Hace un par de años Juan Mayorga asistió a un espectáculo de hipnosis y se ofreció como voluntario, pero fue rechazado. De ahí surgió el germen de “El mago”, su nuevo montaje para el Centro Dramático Nacional que gravita sobre el eterno conflicto entre realidad y deseo, entre libertad y servidumbre.
“A veces todos parecemos conducidos por voces que nos dicen qué hacer, pensar o sentir”, ha reflexionado el dramaturgo y director de escena, Premio Nacional de Teatro 2007, en una rueda de prensa para presentar el espectáculo, que podrá verse en el Teatro Valle Inclán de Madrid entre el 23 de noviembre y el 30 de diciembre.
Mayorga prosigue su explicación con un ejemplo: “El Black Friday es un extraño fenómeno de hipnosis colectiva, si no compras pareces imbécil por no aprovechar la oportunidad de adquirir cosas que ni se te había ocurrido que necesitaras”.
La historia arranca cuando Nadia (Clara Sanchís) regresa a su casa después de asistir a un espectáculo de hipnosis en el que le han hecho volar por los tejados. Dice que sigue oyendo la voz del mago, que ella ya no es la misma que permanece en el escenario con los ojos cerrados y que ahora ve a la gente como realmente es.
A partir de ahí, en un terreno difuso entre la realidad y lo fantástico, se desenvuelve el conflicto. Entre lo que somos y lo que imaginamos que seríamos si los demás nos dejaran, entre la monotonía de la realidad y el deseo de lo diferente.
“El mago” es también un homenaje al teatro. “Nuestro trabajo se parece al de los ilusionistas, creamos ilusiones para alterar conciencias”, opina el autor de obras como “El cartógrafo” (2009) o “Reikiavik” (2012).
“El espectador debe llegar alterado, porque el teatro se basa en su deseo de vivir algo no habitual y nuestra tarea es detectarlo, ganar su confianza y hacerlo cómplice”, precisa.
Justo lo que aquel ilusionista del Circo Price no logró con él hace dos años. “Supongo que detectó mi falta de voluntad”, confiesa el director, y al hilo de la anécdota recuerda otra ocasión en la que un payaso le sacó al escenario y acabó con un tartazo en la cara.
El reparto de “El mago” cuenta también con José Luis García-Pérez, a quien Mayorga dirigió por primera vez en “El cartógrafo”, María Galiana, popular por su papel de abuela de “Cuéntame cómo pasó”, Ivana Heredia, Julia Piera y el argentino Tomás Pozzi.
Mayorga ha recordado hoy que con Sanchís trabajó en la obra que supuso su debut como director de escena de sus propios textos, “La lengua en pedazos” (2011). Ya va por la quinta en la que compagina escritura y dirección y admite que su forma de escribir ha cambiado a partir de su experiencia en escena.
“Tan importante como la palabra es cómo se dice, al oído o a tres metros de distancia, mirándote a los ojos o mirando a otro, con silencios o sonidos de la respiración”, señala.
La escenografía, a cargo de Curt Allen Wilmer, al igual que el vestuario, es rotundamente realista. “La extravagancia queda reforzada por la apariencia cotidiana”, explica Mayorga, “y queríamos transmitir que la historia podría suceder en cualquier casa”.
Aún hay más preguntas. Si el teatro es ilusionismo y el espectáculo se llama “El mago”, ¿dónde está el truco? y sobre todo, ¿quién es el mago?. Pero esas respuestas, dice Mayorga, las deberá encontrar cada espectador.