Este cine solo pone películas que pasan el test de Bechdel

Con diez butacas y una televisión XXL se puede construir un cine. Y no uno cualquiera. Este espacio tiene una particularidad única en España: solo acoge películas que superan el test de Bechdel. “¿Y qué es eso?”. Amanda Hawthorne, su fundadora, lo explica al inicio de cada sesión. “Aquí solo proyectamos cintas que cumplan con tres requisitos: que haya al menos dos personajes femeninos, que interactúen entre ellas y cuya conversación no tenga como protagonista a un hombre”.

El examen es tan sencillo como eso. Nunca fue publicado en ninguna revista científica ni humanística y para encontrar su origen solo hay que rebuscar un poco en las viñetas de la historietista Alison Bechdel. Un repaso por sus tiras de Dykes to Watch Out For de 1985 y... ¡tachán!.

“Cuando me di cuenta de que mi película favorita no superaba el test me sentí muy molesta y empecé a revisar las cintas de mis actores y actrices favoritas. Muchas tampoco lo pasaban”, recuerda sentada en uno de los locales cercanos a Dr. Steam, el bar de Lavapiés que se viste todos los días de cine y una vez al mes de Bechdel Film Club.

Es su día libre de clases de inglés y lo dedica a buscar espacios más grandes para ampliar el proyecto. “Quiero empezar a hacerlo dos veces al mes”. Luego, dice, se va de batucada y en los ratos que le quedan enseña su idioma en el centro autogestionado La Tortuga del barrio.

Se trata sobre todo, asume Amanda, de hacer comunidad. “Suelo venir antes de la proyección para tomar algo con la gente que va a ver la peli. Al terminar solemos tomarnos otra para hablar de nuestras impresiones. Todos y todas tienen una opinión sobre esta experiencia compartida”.

La misma Amanda ha conocido a mucha gente a través del club. “Pocos españoles”, bromea. Una de estas amigas ha iniciado otra actividad de este tipo unas calles más abajo: Latin Waves.

Por Dr. Steam han pasado desde Hairspray a Volver. “No es tan complicado encontrar películas que cumplan con los requisitos, pero no todas las que los cumplen colocan a las mujeres en un nivel de igualdad respecto de los hombres”, puntualiza la impulsora del Bechdel Film Club. “Lo realmente difícil -añade- es que sean cintas inspiradoras”.

Cuando se queda sin ideas recurre a Bechdeltest.com, una página colaborativa para listar tramas que superen el examen. “Por eso siempre pido recomendaciones, no paro de preguntar”.

Se presupone de las películas que pasan el test la presencia de personajes femeninos bien representados, en toda su complejidad psicológica. ¿Y esto importa, por ejemplo, a las academias de cine? Ahora que estamos a las puertas de los Oscar, echemos la vista atrás por un momento. Quien dice atrás dice la última gala, donde las dos grandes triunfadoras, Whiplash y Birdman, fueron cintas con un protagonismo indiscutiblemente masculino. La primera no pasa el test; la segunda, raspada, con apenas una conversación breve entre las actrices.

Y un apunte final para los soñadores: hay evidencias que demuestran que sí hay academias que se toman en serio esta fórmula (nada matemática). Por ejemplo, el Instituto del Film de Suecia la emplea desde 2013 para conceder a los largometrajes una calificación (A) que acredita su fomento de la igualdad de género.