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Faros, trenes, grafitis o spas: los otros hitos que son Patrimonio Mundial junto al Eje Prado-Retiro

Peio H. Riaño

26 de julio de 2021 22:14 h

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Madrid se ha convertido en la primera ciudad europea reconocida por su paisaje urbano en la Lista de Patrimonio Mundial. Es el bien número 49 de España inscrito en la preciada clasificación y fue inscrita sin un solo voto en contra de la candidatura. Junto a la inscripción madrileña, el 44 Comité de la Unesco ha aprobado hasta este martes otros ocho bienes culturales.

La Padua del Trecento

Uno de los más significativos es el conjunto de ocho edificios religiosos y civiles en la ciudad amurallada de Padua (Italia). Es un área delimitada en el casco histórico de la ciudad y los ocho edificios albergan ciclos de frescos del siglo XIV, todos bien conservados y abiertos al público. En la Capilla Scrovegni se encuentra la obra que dio origen a la vanguardia de la pintura mural, realizada entre 1303 y 1305 por Giotto a partir de los ciclos de san Joaquín y santa Ana (extraídos de los evangelios apócrifos).

El pintor italiano del Trecento atiende el encargo del rico Enrico Scrovegni, que le dedica la capilla a su padre Reginaldo (para expiarlo de sus pecados). Giotto acaba con la solemnidad de la iconografía cristiana enfatizando la tragedia y el drama en los gestos de los personajes. Parte de la tradición bizantina hasta superarla con una narración vivaz, que se desarrolla en una secuencia de tres alturas en los muros del interior de la capilla. Trató de hacer verídicas las leyendas de las vidas de los santos con sobredosis de realidad y hacer pasar por cotidianos sucesos divinos. Giotto fue un maestro del naturalismo en el uso de la perspectiva y la expresión sentimental de los protagonistas de las escenas.

Junto a Giotto trabajaron otros artistas en el resto de edificios, como Pietro y Giuliano da Rimini, Giusto de Menabuoi, Altichiero da Zevio, Jacopo Avanzi y Jacopo da Verona, para ilustres familias locales, el clero o la comuna de la urbe. Los artistas en este siglo produjeron en los edificios públicos y privados, religiosos y laicos ciclos de frescos que dieron a luz una nueva imagen de la ciudad. Italia alcanza los 57 bienes incluidos en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

El templo de arena

A Rudreshwara, en la localidad de Palampet, en Telangana (India), se le conoce como Templo Ramappa. Está dedicado a Shiva en un complejo amurallado, en plena zona boscosa y construido con arenisca en el período Kakatiyan (1123-1323), entre 1213 y 1250. El edificio cuenta con vigas decoradas y pilares de granito tallado y una torre escalonada horizontalmente, distintiva y piramidal hecha de ladrillos porosos livianos, llamados “ladrillos flotantes”, una técnica con la que se consigue reducir el peso de las estructuras del techo. Las esculturas del templo ilustran las costumbres de la danza regional y la cultura de Kakatiyan. “El sitio es un testimonio del floreciente asentamiento basado en la agricultura de una tierra desprovista de cualquier fuente de agua”, explican en la candidatura. Con esta inscripción India suma 39 elementos en la Lista.

La colonia de artistas

En 1897 el gran duque Ernesto Luis de Hesse pagó la fundación de una colonia de artistas en Mathildenhöhe, una colina que domina la ciudad de Darmstadt (Alemania). La colonia se fundó con el propósito de convertirla en la cantera de las vanguardias europeas en las artes, la arquitectura y la artesanía. Los propios artistas de la colonia se encargaron del diseño del edificio y sus espacios vitales y laborales, con un estilo precozmente modernista. La colonia cobró auge gracias a una serie de exposiciones internacionales sucesivas que tuvieron lugar en los años 1901, 1904, 1908 y 1914.

Hoy es un testimonio de la arquitectura, la planificación urbana y la paisajística modernas, influidas por el movimiento “Arts and Crafts” y la “Secesión Vienesa”. El conjunto reconocido por la Unesco está formado por 23 elementos entre los que figuran la Torre del Matrimonio (1908), el Pabellón de Exposiciones (1908), la Arboleda Plana (1833 y 1904-1914), la Capilla Rusa de Santa María Magdalena (1897-1899) o el Jardín y el pabellón denominado “Templo de los Cisnes” (1914), además de 13 hogares y estudios de artistas construidos para la colonia y las exposiciones internacionales. Alemania ya contiene 48 hitos en la Lista de la Unesco.

Un faro para el patrimonio industrial

El faro de Cordouan de 67 metros de altura, en el estuario de Gironda (Francia), fue construido en mar abierto, en un entorno inhóspito, peligroso y de difícil acceso, a finales del siglo XVI y principios del XVII, con diseño del ingeniero Louis de Foix y reformado por Joseph Teulère a finales del siglo XVIII. Para la Unesco es “una obra maestra de la señalización marítima”. Está decorada con pilastras, columnas, evocando las formas de los mausoleos romanos, cúpulas y rasgos propios del manierismo renacentista.

El Comité ha reconocido el patrimonio material de una construcción arquitectónica inspirada en los faros de la Antigüedad Clásica, pero también en una parte esencial de la navegación. Es decir, como patrimonio inmaterial por el oficio del farero. Según la candidatura, “Cordouan fue pensado como un verdadero monumento, tanto en su programa y expresión estilística como en la ingeniería desplegada”. Con esta inscripción Francia alcanza los 47 elementos en la Lista.

Los grafitis de los viajeros

Los viajeros y ejércitos que acampaban en el sitio de Ḥimā (en una zona montañosa árida del sudoeste de Arabia Saudí) fueron dejando, hasta finales del siglo XX, inscripciones y petroglifos que en su mayoría se conservan en su estado primitivo. Las inscripciones están escritas en diferentes alfabetos: sudarábigo antiguo (“musnad”) y moderno, arameo-nabateo, nordarábigo antiguo (“tamúdico”), griego y árabe clásico.

Es un importante conjunto de imágenes rupestres que describen la flora, la fauna, las formas de vida y las actividades cinegéticas humanas a lo largo de un periodo de 7.000 años. Ilustra las antiguas rutas de las caravanas que transitaban por la Península Arábiga. Arabia Saudí suma seis hitos en la Lista de Patrimonio Mundial gracias a esta nueva inscripción.

El tren de los impuestos

La red ferroviaria del ferrocarril Transiraní une el nordeste con el sudeste del Irán, desde las orillas del Mar Caspio, con la costa del Golfo Pérsico, atravesando dos macizos montañosos y un gran número de ríos, mesetas, bosques y planicies, así como cuatro zonas climáticas diferentes. Su construcción comenzó en 1927 y finalizó en 1938. La planificación y ejecución de sus 1.394 km de vías férreas fue el resultado de una fructífera colaboración entre el gobierno iraní y 43 contratistas de obras públicas de muchos países.

Tuvieron que construir 174 puentes de grandes dimensiones y otros 186 más pequeños, así como horadar 224 túneles, once de los cuales tuvieron que construirse en espiral. A diferencia de una gran parte de los proyectos ferroviarios de la época, la realización del Transiraní se financió con el producto de impuestos nacionales para evitar así la intervención de inversionistas extranjeros y su ulterior control del ferrocarril. Con este son 25 los hitos de Irán en la Lista.

Los grandes balnearios europeos

Esta candidatura compuesta por once ciudades de siete países (Austria, Bélgica, Chequia, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido) ilustra el desarrollo de las curas termales en Europa desde principios de siglo XVIII hasta la década de 1930, gracias a la existencia de manantiales de aguas minerales. Se crearon grandes centros balnearios para un público de clase alta, que influyeron en el trazado urbano. Construidos con suntuosas columnatas, galerías y estancias, los edificios que componen cada uno de los conjuntos fueron diseñados para fomentar la práctica de los baños y el consumo de aguas minerales naturales, y también para explotar su potencial económico. Todas esas construcciones se integraron en conjuntos urbanos de gran belleza paisajística. Según la candidatura conjunta, “estos balnearios son representativos de la importancia del intercambio de valores humanos, así como de la evolución de la ciencia, la medicina y la balneoterapia”.

La puerta al mundo

Este hito declarado Patrimonio Mundial ilustra la vitalidad de la ciudad de Quanzhou (China) como emporio marítimo en la época de las dinastías Song y Yuan (siglos X a XIV de nuestra era), y también como punto de conexión con la China continental. Quanzhou posee antiguos edificios religiosos entre los que figura la mezquita de Qingjing (siglo XI), una de las primeras construcciones de culto musulmán de toda China. También cuenta con tumbas islámicas y con un vasto conjunto de vestigios arqueológicos de todo tipo: edificios administrativos, muelles y embarcaderos de piedra importantes para el comercio y la defensa, elementos de la red local de transportes y talleres de cerámica y metalurgia, así como inscripciones, pagodas y puentes antiguos. Con esta inscripción China alcanza los 56 elementos en la Lista.