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Una exposición recupera la ingente obra arquitectónica de Bosch Aymerich
Una exposición recupera en el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) la figura del ingeniero y arquitecto gerundense Josep Maria Bosch Aymerich, autor de una ingente obra que incluye más de 500 edificios proyectados en una quincena de países, pese a lo cual es prácticamente desconocido para el público.
Entre las obras de Bosch Aymerich, fallecido en 2015 a los 97 años, se encuentran el edificio para el Banco de Madrid en el Paseo de la Castellana, la sede del Instituto de Estudios Norteamericanos de Barcelona, el hotel Cap sa Sal en Begur y la estación de esquí de Masella, en Girona, o el que debía ser el primer rascacielos moderno de la ciudad condal y que no llegó a construirse.
Los proyectos de Bosch Aymerich, que encabezaba uno de los mayores despachos de arquitectos de España en los años 50 y 60 del pasado siglo, abarcaron promociones de viviendas, edificios corporativos, complejos turísticos, puertos, aeropuertos, hospitales, bases militares y redes de autopistas, entre otros.
La exposición muestra un conjunto de maquetas, planos, dibujos y fotografías de 22 proyectos seleccionados entre el conjunto documental que la Fundación Privada Bosch Aymerich ha cedido el Archivo Histórico del COAC.
Nacido en Girona en 1917, Bosch Aymerich fue número uno de su promoción como ingeniero industrial y obtuvo el “Premio Nacional de Fin de Carrera” de 1944, unos estudios que sufragó dando clases a otros estudiantes en una academia.
Completó sus estudios en la universidad norteamericana de Harvard y en el Instituto Tecnológico de Massachussets, donde fue el primer español en graduarse y donde asistió a clases de arquitectos como Le Corbusier, Alvar Aalto o Walter Gropius.
Tras doctorarse en ingeniería y arquitectura, en 1947 ganó por concurso la plaza de director técnico industrial de la Zona Franca de Barcelona, desde donde colaboró decisivamente en la instalación de la fábrica de Seat en la capital catalana, frente a otras opciones planteadas en la época, como la de Bilbao.
Uno de los proyectos que marcó su vida y que, de haberse materializado, hubiera cambiado el paisaje urbano de Barcelona, fue el diseño de un moderno rascacielos de 40 plantas para el solar delimitado por la Plaza Cataluña y las calles Pelayo y Bergara, en el denominado “triángulo de oro” de la capital catalana.
Para este espacio presentó en 1955 un proyecto para la III Bienal Hispanoamericana de Arte, con el que obtuvo el Gran Premio de Arquitectura.
El Ayuntamiento de Barcelona convocó un concurso para adjudicar la construcción de un edificio en el solar más codiciado de la ciudad, y aunque Bosch Aymerich fue el único que se presentó, la iniciativa acabó en los tribunales y un largo e intrincado proceso judicial acabó por desilusionarle y decidió abandonar la idea.
La exposición exhibe en un lugar preferente una maqueta de este edificio hecha expresamente para la muestra -la original se perdió-, así como los planos de un segundo proyecto más estilizado que Bosch Aymerich diseñó al rechazar el ayuntamiento la primera propuesta.
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