Kesha tendrá que seguir vinculada profesionalmente a Sony y con ello a su productor y representante, Lukasz Gottwald (conocido como Dr. Luke), a quien denunció en octubre de 2014 por presuntos abusos “sexuales, verbales y emocionales” continuados durante diez años. En la demanda también afirmaba que, cuando tenía 18 años (ahora tiene 28) la drogó y violó.
Más tarde incluyó en su denuncia también al gigante discográfico (que se ha mantenido de parte del productor), por haber permitido esta conducta. La juez de la Corte Suprema de Manhattan Shirley Kornreich ha dictaminado que no hay pruebas suficientes de los hechos.
Kesha rompió a llorar el pasado viernes cuando conoció la sentencia. A la rapera no le permitirán romper su contrato de exclusividad con Kemosabe, discográfica propiedad de Luke y perteneciente a Sony, por lo que deberá seguir vinculada a su presunto maltratador al menos durante seis discos más. Eso sí, Sony Music, de manera voluntaria, le ofrece la oportunidad de cambiar de productor. Y por el momento es eso, o aparcar su carrera musical.
La cantante buscaba una medida cautelar que la excluyera de tener que continuar con su contrato. El caso no termina aquí y la cantante puede recurrir, pero lo que está claro es que el periplo que comenzó hace más de un año se alarga mucho más. De momento, sus abogados han recibido como una buena noticia la predisposición de Sony a que trabaje con otros productores, pero seguirán intentando conseguir su desvinculación completa de la casa.
#FreeKesha
Dr. Luke defiende que las acusaciones de Kesha son mentira, que “nunca la violó” y que se trata de una estrategia de Kesha para incumplir su acuerdo. Por su parte, Kesha escribió un mensaje de agradecimiento en Twitter que incluía una idea: “la esperanza es lo único más fuerte que el miedo”.
De agradecimiento porque, bajo el hashtag #FreeKesha, se ha creado durante el fin de semana una verdadera ola de apoyo hacia la cantante. Desde numerosos fans hasta Lady Gaga o Taylor Swift, de quien hoy se ha sabido que donará 250.000 dólares para apoyar el proceso judicial; pasando por un Change.org que llama al boicot a los productos de Sony y que a día de hoy cuenta con 240.000 firmas. Kesha se ha erigido estos días como un emblema. Twitter lo ha remarcado: no hay excusas para la violación. “La hizo famosa” tampoco vale.