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Fortu (Obús) se desnuda en su autobiografía novelada: “No temo a la muerte”

EFE

Madrid —

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A los 63 años de edad, 36 de ellos como líder de Obús, Fructuoso “Fortu” Sánchez da el salto a la literatura con su primera novela biográfica, un relato breve marcado por la sencillez en la que deja constancia de su desapego por la autoridad y revela una “experiencia extracorpórea” cercana a la muerte.

“Puede sonar a 'Cuarto Milenio', pero lo quise contar porque me dejó tocado”, asegura el músico en una charla con Efe sobre una visión que tuvo de sí mismo en un momento crítico en la mesa de operaciones, mientras era intervenido del estómago, y una silueta al fondo de un túnel blanco lo invitó a aproximarse hacia su lado.

No es de extrañar que Sánchez, que se declara ateo convencido en “Mil demonios” (Desacorde Ediciones), afirme con toda la calma: “No temo a la muerte. Somos pasajeros. Cuando llegue nuestro día, será bien recibido. Yo tengo la suerte de que parte de mi vida va a quedar aquí por mis trabajos y de ello me siento superorgulloso”.

A los 15 discos como miembro de Obús, además de un álbum en solitario (“Tras tus huellas”, 2014), añade ahora otra obra a su nombre, un libro, un proyecto detrás del que andaba desde hacía tiempo.

“No quería una biografía al uso, sino vivencias con un poquito de ficción y de fantasía. Pensé que iba a ser infumable, porque es el primero, pero al final creo que he escrito una novela que lee de una calada”, afirma Fortu sobre un texto “sencillo y ameno” pensado incluso para los “poco lectores”.

A lo largo de sus cerca de 200 páginas, se reafirma como un demonio rodeado de otros “demonios audaces que te enseñan el camino”. “No todos los demonios son malos ni todos los ángeles son buenos. Yo prefiero un demonio transparente que me mira a los ojos y me dice cómo es”, añade.

Sánchez (Burgos, 1954) arranca el relato en su infancia en el barrio de Vallecas, un entorno deprimido, con altos índices de analfabetismo y donde las drogas hicieron estragos años después. Cuando su madre le regaló una guitarra de plástico y cartón piedra, ignoraba que le estaba salvando la vida a su hijo.

“La música me ha ayudado muchísimo para no meterme en ese mundillo, algo que era desconocido para todos los jóvenes de la época. Yo no conocía nada de drogas hasta que hice la mili. Fue allí donde probé el hachís y los vicios de la noche”, relata.

La autoridad hueca del servicio militar casaba mal con el carácter de Fortu, que ha querido retratar también el entorno opresivo de aquellos años de dictadura en los que un comentario en un bar podía acabar con sus huesos tres días en un calabozo.

Tras volver prematuramente de la mili en Marruecos, se encontró un panorama poco halagüeño fruto de las adicciones al caballo y la irrupción del sida. A ellos les dedica el libro: “A todos aquellos que se quedaron por el camino, víctimas de la desinformación”.

“Fue otro momento que me marcó, porque perdí a un 90 por ciento de mi generación: familiares, la mayoría de mis amigos y vecinos del barrio... Miro hacia atrás y pienso en quiénes hemos quedado de los años 50”, reflexiona.

También él estuvo a punto de dejarse llevar por los demonios perniciosos de la noche. “El caballo no lo probé nunca, pero en alguna etapa de mi vida, cuando terminaba los conciertos caía una botella de whisky, a veces para mí solo”, confiesa.

En “Mil demonios” se recrea especialmente en los años más prolíficos de Obús, en sus hazañas sexuales, en su “amigo y maestro” Tino Casal, productor de los primeros discos, y da un gran salto después hasta hace no mucho, cuando recibió una oferta de Telecinco para participar en un concurso de saltos de trampolín.

“Me ayudó muchísimo a salir de una depresión muy grande. Había pasado un desamor muy importante y no tenía muy claro lo que quería en la vida. Me refugié en lo malo de la noche, en las drogas y el alcohol”, revela Fortu, que tras el programa se enganchó al deporte e incluso se federó en esta disciplina.

En su filosofía vital, este hombre que reconoce “una pasión enfermiza por volar” sabe también cuánto duele el estrellarse, especialmente por amor. “A veces fallan las fuerzas y caes en picado, pero lo importante es poder contarlo y remontar el vuelo”, resume.

“Ahora estoy en un momento de mi vida superfeliz y las cosas me van estupendamente, con una vida más tranquila, tras dejar atrás los callejones oscuros y su silencio. Me muevo de noche, pero de otra forma”, asegura Fortu, que ya anda enfrascado en su segundo libro, una novela esta vez sin aspectos biográficos, y el nuevo disco de Obús, que probablemente llegará a finales de año.