El Jueves y otras publicaciones que fueron secuestradas antes que 'Fariña'
La jueza de Collado Villalba (Madrid) acordó el pasado martes el secuestro cautelar de Fariña, un libro donde el periodista Nacho Carretero investiga sobre el narcotráfico gallego. El demandante por supuesta vulneración de su derecho al honor es José Alfredo Bea, exalcalde de O Grove (Pontevedra), que aparece citado en la obra por supuestos vínculos con el narcotráfico gallego.
Aunque Fariña todavía sigue en las tiendas, este tendrá que ser retirado cuando Bea pague los 10.000 euros para responder a posibles daños y perjuicios que pueda ocasionar esta medida a Carretero. No obstante, lo que pretendía frenar la difusión de la obra solo ha acabado alimentando la curiosidad por ella generando el conocido efecto Barbra Streisand. De hecho, le han faltado pocas horas para convertirse en el libro más vendido de Amazon.
Pero no es la primera vez que sucede algo similar. La medida se produce poco después de que el Supremo confirmara que el rapero Valtonyc irá tres años y medio a la cárcel por delitos de enaltecimiento del terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona en sus canciones.
En el artículo 20 de la Constitución Española indica que se reconocen y protegen los siguientes derechos:
Pero estas libertades también tienen límites, y estos, como indica en el apartado 20.4, son “el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia”. La Constitución prohíbe la censura previa de publicaciones, pero sí que lo permite a posteriori. Para secuestrar una publicación u otro medio de información requiere un paso fundamental: una resolución judicial.
El caso de Fariña es el de una medida cautelar, tomada para preservar una consecuencia previsible en el curso de un proceso judicial. No prejuzgan el resultado final de una demanda, pero se anticipan a esta. Aún se desconoce si Fariña vulnera el honor de José Alfredo Bea, pero con esta decisión la jueza intenta evitar cualquier circunstancia que pueda poner en peligro el proceso penal.
Ya sea por medidas cautelares o por resoluciones judiciales, no es la primera vez que en España se prohíbe la impresión y comercialización de una obra después de la Transición. Muchas de ellas son por injurias contra la monarquía, pero también por otros motivos.
El Jueves
El juez Juan del Olmo ordenó en 2007 la retirada de la revista satírica El Jueves. ¿El motivo? Una portada en la que Felipe VI y Letizia Ortiz aparecían caricaturizados en una postura sexual junto a un texto que informaba: “2.500 euros por niño”, como referencia a las ayudas que el gobierno de Zapatero empezó a conceder por cada recién nacido.
El Cocodrilo
El semanario satírico El Cocodrilo fue secuestrado el 18 de noviembre de 1985 por un artículo titulado Cien años de borboñez. Este era una crítica a la Casa de Borbón y su reinado en España, algo de lo que también fueron acusados en la edición del 22 de febrero de 1986. Solo que en esa ocasión se sumaba otro personaje a la ecuación: el presidente del Gobierno.
Cambio 16
La monarquía vuelve a ser la protagonista. En 1976, el número 235 de Cambio 16 mostraba al rey Juan Carlos caracterizado como el actor estadounidense Fred Astaire bailando sobre Manhattan. Provocó varios intentos de secuestro, pero al final fue evitado por el propio monarca.
No tuvieron la misma suerte cuando el 19 de mayo de 1980 fue retirada por un artículo crítico con el entonces nuevo gobierno de UCD. Dos ediciones del semanario también fueron secuestradas en 1983, cuando afirmaron que el jefe de seguridad de Fraga era un terrorista de la organización argentina Triple A.
Interviú
La revista española creada en 1976 se enfrentó a la censura pocos meses después de su nacimiento. Concretamente, cuando José Luis de Vilallonga publicó un reportaje donde detallaba las finanzas de la familia Franco. Después de aquella ocasión, el semanario ha llegado a ser retirado de los quioscos hasta ocho veces y casi siempre por el mismo motivo: investigaciones sobre la vida de personajes influyentes, como la familia Rosón a la que pertenecía el presidente de Galicia en 1978.
Diario Egin
El diario vasco de información general, que incluía artículos en euskera y castellano, sufrió habituales cierres y secuestros por supuesta apología del terrorismo. De hecho, la policía española investigó las relaciones entre Egin y ETA, ya que en teoría usaban publicaciones para mandar mensajes a presos acusados. Sus ediciones fueron secuestradas en 1981, cuando los reyes visitaron Euskadi, o en 1983, por injurias contra Felipe González.
Debido a sus polémicas publicaciones, el periódico fue cerrado en 1998 por el juez Baltasar Garzón por ser un “instrumento del entramado delictivo de ETA-KAS”, generando con ello cierta revuelta entre la izquierda abertzale. Sin embargo, 11 años después los tribunales determinaron que su actividad era lícita, siendo Gara el heredero de aquella línea editorial.
¿Qué pasó en Alcàsser?
¿Qué pasó en Alcàsser?El periodista Juan Ignacio Blanco publicó en 1998 un libro con toda clase de teorías sobre los asesinatos de Míriam García, Antonia Gómez y Desirée Hernández, conocido popularmente como el crimen de Alcàsser. No obstante, una madre de las niñas asesinadas denunció a Blanco por vulnerar el derecho a la intimidad de su familia. El juez falló a su favor y, tras eso, el periodista tuvo que indemnizarle y retirar su obra de la circulación.