Quizás nadie haya colaborado tanto en el progreso de una rama de la ciencia del naming como los comisionistas corruptos y/o corruptores. El naming âanglicismo al que por ahora no se le ha encontrado nombre en castellano fetén; hay quien lo llama denominación, nombramiento o nombrandía, con poco éxitoâ es el proceso creativo mediante el cual se le pone nombre a un producto, un servicio, una empresa, una entidad...
Cuando salta un escándalo de corrupción nuevo, conviene fijarse en el nombre de las empresas de los investigados, de las sociedades con las que derivan parte del caudal principal del dinero hacia sus bolsillos. Hay algunos nombres que son un poema, ¡tanto trasmiten!
La empresa que la investigación considera epicentro del 'caso Koldo' se llama, atención, Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas S.L. ¡Toma! Eso sí es altruismo, generosidad y filantropía. Unos probos ciudadanos que, en vez de dedicarse a lucrarse ilegalmente vendiendo mascarillas a las instituciones públicas, como apunta la investigación, se emplean en solucionarles la gestión a las empresas y a darles apoyo. No sé muy bien por qué, pero me recuerda un viejo chiste. El de unos correctores de pruebas de imprenta que, a la caza de erratas, se encontraron en los estatutos de una entidad que aquella era “una organización sinónimo de lucro”. Sic. “Sinónimo”, no “sin ánimo”.
Una de las empresas del presunto defraudador fiscal Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, lleva el pomposo nombre de Maxwell Cremona Ingeniería y Procesos Sociedad para el Fomento de Medioambiente. ¡Toma y toma! Once palabras diferentes en una marca, dos de ellas con reminiscencias extranjeras y algunas con atributos tan positivos como los que desprenden Ingeniería, Procesos, Fomento, Medioambiente...
Otra de las empresas del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid se llama Masterman & Whitaker Medical Supplies and Health Process Engineering SL. ¡Toma, toma y toma! Dices en español de una sola tacada y con la primera en mayúsculas Maestro, Salud, Procesos, Ingeniería y tal y tal, y ya eres alguien, pero si lo dices en inglés te conviertes en el no va más del gremio, internacionalizado y todo.
Lo mejor de Masterman & Whitaker etc. etc. es que se constituyó en León en 2008 con el modesto y cristalino nombre de Círculo Belleza SL. Fue el propio Alberto González Amador quién la rebautizó en inglés engolado, tras comprarla en 2020.
Ignoro si ha sido rebautizado o no el superordenador de la Agencia Tributaria, que cuando se montó hace varias décadas se llamaba Rita. Siga o no siga llamándose así, convendría que sus gestores añadieran indicadores lingüísticos a los indicadores económicos habituales que programan en la máquina para que les alerten de indicios de fraude. A Alberto González Amador lo han pillado porque en 2021 declaró que el año anterior había multiplicado por seis los ingresos de una de sus empresas y al mismo tiempo había reducido a casi la nada sus beneficios. Lo habrían centrado antes si Rita hubiera estado también lingüísticamente aleccionada.
Te alerta Rita en 2020 de que Círculo Belleza SL se ha convertido en Masterman & Whitaker etc. etc. y pillas a González Amador con las manos en la masa, con el dinero aún caliente, y le ahorras a Isabel Díaz Ayuso algunos disgustos posteriores. O no.
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