Con la creciente popularidad de la nueva película de Woody Allen, volvió la polémica. Dylan Farrow, la hija adoptiva del director neoyorquino y su exmujer Mia Farrow, ha redactado una carta abierta en la que relata los supuestos abusos sexuales a los que la sometió su padre cuando era una niña. Allen, cuya Blue Jasmine sigue acumulando nominaciones como los de la próxima gala de los Oscar, ha vuelto a negar las acusaciones, como ya hizo en 1992. La carta ha sido publicada por The New York Times.
Con su misiva, Dylan ha querido hacer reaccionar a un público y a un Hollywood que hizo oídos sordos a las duras acusaciones. Les acusa de colaboradores, de que “fuera más sencillo aceptar la ambigüedad” y que llegasen a suponer que había sido coaccionada por su madre o que tenía un trastorno, antes de creer la palabra de una niña de 7 años. Así, su comienzo “¿cuál es su película favorita de Woody Allen?”, apela directamente a todos los que alguna vez han aplaudido, premiado o trabajado con su padre adoptivo y supuesto agresor.
“¿Qué pasaría si hubiera sido tu hija, Cate Blanchett? ¿Louis CK? ¿Alec Baldwin? ¿Y si hubieses sido tú, Emma Stone? ¿O tú, Scarlett Johansson?”, llama la atención la joven sobre algunos de los últimos colaboradores de Allen. “Diane Keaton, tú me conociste cuando yo era una niña. ¿Me has olvidado?”. Keaton, primera mujer de Woody Allen, fue una de las defensoras a ultranza del director y, según Dylan, “un testimonio vivo del modo en el que nuestra sociedad falla a los supervivientes de asaltos sexuales y abusos”.
Una historia recurrente
La publicación llega después de que su hermano Ronan Allen, único hijo biológico de la pareja -aunque Mia Farrow ha dejado entrever en varias ocasiones que podría ser hijo del cantante Frank Sinatra-, acusase a los Globos de Oro de haber premiado a Woody Allen e ignorar los supuestos ataques a su hermana. Pero esta no es una exclusiva, el tema lleva dando la vuelta al mundo desde hace dos décadas. La última vez, la joven Dylan expuso su caso en la revista Vanity Fair.
Los sucesos referidos han conmocionado a todo el mundo por la forma en la que están narrados, sin caer en el morbo pero sin disimular el alcance. “Cuando tenía siete años -cuenta la carta- Woody Allen me tomó de la mano y me llevó a un oscuro desván en la segunda planta de nuestra casa. Me dijo que me tumbara boca abajo y que jugara con el tren eléctrico de mi hermano. Entonces abusó de mí sexualmente. Él me hablaba mientras lo hacía, susurrándome que era una buena chica, que ese era nuestro secreto y me prometía que iríamos a París y me convertiría en una estrella de cine”
Según la joven, que ahora tiene 28 años y ha formado una familia, los incidentes le provocaron graves trastornos que le costó superar. Desórdenes alimenticios, fobias a los trenes de juguete o ansiedad cuando veía cualquier producto de merchandising con la cara de su padre adoptivo. Como decíamos, no es la primera vez que los hechos salen a la luz, de hecho Mia Farrow ha declarado en numerosas ocasiones que esa fue la causa real de su separación con el cineasta. Aquella ruptura, que inundó pantallas, periódicos y portadas, culminó con la difusión de un vídeo por parte de Mia Farrow, en el que su hija confesaba los supuestos abusos.
La columna solidaria
En su día, tras la publicación del vídeo, los tribunales no encontraron pruebas ni policiales ni médicas para inculpar a Woody Allen. El director negó su participación en los hechos y el mundo entero se posicionó hacia un lado o al otro, un cisma que ha vuelto a abrirse con la segunda explosión. Uno de los defensores del director de cine es el periodista Robert B. Weide, que publicó un artículo en The Daily Beast aclarando algunos puntos peliagudos. Weide dirigió un documental sobre Allen para la televisión pública norteamericana (PBS).
El comunicado se ha publicado en una sección de la edición digital de The New York Times dedicada a estos asuntos. El columnista Nicholas Kristof capitanea un blog especializado en temas de abusos sexuales a menores y trata de personas. Además de la carta, el periodista ha publicado una columna en la que contextualiza las razones por las que Dylan Farrow acusa de nuevo a su padre adoptivo.
Woody Allen lo niega todo
El cineasta tildó el pasado domingo de “falsas y vergonzosas” las acusaciones de su hija adoptiva. Leslee Dart, publicista de Allen, ha asegurado que el director responderá “muy pronto” ante la prensa y ha señalado que “los expertos determinaron que no había pruebas creíbles sobre los abusos, que Dylan Farrow no era capaz de distinguir la fantasía de la realidad y que probablemente había sido inducida por su madre, Mia Farrow”. La publicación de la carta sorprendió a Allen en un partido de baloncesto y rehusó hacer declaraciones a los periodistas.
A la supuesta coacción de Mia Farrow también se refiere Dylan en su misiva, asegurando que se siente apenada porque la gente dé por supuesto que esto es una campaña de desprestigio liderada por su madre. La sociedad sucumbió al poder de una persona famosa, dice. “Había expertos dispuestos a atacar mi credibilidad. Había médicos dispuestos a hacer enloquecer con engaños a una niña maltratada”. Pero añade que lo que más lamenta es que Allen tuviese la oportunidad de hacerle lo mismo a otras niñas.