Álvaro Pombo, tras ganar el 'Nobel' de la literatura en español: “Cervantes era un pringado genial”
Álvaro Pombo ha sido galardonado con el Premio Cervantes 2024, por su “mundo literario propio que conmueve y conduele”. “La lengua española es divertida, solemne, cómica, rápida, poética y de muchas patrias”, ha defendido el escritor cántabro este miércoles, desde la sede de la RAE –en la que ingresó en 2004–, donde ha compartido sus primeras impresiones tras ser condecorado con el considerado como el 'Nobel' de la literatura en español.
“Cervantes no tuvo ningún premio, le plagiaron la segunda parte del Quijote, estuvo en la cárcel, era un pringado genial”, ha descrito sobre el célebre autor, “solo tenía el talento, la gracia, esa especie de buen humor”. El homenajeado, que a sus 85 años publicó su último libro, El exclaustrado (Anagrama), el pasado mes de octubre, ha alabado el papel que la filosofía ha desempeñado tanto en su vida como en su obra.
No en vano, es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, y Bachelor of Arts en Filosofía por el Birkbeck College de Londres “Siempre que tengo la oportunidad hablo del color de la elocuencia filosófica porque es muy hermosa”, ha declarado, “soy fiel a la filosofía y a la teología”.
También ha dedicado unas palabras a la ironía. “Es un recurso literario, cervantino, tienes que no tenértelo creído”, ha sostenido, “no es un sentimiento primario como lo serían la furia, el amor o el odio. Es secundario”. “Un sentimiento de persona mayor, porque cuando eres joven no es que lo tengas creído, es que de verdad te lo puedes creer. Tienes la fuerza, la luz solar”, ha reflexionado, “cuando llegas a la más profunda vejez, la ironía va en hacia dónde has llegado, hacia dónde llegamos todos”.
Lo siguiente que tiene entre manos es una novela sobre las guerras de África. “Tengo la impresión de que nunca me he tomado en serio ni la ficción ni la historia”, ha confesado, “en este libro siento que, de algún modo, la historia está sin coser bien”. Además, ha valorado: “Cada uno de nosotros somos fruto de una circunstancia histórica”.
“Voy a gastar los 125.000 euros con parsimonia”
El Premio Cervantes está dotado con 125.000 euros, cuantía sobre la que ha comentado: “No diré que los voy a ahorrar, pero los voy a gastar con parsimonia. Me han venido muy bien”. “El dinero se va en las tarjetas, en el pescado, en la plaza. No en los vicios. No en las juergas, bueno ahí igual sí; pero para la gente modesta como yo el dinero se va”, ha reconocido no sin ironía y dibujar una sonrisa en la cara. “El dinero se ríe de mí porque nunca he tenido mucho”, ha añadido antes de reconocer que, en realidad “tampoco” ha tenido poco.
El laureado escritor se ha quejado de que, cuando era pequeño, su madre le decía que de mayor iba a ser un “manirroto”. “No es verdad. No es que lo sea, es que no nos llega al mes. Mis padres y mis abuelos no entienden el mundo moderno. El dinero no cunde y espero que me cundan estos 125.000 euros porque ya es lo último que voy a agarrar un poco sólido”, ha afirmado. A su vez ha recalcado que las fortunas son un “tema importantísimo y claramente castellano, de hidalgos y labriegos”.
Álvaro Pombo ha compartido los primeros detalles sobre el discurso de agradecimiento que dará al recibir el premio, en la ceremonia que se celebrará el próximo 23 de abril, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. En él hará alusión al licenciado Vidriera, una de las Novelas ejemplares de Cervantes. “Él decía que no había ningún cuento en ese libro de relatos que no fuera ejemplar, del que no se pudiera sacar alguna lección moral o espiritual”, ha descrito.
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