algún que otro acontecimiento histórico y lamentablemente no es así.

¿Cómo ve el momento actual del cine español?

Yo soy un fan del talento, del esfuerzo, del sacrificio y del coraje de todos y cada uno de los peliculeros de este país. Al margen de que los resultados sean unos u otros. Además, hay una gente joven con muchísimo talento, sobre todo tías. Unas mujeres que están demostrando que lo hacen de puta madre. Pero siempre en el mundo del espectáculo la palabra crisis o dificultad o inseguridad va unida. Posiblemente, de lo mejor que me haya ocurrido es llevar tantos años en esto y seguir trabajando y hacerlo con gente joven. Eso me parece un lujo.

Es verdad que usted ha apostado mucho por directores debutantes, ¿es algo deliberado?

No apuesto, simplemente suena el teléfono y al otro lado está un joven, como podría estar un viejo. Afortunadamente cuentan conmigo, pero son ellos los que me reclaman. Yo no muevo nada, son ellos los que nos demandan.

¿Qué opina de la nueva ley audiovisual?

Hay ahí una serie de pormenores de los cuales sería temerario pronunciarse, porque el mundo de la producción no es el mío, siempre se me escapa, pero para no volver a repetir lo del llanto, lo de la queja, lo del pedigüeño y lo de la puñeta, sí que voy a decir que el cine es una fuente de ingresos para el Estado, es la industria del audiovisual, y son gente con coraje y con talento que sigue haciendo películas.

Terror no había hecho, ¿hay algún otro papel que le falte en su carrera?

La Brígida del Tenorio me queda por hacer. Ese personaje estoy loco por hacerlo, pero no sé yo si me lo van a ofrecer. Ojo, igual estoy mayor (risas). No, no, no. No tengo predilección por ningún personaje histórico ni dramático. Afortunadamente puedo elegir, y si me gusta, lo hago. Eso sí, debo adelantarte que cualquier guion que ponga en una acotación ‘exterior noche’, eso no lo hago. Hay que respetar las horas de descanso. Yo a la hora de cenar estoy en mi casa o en los restaurantes, no estoy en un descampado con una tartera.