El Instituto Cervantes de Roma firma un acuerdo con la Orden de Malta

El Instituto Cervantes y la Orden de Malta firmaron hoy en Roma un acuerdo que permitirá a los trabajadores de ese Estado acceder en todo el mundo a los servicios del organismo español, informó hoy la entidad.

El acuerdo autorizará al personal de la Orden de Malta en Roma el acceso a los cursos de español generales, especializados y no presenciales, así como a clases de catalán, vasco y gallego.

Esta alianza, que se lleva gestando desde hace dos años y medio, se hace extensible al personal de las Embajadas de Malta, a miembros de sus Asociaciones y a los familiares.

Además, también este convenio contempla la posibilidad de asistir a eventos sobre asuntos de actualidad sociocultural de común interés en las sedes del Instituto Cervantes en todo el mundo.

El acuerdo se firmó en el Palacio Magistral de la Soberana Orden, emplazado en la romana via Condotti, entre el director del Instituto Cervantes de Roma, Sergio Rodríguez López-Ros, y el director de la Oficina de Comunicaciones de la Orden de Malta, Eugenio Ajroldi di Robbiate.

En el acto estuvieron presentes el embajador de España ante la Santa Sede y la Orden de Malta, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, y el embajador asesor del Gran Canciller, Stefano Ronca.

Tras la firma pronunciaron un discurso en el que valoraron la importancia que tiene el acuerdo para las relaciones bilaterales entre España y la Orden de Malta.

La Orden de Malta es una orden religiosa con sede en Roma que realiza una misión social y sanitaria en todo el mundo a través de hospitales, dispensarios, residencias y comedores sociales.

Entre sus labores se encuentran atender a la población en caso de catástrofes naturales o conflictos armados.

En total nueve españoles fueron Gran Maestres de esta Orden, fundada en 1048 y que tuvo numerosas encomiendas, monasterios e iglesias en España.

Actualmente, en España cuenta con asociaciones, fundaciones, residencias y comedores sociales.

Este acuerdo llega después de que en 2014, un año después de la elección de un papa hispanohablante, el Vaticano y el Instituto Cervantes suscribieran un convenio que permitiese a los funcionarios del Vaticano recibir clases de español a cargo del organismo español.