El Gobierno acaba de aprobar el bono cultural joven que se anunció por primera vez en octubre de 2021. “Es una medida que se compromete con los jóvenes y con una industria que ha sufrido tanto en estos meses de pandemia”, expreso entonces el presidente Pedro Sánchez. Serán 400 euros por cabeza y servirá, según estimaciones del Gobierno, a unas 500.000 personas en España. Aunque la medida se dio a conocer hace meses, no se habían desvelado muchos detalles sobre los que Cultura y el Ejecutivo han dado bandazos hasta hoy: sobre todo qué va a incluir y qué no.
En octubre, la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, reivindicó la autoría de la iniciativa en Twitter: “El acuerdo de presupuestos incluirá un bono cultural joven a propuesta de Unidas Podemos”. También lo hizo Yolanda Díaz, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo: “Apoyar las artes y el futuro de los jóvenes era una condición esencial para los presupuestos”. El llamado Bono Cultural Joven se aprobó con una partida de 210 millones de euros.
Aunque estuvo sobre la mesa, finalmente han decidido que esta ayuda no vaya asociada a la renta o al patrimonio familiar.
¿Cuándo estará operativo?
Una vez aprobado en el Consejo de Ministros, los establecimientos o instituciones que se quieran adherir al Bono Cultural Joven lo tendrán que hacer dentro de un plazo. También tienen que ultimar la plataforma digital con la que se gestionará el pago del bono. El Gobierno ha estimado que estará vigente de cara a verano de 2022, a partir de junio, pero no hay una fecha cerrada en el texto del Real Decreto.
¿Quién puede disponer de él?
Las personas que cumplan 18 años en 2022, que posean la nacionalidad española o tengan residencia legal en España, o que hayan solicitado asilo o se encuentren como refugiados en territorio español. La elección de que los beneficiarios tengan 18 años, según el Gobierno, responde a que “la mayoría de edad implica, además de la asunción de unos deberes y derechos, una autonomía en lo que respecta a sus decisiones en muchos ámbitos, también en el cultural”.
¿Cómo se pide?
El Bono Cultural Joven dispondrá de una plataforma digital donde los beneficiarios se podrán apuntar y cuyas solicitudes se tramitarán por orden de presentación. “Una vez concedida la ayuda, se abonará el importe total en un único pago y en formato de tarjeta prepago virtual nominal, que estará identificada con un número y la identidad del beneficiario”, expresa la norma. Cada joven dispondrá de 365 días a partir de la activación de su tarjeta para ir gastando el saldo entre aquellas opciones que se hayan adherido al bono.
¿Se pueden gastar los 400 euros de golpe?
No. El bono está dividido en tres bloques: 200 euros para actividades en vivo; 100 euros para productos físicos; y otros 100 euros para el consumo en línea o digital. De esta forma, el Gobierno quiere diversificar el gasto entre diferentes actividades y sectores que han sufrido el envite de la pandemia.
¿Sirve para ir a los toros?
No. En un primer momento el Ministerio de Cultura abrió la puerta a que el cheque cultural sirviese también para asistir a corridas de toros, pero poco después Miquel Iceta dio marcha atrás. “No todos los elementos que nuestra legislación considera cultura van a estar bajo el amparo de este bono cultural”, justificó en una nota de prensa remitida a los medios de comunicación.
Por recapitular, no se incluyen productos de papelería, libros de texto, equipos informáticos, material artístico, espectáculos deportivos y taurinos, moda o gastronomía. Tampoco cubrirá la adquisición de productos que hayan sido calificados como X o pornográficos.
¿Y para ir a un concierto?
Sí. Entraría dentro del primer bloque de 200 euros, el de las actividades en vivo, que incluye “entradas y abonos para artes escénicas, música en directo, cine, museos, bibliotecas, exposiciones y festivales escénicos, literarios, musicales o audiovisuales”.
El segundo bloque, el de los soportes físicos, se refiere a “libros; revistas, prensa u otras publicaciones periódicas; videojuegos; partituras musicales; y discos CD, DVD o Blu-ray”. Por último, el del consumo online o digital, comprende “suscripciones y alquileres a plataformas musicales, de lectura, audiolectura o audiovisuales; compra de audiolibros,;compra de libros digitales (e-books); suscripciones para la descarga de archivos multimedia (podcasts); suscripciones a videojuegos en línea; y suscripciones digitales a prensa, revistas u otras publicaciones periódicas”. Estos registros estarán limitados a un máximo de cuatro meses.
¿Se ha recomendado no usarlo para mangas y videojuegos?
No. De hecho, el ministro Miquel Iceta lo defendió en una entrevista con este diario: “Desde luego el manga es cultura y en el Ministerio nos hemos encontrado algunos ataques por el hecho de que nosotros consideramos que el manga y los cómics son cultura. Y los videojuegos. Primero, porque los jóvenes nos están indicando sus preferencias, pero luego porque es verdad y a todos los que hablan de manga y de cómic con ese menosprecio yo les pediría que los lean, que se acerquen a ese mundo”.
Este argumento ha servido como excusa a la oposición para atacar la nueva medida, sobre todo atendiendo al ejemplo de Francia, donde los chavales suelen invertir los 300 euros del Elíseo mayoritariamente en cómics y mangas. “Nos encantaría que decidiesen ir también un día a ver una ópera. Igual les gusta o igual no, pero es una oportunidad para hacer cosas que quizá sin esa ayuda ni se lo plantearían”, reconoció Iceta.
¿Ha funcionado el bono en otros países?
En Francia funciona un muy popular Pass Culture de 300 euros por persona desde 2019, que el 78% de los jóvenes suelen invertir en libros y la mayor parte de ellos, en cómics manga. El Gobierno francés también ha limitado a 100 euros el gasto en artículos digitales. En cambio, su bono está disponible durante 24 meses.
Por su parte, Italia dispone de una app con una serie de cupones por valor de 500 euros para que los jóvenes de 18 años gasten en cine, música y conciertos, eventos culturales, libros, museos, monumentos y parques, espectáculos de teatro, danza, música, cursos de idiomas y suscripciones a periódicos, también en formato digital.