Con sólo catorce años, la actriz turca Günes Sensoy ya recorre el mundo denunciando lo difícil que puede llegar a ser la adolescencia para las mujeres en la Turquía más tradicional. Es el tema que aborda “Mustang”, la ópera prima de Deniz Gamze, que representó a Francia en los últimos Oscar.
“Denniz eligió contarlo como un cuento de hadas, para que llegue mejor a la gente, pero la realidad es más dura. Si fuera un filme realista, las chicas no conseguirían escapar de la casa”, señala Sensoy en una entrevista con Efe.
“Mustang” llega este viernes a los cines en España tras pelear hasta el último minuto por el Oscar a la mejor película extranjera, haberse llevado el Goya a la mejor película europea y cuatro premios César, el equivalente francés de los Goya.
La historia es la de cinco hermanas huérfanas que viven con su abuela y su tío en una aldea remota de Turquía, junto al Mar Negro. Después del último día de clase previo a las vacaciones de verano, las chicas lo celebran en la playa, bañándose (vestidas) con unos chicos, lo que pone en bandeja el escándalo en el pueblo.
Su familia decide encerrarlas en la casa, y prepararlas para el matrimonio. Clases obligatorias de cocina, exámenes de virginidad y vestidos largos “color caca” son algunas de las pruebas a las que deben someterse.
“Conozco bien ese tipo de situaciones, aunque yo no las haya vivido, porque mi familia es muy diferente. Pero quería estar en la película porque me motivaba contar a la gente lo que está pasando”, explica la joven actriz, que llegó al proyecto a través de un cásting.
Sensoy da vida a la más pequeña y rebelde de las hermanas, aunque todas ellas se tomaron el papel como si fueran un solo personaje.
“Siempre se planteó como un solo personaje con cinco cabezas y diez piernas y diez brazos. Teníamos que ser una sola. Deniz no nos confirmó que teníamos el papel hasta que comprobó que todas encajábamos con el resto”, asegura.
Para afianzar esa relación -solo una de las actrices tenía experiencia previa-, trabajaron y “jugaron” juntas durante dos semanas antes del rodaje. “Nos sentimos muy cómodas, nos hemos reído mucho y seguimos siendo como hermanas, siempre estamos chateando”, comenta.
Por su estética y temática, “Mustang” se ha comparado mucho con “Las vírgenes suicidas” de Sophia Coppola, aunque las chicas turcas son mucho más valientes y vitalistas. La propia directora no la incluye entre sus referencias y sí cita otras más sorprendentes como “Saló” de Pasolini o “La fuga de Alcatraz”.
Las películas ayudaron también a Gamze -nacida en Turquía pero educada y residente en Francia- a que las actrices comprendieran mejor sus personajes. Veían una cada día, desde “Un verano con Mónica” a “Fish Tank” o “El hijo” de los hermanos Dardenne.
“De mi personaje me gusta lo fuerte que es y cómo reacciona”, dice Sensoy, que se siente bastante identificada con su rebeldía. “A mi tampoco me gustan las injusticias, y defiendo mi derecho a decir que no”, subraya.
Aunque la película ha tenido muy buena acogida en festivales internacionales desde su debut en la Quincena de los Realizadores de Cannes, Sensoy cuenta que en Turquía ha habido reacciones contrapuestas.
“Unos la adoran y otros la odian. Turquía es una sociedad mixta y hay opiniones e ideas muy diferentes. Algunos nos critican porque dicen que sólo mostramos el lado oscuro del país, pero no es eso, en todo caso sería el lado oscuro de la humanidad, y no podemos cubrirlo y hacer como que no pasa nada, es algo terrible”, opina.
Con fuerza narrativa propia -y premiada en los César- destaca la música de “Mustang”, compuesta por Warren Ellis, colaborador habitual de Nick Cave.
Por Magdalena Tsanis