Aprobado el pasado mes de mayo, la aplicación móvil a través de la cual se accede a un bono de 300 euros para gastar en cultura, se afianza como una medida de éxito para paliar los efectos de la pandemia en uno de los sectores más golpeados por la crisis del coronavirus. Más de 600.000 usuarios de 18 años –sólo se puede utilizar si tienes esta edad en 2021–, han descargado la aplicación y el 75% lo está invirtiendo en libros, según cuenta en un reportaje The New York Times.
Se trata de una medida anunciada por el presidente francés, Emmanuel Macron, en la campaña electoral de 2017, que ha visto la luz ahora con intención de incentivar el consumo cultural entre los jóvenes, al tiempo que ayudar a la industria en pandemia.
La aplicación, que opera mediante geolocalización, destaca las ofertas culturales cercanas al usuario. Y este puede ir a librerías, museos, tiendas especializadas en música o cine y espacios culturales de todo tipo, y pagar sus compras o entradas con el 'monedero virtual' generado en la misma.
Como cuenta a The New York Times Noël Corbin, alto funcionario del Ministerio de Cultura encargado de la supervisión del proyecto, la aplicación también está diseñada para motivar al usuario en distintos ámbitos. “Lleva a los jóvenes a descubrir nuevas posibilidades de la vida cultural de sus ciudades”, sostiene Corbin, que explica que el bono cuenta con recomendaciones seleccionadas por miembros del personal de Culture Pass, pero también por artistas y celebridades. Por ejemplo: el acceso a V.I.P. a eventos, un concierto en directo en el Museo Soulages –sur de Francia– o una visita guiada festival de teatro de Aviñón.
La 'fiebre' del manga
Medios franceses como Le Monde han rebautizado al Culture Pass como el Manga Pass, y Le Figaro habla ya de 'fiebre del manga' a la luz de los primeros datos que arrojan los hábitos de consumo de los abonados: dos de cada tres libros comprados son traducciones de mangas japoneses.
Tal y como cuenta Aurelien Breeden en The New York Times, el dato no es sorpresivo pues se ha de tener en cuenta que las alternativas de ocio y cultura tales como los cines, espectáculos, conciertos o museos, aún cuentan con duras restricciones debido al coronavirus y, además, se necesita el certificado sanitario para acceder a ellas.
Tampoco debería pasar por alto que Francia es un país con una larga tradición de cómic, y uno de los países que más tebeos lee de la Unión Europea. Solo en 2020, como informaba Les Echos, las ventas aumentaron un 6% facturando hasta los 591 millones de euros. Y dentro de la industria editorial es el sector que más crece, copando un 18% de la cuota del mercado: es decir que casi uno de cada cinco libros vendidos en Francia es un cómic.
Por otra parte, los bonos culturales no son una novedad en la Unión Europea. Países como Italia otorgan hasta 500 euros a jóvenes de 18 –exactamente igual que Francia–, desde 2016. Una medida estrella de Matteo Renzi que, en su momento, generó polémica por ser tachada de populista en determinados sectores culturales, como informaba El País, mientras otros, como el escritor Stephen King, aplaudían que pudiese existir algo parecido a un abono cultural.