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“En Marvel yo no he visto cortapisas por género”

Pocos nombres de ilustradores españoles están más de moda hoy que el de Salva Espín, por el que han pasado personajes como Hulk o Spider-Man y, sobre todo, Deadpool. No es que otros como Pascual Ferry, Salvador Larroca o Emma Ríos pasen desapercibidos. Pero el del dibujante murciano ha traspasado especialmente las fronteras del mundo del cómic. Todo ello por una razón: fue entrevistado por David Broncano en el programa de La Resistencia.

Actualmente aquel vídeo ya supera los dos millones de visitas en YouTube. El lanzamiento de limones en medio del plató o las ocurrencias nerviosas de Espín son solo algunos de los motivos por los que se ha convertido en una de las entrevistas estrella del programa. El dibujante ha vuelto recientemente al programa con un regalo bajo la manga: un cómic de Deadpool dedicado a La Resistencia con el que ha desatado la locura entre los seguidores del personaje.

La presentación de esta edición especial, realizada el pasado martes en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid, está a la altura de las expectativas. Por el auditorio se puede ver a un Salva Espín estresado, andando de un lado para otro para preparar la masterclass que va a dar esa misma tarde. “Ya está aquí el periodista para la entrevista”, le dicen los responsables del evento. “Ah, vale”, responde el dibujante mientras continúa organizando la charla y admira con los allí presentes las luces del teclado de su portátil. “¿Veis? Cambia de color”, comenta.

Por los pasillos se pasean capazos llenos de cómics de Deadpool enterrados entre limones de la huerta de su abuelo. Pasa más de media hora desde la cita acordada para la entrevista y Salva Espín desaparece del auditorio, para sorpresa de los encargados de prensa. Lo encuentran en el camerino charlando con Chema Alonso, el jefe de seguridad digital de Telefónica. También está el representante del artista y el humorista Arturo González Campos, que se toma la licencia de responder en alto (y cabreado) a las preguntas dirigidas a Espín. “Tranquilo, que solo te he interrumpido 30 segundos”, replica. Y, bajo estas circunstancias, con oyentes y la exigencia de que “no hay mucho tiempo” a pesar de todo el que se ha perdido, comienza la entrevista.

Hizo la licenciatura de Bellas artes, pero muchos otros dibujantes son autodidactas. Parece que no es la carrera donde uno aprende a dibujar superhéroes, ¿no?

En general se puede decir que no. Es posible no iniciar una formación académica reglada y acabar siendo dibujante de cómics. Pero hombre, viene bien, lógicamente. Lo que aprendí en Bellas artes sobre anatomía y ese tipo de cosas me ha servido sobre todo para saber lo que no me gustaba. En el mundo de los cómics, más allá de las técnicas, lo importante es saber narrar viñeta a viñeta. Luego viene lo otro: el cómo ser solvente dibujando cómics. Y eso no te lo enseñan en Bellas artes, al menos cuando me tocó ir a clase aprendía más de los compañeros que de quien enseñaba.

¿Y cómo llega Marvel a fijarse en un dibujante de Murcia?

Fue estar en el sitio adecuado en el momento justo, pero con el trabajo hecho. Por entonces estaba en Barcelona ganándome la vida mientras hacía el doctorado, dibujando y recibiendo clases de animación flash. Entonces fui al Salón del cómic y me colé en la zona de entrevistas donde estaban los editores.

Mi portfolio era más de ilustraciones, pero eso en concreto no les interesó. Sí que lo hizo un cómic propio que estaba haciendo con unos colegas en el que se entendía lo que se contaba sin ni siquiera ver los diálogos. Vieron que sabía contar historias con dibujos secuencializados, luego ya nos dimos los contactos, hice alguna prueba y empecé a dibujar.

Es sabido que los plazos para entregar ilustraciones a veces corto y frustrante. ¿Desde entonces no ha tenido ningún momento de agotamiento?

Son 12 años de carrera, que tampoco es mucho. Además, la vida del dibujante es relajada porque yo trabajo desde casa y eso me encanta. Poder estar ahí tranquilamente, ponerte algún podcast y vas haciendo cosas mientras estás trabajando... Y sobre todo con Deadpool, que es uno de mis personajes favoritos y es con el que empecé a dibujar cómics.

A pesar de esa relajación, Emma Ríos dijo: “Marvel paga bien, pero no es tu obra”. ¿Por qué es necesario buscarse la vida fuera del sello para ganar identidad como autor?

Yo siempre he tenido claro que soy parte del trabajo de producción que hace falta para sacar un cómic adelante. Es verdad que la parte de autor más artística tienes que trabajarla fuera, porque al final Marvel encaja muchas piezas para sacar adelante lo que sea y tú solo eres una más. Aun así, aun estando artísticamente limitados, los dibujantes, los guionistas e incluso los coloristas pueden añadir su granito de arena.

Ahora mismo en Madrid hay una exposición de pioneras de la ilustración española ignoradas por la historia. ¿Cree que hoy se les da suficiente importancia a ilustradoras como Emma Ríos o Ana Galvañ, su conciudadana? pioneras de la ilustración española ignoradas por la historia

Creo que este tipo de cosas van llegando por sí solas: el público va viendo una obra, tanto estéticamente como lo que cuenta, y va cogiendo importancia de forma orgánica. A nivel de mercado, el momento del cómic es de los mejores que se están viviendo. Sobre todo, teniendo en cuenta que en todos los grandes almacenes dedican un espacio en concreto para el cómic y las cosas frikis. Si lo tienen es porque les renta tenerlo y hay un interés del público

Más que al mercado me refería al género. De hecho, la ilustradora de Marvel Alitha Martínez, que estuvo el pasado mes de marzo en Valencia, dijo que todavía hoy escucha “demasiados noes” a mujeres en la industria del cómic. Si actualmente ocurre esto, ¿a qué se espera para cambiarlo?todavía hoy escucha “demasiados noes” a mujeres

Uf, en ese sentido cada momento un ejemplo diferente. O sea, cada cómic, ya sea por editores o tipo de historias o lo que sea… Yo en Marvel nunca he visto nada que por ser hombre o mujer tenga esas cortapisas de decir: esto es solo para hombres. De hecho, a nivel de género se ha trabajado estos últimos años bastante para darle visibilidad a superheroínas como Capitana Marvel. No te puedo decir algo general que hagan o no según el género, sino que es según un producto en concreto.

Pero, aun así, y a pesar de todos los cambios editoriales que se han hecho de cara al público, ¿no llama la atención que una ilustradora que lleva más de 20 años en el sector diga que siguen produciéndose estos “noes” por género a nivel interno?

En mi caso yo también he recibido “noes”, pero más que por ser hombre por ser muy friki. En su caso habrá tenido experiencias de que le hayan dicho que no por motivos concretos. Como estoy en mi casa dibujando no te puedo decir cómo funciona esto en las oficinas de Marvel. Solo sé lo que me llega, pero como aficionado veo un poco el mercado y es lo que te he comentado.

De hecho, Endgame va un poco en este sentido…Endgame

Espera, que no la he visto todavía.

Bueno, independientemente de lo que ocurra en Endgame, está claro que Marvel está proponiendo otros referentes superheroicos. ¿Cree que al público le está costando asimilarlo?Endgame

Es el mundo. Somos muchas razas, muchos géneros y mucho de todo, y cualquier empresa que cuente historias como Marvel al final tiene que acabar hablando de ese mundo. Nunca he tenido una conversación de acotar algo con razas, con sexos o con lo que sea.

¿Y qué perdimos con el fallecimiento de Stan Lee?

Es como si te dijeran que se ha muerto Papá Noel y que ya no va a haber más Navidad. Tuve ocasión de conocerlo y hasta tocarlo, ya que en una sesión de fotos nos hicimos alguna con él. Fue muy cordial y lo que tú entendías de él por vídeos o fotos se veía reflejado al verlo en persona.

Ese hombre ha sido una leyenda que ha cocreado muchas historias, porque siempre ha sido colaboración con dibujantes, guionistas y demás. Por tanto, el día de su fallecimiento fue uno en el que pierdes parte de esa fantasía llevada a la realidad, que es tener un creador ahí como Stan Lee. Sientes pena y tristeza, como si fuera tu abuelo o alguien muy cercano.