El Ayuntamiento de Madrid gestionará la Biblioteca de Mujeres en un espacio céntrico que se habilitará próximamente, según ha informado el Consistorio en un comunicado.
Allí se guardarán los 30.000 volúmenes de acceso público que Marisa Mediavilla ha ido recopilando durante tres décadas. Un fondo que comprende, actualmente, estudios y ensayos feministas, biografías, folletos, revistas, carteles, tebeos y otros materiales, entre los que hay obras de los siglos XVIII, XIX y XX, la mayoría descatalogadas.
El consistorio ha ultimado los detalles de un convenio que fija las condiciones en que obtendrá la cesión de esta biblioteca. Lo ha hecho durante una reunión que han mantenido la alcaldesa Manuela Carmena, la secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, y la directora del Instituto de la Mujer, Silvia Buabent.
Además, el Ayuntamiento y el Instituto de la Mujer crearán una comisión mixta de seguimiento del convenio que estudiará las propuestas de incrementos de fondos documentales. El convenio tendrá una duración inicial de cuatro años, aunque podrá ser prorrogado automáticamente, ofreciendo una salida a un fondo bibliotecario que llevaba décadas sin tener una ubicación concreta.
Treinta años de una biblioteca sin hogar
Creada en los años 80, la Biblioteca de Mujeres ha cambiado constantemente de sede, siendo reubicado su extenso fondo en diversas ocasiones, sin amparo directo por parte del consistorio.
Marisa Mediavilla llevaba mucho tiempo coleccionando libros de mujeres cuando, en los ochenta, empezó a dejarlos en un local de la calle Barquillo alquilado por el Instituto de la Mujer. En esta pequeña sede se reunían varios grupos y organizaciones feministas para realizar talleres y charlas, aunque ella no pertenecía a ninguna plataforma en particular.
Al menos hasta que en 1991, la Biblioteca de Mujeres se constituyó como asociación sin ánimo de lucro y pasó a ser competencia del Estado. “Así accedimos a pequeñas subvenciones del Instituto de la Mujer. Las destinábamos a comprar libros y realizar actividades de difusión de la historia y la literatura de las mujeres mediante conferencias y talleres”, explicaba a este diario Mediavilla en mayo del pasado año, cuando la bibliotecaria realizó una performance en plena Feria del Libro para llamar la atención sobre su situación.
A finales de los noventa, la Biblioteca se situó en el Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid, en el distrito de Tetuán. Sin embargo, en 2005 el Consejo se trasladó a otro espacio en el que no cabían los libros “así que nos dijeron que debíamos desalojar el local”, decía Mediavilla, denunciando que con esta isntitución habían firmado una permanencia de diez años incumplida.
Después de aquello, Marisa se vio obligada a donar su colección al Instituto de la Mujer para evitar su desaparición. Desde 2012, los 30.000 volúmenes se encontraban en el sótano del Museo del Traje de Madrid, donde los libros se podían consultar pidiendo una solicitud previa al Instituto de la Mujer.