Spider-Man vuelve. Por tercera vez, pero lo hace. Sin embargo, esta nueva saga es especial: es la primera en la que Marvel se encarga de la parte creativa. Adiós al monopolio de Sony y, por supuesto, adiós al Peter Parker skater con Coldplay de fondo. Aunque ya hubo un pequeño adelanto del personaje en Civil WarCivil War, donde Tony Stark (Iron Man) le recluta para pelear junto a Los Vengadores, Homecoming es la primera película individual del trepamuros tutelada por la misma editorial de cómics que le vio nacer.
El acuerdo entre Sony y Marvel es sencillo: mientras que la primera pone el dinero para la producción y se queda lo recaudado en taquilla, la segunda elabora el guion y obtiene ingresos con su merchandising. De esta forma, Spider-Man se une al universo cinematográfico de Iron Man y Capitán América.
Jon Watts, el director de Homecoming, ofrece una película en la misma línea que otras superproducciones de Marvel con todo lo bueno y malo que ello conlleva. Situar a Spider-Man en el contexto de Los Vengadores no tiene por qué ser negativo, pero en este caso termina absorbiendo el universo que el trepamuros podría crear por sí solo. Todas las aspiraciones de Parker pasan por el personaje de Robert Downey Jr. y, las que no lo hacen, ya suenan demasiado familiares.
Vuelta al instituto, de nuevo
Peter Parker anda por los pasillos del instituto y, de repente, un primer plano en cámara lenta enfoca a la chica de sus sueños mientras el personaje mira ensimismado. La escena puede pertenecer a varios directores: Sam Raimi, Marc Webb o Jon Watts.
En solo 15 años, el superhéroe ha pasado tres veces por el instituto y se ha enfrentado a los mismos problemas de adolescente. Parker es discriminado por sus compañeros, sufre acoso y se enamora de la chica más guapa de clase. Aunque el tratamiento no es exactamente el mismo en las tres sagas, la historia se repite.
Además, al ser una incorporación tardía, Marvel no tenía necesidad de recurrir a la línea argumental del Peter adolescente. Era tan sencillo como elegir otra etapa del personaje y encajarla con el encuentro de Tony Stark en Civil War. Volver a incidir en este periodo no tenía demasiado sentido, especialmente después de haber decidido no tratar el problema que da origen al heroísmo del arácnido: la muerte de su tío Ben.
Cuando Tony Stark sustituye al tío Ben
Nada del “sentido arácnido” y nada de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. En Homecoming no se alude al deber civil despertado en Spider-Man tras el asesinato de Ben. De hecho, ni siquiera se le menciona. En esta ocasión, las acciones de Peter Parker están dirigidas a contentar a Los Vengadores y a evitar que Tony Stark le quite su traje de última generación. El problema es que no parece estar viendo una sola película, sino una parte de algo mucho más grande: el universo Marvel.
Aunque Deadpool es un duro competidor, el arácnido es uno de los personajes de Stan Lee más sarcásticos y juveniles. Marvel cree necesario buscar la risa fácil del espectador metiendo un gag en casi cada escena, pero se olvidan de la otra faceta de Peter Parker.
En los comics, el superhéroe es también alguien atormentado, que vive en constante lucha por combinar su vida privada con el deber de salvar a la ciudad por sentirse responsable de la muerte de su tío. Mientras, en Homecoming no hay ninguna sombra de ese drama. Al contrario, a Peter Parker le preocupan temas tan triviales y manidos como encontrar pareja para ir a la fiesta de fin de curso.
Un enemigo descafeinado y secundarios genéricos
El enemigo de esta película es El Buitre. Según su historia original, es un ingeniero de avanzada edad que desarrolla un arnés para conseguir su sueño de volar. Sin embargo, su empresa quiebra y empieza a cometer atracos para obtener fondos. Con ello pretende mejorar su dispositivo y usar esa la tecnología para combatir la vejez y alargar la duración de su vida.
El origen de El Buitre en Homecoming es mucho más sencillo. El personaje encarnado por Michael Keaton, quien tiene experiencia en este tipo de papeles, es contratado para limpiar los restos de la batalla de La era de Ultrón. No obstante, un grupo se lo impide y este entra en cólera. Tras eso, decide que la mejor opción es llevarse los dispositivos alienígenas a su taller y empezar a construir armas para venderlas en el mercado negro.
Después de una tímida presentación, Keaton se limita a aparecer cada vez que la película necesita una sobredosis de acción. No se sabe casi nada de las pretensiones que mueven al personaje y se limita a ser el malo malísimo que dispara a edificios y mata a civiles. Se supone que quiere ganar dinero para su familia, pero tampoco profundizan en este detalle.
Si algo hizo bien la saga de Sam Raimi, fue intentar construir villanos creíbles. El Duende Verde y Octopus se cuestionaban sus acciones, tenían una vida más allá de atracar bancos, y sus actos estaban, de cierta forma, justificados. Pero en las películas de Marvel, a excepción de Loki, no existe ningún enemigo con ese nivel de tratamiento.
Tampoco ayudan mucho los papeles secundarios. Especialmente uno: Tia May. ¿De verdad era necesario sexualizarla? No aporta nada nada más que escenas machistas donde otros personajes bromean sobre lo atractiva que es. Ha pasado de ser una mujer de edad avanzada que daba consejos a Parker al objeto femenino de Tony Stark.
Tom Holland: el mejor Spider-Man hasta la fecha
Ni Tobey Maguire ni Andrew Garfield: el mejor actor de Spider-Man es Tom Holland. El actor de 21 años encarna a la perfección la esencia del trepamuros, tanto dentro como fuera de la pantalla. Peter Parker es uno de los superhéroes más bocazas y provocativos, y algo parecido ocurrió cuando el protagonista de Homecoming desveló sin querer que Marvel planea sacar dos secuelas de la película.
El nuevo Peter Parker es un fanático más del universo Marvel, y eso es algo que Holland contagia a los espectadores. De hecho, el filme comienza con un videoblog grabado por el propio arácnido que muestra cómo alucina en su trayecto hasta la torre Stark, como si fuera un youtuber más.
Sería interesante verle en un nuevo contexto, en una historia alejada de los ya repetitivos dramas del instituto. Homecoming entretiene y no deja malas sensaciones, pero el hombre araña merece más. El futuro parece prometedor: tiene un actor perfecto y Marvel por fin dicta las líneas del personaje. Ahora queda desarrollar un villano a la altura y una historia que no hayamos escuchado tres veces.