Golondrinas feministas invaden la RAE
Las golondrinas llegan en primavera y se van en otoño. “Golondrina”, es, además, una de las pocas palabras cuya distinción entre femenino y masculino no es peyorativa hacia el primer caso. Por esos dos motivos, la campaña llevada a cabo por Carlos de la Fé y María Martín que divulga el machismo en la RAE se llama #golondrinasalaRAE y vuelve este 25 de abril.
Hay un tercer motivo con más chanza: “Durante décadas (y hasta la edición 23ª, la última) el DRAE, por cabezonería de sus miembros, ha mantenido un error en la definición del lema ‘alidona’ que ha sido el cachondeo de especialistas en ornitología de medio mundo (lo definía como ‘Concreción lapídea que se suponía encontrarse en el vientre de las golondrinas’ y que solo debían de suponerlo en la RAE porque tal cosa no está ahí)”, explica de la Fé, miembro como Martín de Especialista en Igualdad, organización que impulsa la iniciativa desde 2012.
Se han unido a un equipo de voluntarios y a lo largo de doce meses recopilan material, analizan el diccionario, el CORPE y las actividades de la Real Academia de la Lengua. Dos veces al año, difunden en redes bajo ese hashtag los aspectos machistas que han encontrado y se los hacen llegar a la institución. Lo llaman una “incursión”: “Porque todo empezó con unas declaraciones en prensa que leí viviendo en México en la que acusaban de ”bárbara“ (por salvaje, no por estupenda) la sugerencia de usar un lenguaje no sexista. Los bárbaros hacían incursiones contra el Imperio Romano ¿no? pues eso”.
Este año, tras las declaraciones de Félix de Azúa sobre Ada Colau, el tema está de especial actualidad. Sobre ellas, de la Fé dice: “han conseguido, de nuevo, retratar a quien las dice y a quien representa. Da la sensación de que para ser elegido entre los ”inmortales“ (como se autodenominan) hay que ser machista sí o sí, independientemente de si eres hombre o mujer. Este tipo de escupitajos lingüísticos, más que declaraciones, son habituales no solo entre miembros de la RAE sino, desgraciadamente, entre miembros de la cultura en general y de la docencia en particular”.
“Pero es lógico”, continúa. “Desde Especialista en Igualdad y quienes colaboramos con la campaña sabemos que se trata 'simplemente' de educación, y así nos han enseñado a hablar (y a vivir, y a ver el mundo y a pensarlo, porque esa es una cualidad del lenguaje), desde un punto de vista en el que el hombre es la medida de todas las cosas y lo que no sea masculino es 'anormal', o sea, fuera de la norma”.
Y es que otra de las funciones de #golondrinasalaRAE es hacer pedagogía y enseñar en qué es machista nuestro lenguaje. En ese sentido también sugieren consultas del tipo: “¿Por qué no respetan el orden alfabético en los lemas? Se dice niño-a... ¿Por qué no se admite el sentido sociológico de la palabra género? ¿Por qué la composición de la Academia sigue siendo abrumadoramente masculina? Propuestas de próximas académicas (por si no conocen a ninguna mujer y por eso no las eligen...)”.
La respuesta de la RAE
¿Durante alguna de las seis incursiones la RAE les ha hecho caso? “En las primeras incursiones dio la ”casualidad“ de que su página estaba caída después de un rato etiquetándola en las redes”, comenta. “Si miramos ahora las palabras por las que les preguntábamos en las primeras incursiones notamos que algunas definiciones han cambiado a lo largo de estos años”.
Por ejemplo, “en la definición de la anterior edición del DRAE, el verbo 'afeminar' se definía como 'hacer que un hombre pierda la energía atribuida a su condición viril; inclinarse a que en sus modales y acciones o en el adorno se parezca a las mujeres', mientras que en la nueva edición ha cambiado ligeramente para quedar de la siguiente manera: 'Hacer que un hombre adquiera características propias de las mujeres, especialmente en el aspecto o el comportamiento'. Se nota un ligero cambio. En la anterior definición quedaba bastante claro que afeminar' era algo intrínsecamente malo. Y, sin embargo, si vemos otro verbo similar, en los ejemplos nos damos cuenta de que tener algo en común con lo femenino y que se desvíe de la norma, esto es, de lo masculino, sigue estando mal visto. Para la RAE, claro”, explican.
“Si hemos tenido algo que ver nos damos por satisfechas, pero, como bien dice la propia RAE con respecto a por qué siguen incluyendo en su diccionario definiciones en desuso, lo que nos gustaría conseguir es que esas expresiones desaparecieran no por una simple cuestión lexicográfica sino porque la sociedad evoluciona para bien. Es nuestra responsabilidad como hablantes mostrar el mundo y cambiarlo mediante una herramienta que (hasta que se demuestre lo contrario) es consustancial al ser humano: el lenguaje”.
El lenguaje es un tema que provoca opiniones de todo tipo. “Tanto a favor como en contra. Están quienes siempre dicen que nos ocupemos de cosas 'más importantes'. Lo paradójico es que nos lo dicen con palabras y no se dan cuenta de que pensamos con palabras (imaginamos con imágenes que traducimos) y de que el lenguaje moldea el mundo y todas las relaciones.” “Si hablamos de feminismo y, por lo tanto, de igualdad, podemos encontrarnos con mucha gente a favor, pero incluso las personas más favorables en ese aspecto, cuando tocas el tema del lenguaje se defienden como gato panza arriba y se siente agredidas. Y es lógico, por el mismo motivo: porque el lenguaje es algo muy íntimo y fundamental en el ser humano”.
Durante el día de hoy #golondrinasalaRAE ya ha llegado a ser Trending Topic. Su timeline se ha copado de avatares especiales para la ocasión (la imagen de la campaña es un dibujo de Fernando Vicente que apareció originalmente en El País y que adaptan con un color distinto durante cada campaña) y de quejas, testimonios, sugerencias y apuntes. Aquí algunos ejemplos que han sacado a la luz este lunes:
¿Una institución obsoleta?
¿En qué debería cambiar la RAE? “Si nos permites una broma, no debería cambiar, debería evolucionar o extinguirse, o que todos sus miembros salieran con el carnet en la boca, las manos en alto y las cabezas dispuestas a darse cuenta de que no tienen ni el derecho, ni el privilegio ni el mandato de nadie para ser baluartes de la lengua”, declara de la Fé.
#golondrinasalaRAE surge como una suerte de 'escrache' a la RAE pero “sobre todo (y eso es algo que las mujeres a lo largo de la Historia saben y siguen sufriendo), porque lo que no se nombra no existe. Todo acto nominativo es un acto fundacional. Nos ponen nombre cuando nacemos, y según nuestro sexo, y cuando crecemos dejamos de nombrar a más de la mitad de la población mundial. No es compresible sino dentro de una sociedad basada en pilares patriarcales”.