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Leer 'Harry Potter': ¿primer paso para no votar a Donald Trump?

Las frases de Esperanza Aguirre que pudo haber pronunciado Cersei Lannister; Cristóbal Montoro y sus comparaciones físicas con Gollum; y Angela Merkel como la petulante institutriz Rottenmeier. Todos estos grandes villanos -también Sauron, el Joker, Darth Vader o Maléfica- han establecido su equivalente político para representar el mal fuera de la ficción. No sabemos a quién le molestaría más el símil, pero la creadora del bellaco más popular de la nueva literatura no dudó en salir en defensa de su criatura.

J.K Rowling, escritora de la saga fantástica Harry Potter, se opuso tajantemente a que el candidato republicano Donald Trump fuese reconocido como Lord Voldemort entre la prensa y algunas publicaciones de Estados Unidos.

“Qué horrible. Voldemort estaba lejos de ser tan malo”, dijo la escritora en referencia al magnate neoyorquino. Ahora, la revista de análisis político PS: Political Science & Politics le da la razón y establece que los seguidores del mundo mágico -villanos incluidos- son más tendentes a rechazar la ideología de Trump. Los investigadores de la Universidad de Pensilvania preguntaron a 1.142 ciudadanos estadounidenses sobre varios temas clave en la campaña del agitador republicano -como la inmigración, la tortura y el matrimonio homosexual- y relacionaron las respuestas con las enseñanzas morales de sus libros favoritos.

El estudio se basa en la probabilidad de que las lecciones de estas novelas, que abrazan la tolerancia y rechazan la violencia tanto física como psicológica, puedan explicar esa correlación entre la lectura de Harry Potter y la aversión a Trump. “Tal y como El-que-no-debe-ser-nombrado gana poder a través de que otros se refieran a él, ¿tiene que ver la repentina admiración por Trump con su continua y fascinante aparición en los medios”, se preguntan.

La técnico jefe de la iniciativa, Diana Mutz, reconoce que los mensajes políticos de la saga han sembrado el debate entre la crítica que los considera conservadores y paternalistas, y los que acusan al fenómeno de haber marcado la agenda liberal con temas como el libre mercado y la homosexualidad. Sin embargo, la investigadora ha encontrado consenso en los tres temas que dividen su estudio: “El valor de la tolerancia y el respeto por lo diferente; la oposición a la violencia; y los peligros del autoritarismo”, escriben en el informe.

El universo de J.K Rowling es una continua defensa a la diversidad de criaturas y sus protagonistas abogan por temas como la abolición de la esclavitud (en el caso de los elfos domésticos), la defensa de los más débiles (contra la exterminación de los muggles) y la lucha contra el autoritarismo de Voldemort. “Trump se retrata a sí mismo como un hombre fuerte que puede doblegar a otros a su voluntad, ya sea al gobierno chino o a los terroristas”, comparan.

Mutz describe que estos pasajes, igual que ocurre en otras obras de culto, dejaron un poso entre los lectores más jóvenes que ahora deben elegir su futuro en las urnas. Pero también conviene resaltar que la investigadora, si bien reconoce que la mayoría de los entrevistados rechaza la retórica de Trump, no ha conseguido establecer un patrón ideológico: pues tanto republicanos como conservadores se han declarado fans de Harry Potter.

A nivel empírico, el estudio revela que por cada libro que lee un estadounidense de Harry Potter, su idea sobre Donald Trump desciende entre dos y tres puntos. Por lo que haberse leído la saga completa provocaría un declive de 18 puntos para el republicano.